El informe de los resultados de la investigación del FBI sobre la muerte de la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh se presentará al Congreso de Estados Unidos en un plazo máximo de cuatro semanas. Será un documento no clasificado y disponible para el público a través del sitio web del Departamento de Estado. Así lo señaló el representante del estado de Indiana en el Congreso, el demócrata André Carson, quien estuvo al frente de los reclamos para abrir una investigación sobre la muerte de la reportera de Al Jazeera y del proyecto de ley “Justicia para Shireen”.
Esta semana, dos meses después de que Israel admitiera con una "probabilidad bastante alta" que Abu Akleh murió a causa de un disparo no intencional de soldados de las FDI en Jenin, se anunció, en una medida inusual, que el FBI decidió llevar a cabo su propia investigación. Esto significa que el FBI puede exigir que se investigue a los soldados que estuvieron involucrados en el incidente e incluso exigir su enjuiciamiento.
El ministro de Defensa, Benny Gantz, anunció que Israel no cooperaría con la investigación, y el primer ministro Yair Lapid expresó una postura similar: "Los soldados de las FDI no serán investigados por el FBI ni por ningún organismo extranjero o país extranjero, por amistoso que sea".
Según Carson, más que buscar nuevos culpables, la investigación se centrará en la implicación de Estados Unidos en el hecho: "No puede ser que las armas estadounidenses se utilicen para matar estadounidenses en suelo extranjero. Los contribuyentes estadounidenses no deberían pagar por casos de violaciones de derechos humanos en el extranjero”, señaló. El FBI se negó a proporcionar detalles sobre la investigación.
“La investigación israelí ya llegó a la conclusión de que fue un soldado israelí el que le disparó a Shireen mientras cumplía con su deber. Es responsabilidad de Estados Unidos proporcionar respuestas a todas las preguntas que quedaron sin resolver, antes, durante y después del tiroteo fatal que mató a Abu Akleh".
En mayo pasado, 57 miembros del Congreso pidieron al FBI y al Departamento de Estado que abrieran una investigación independiente dirigida por Estados Unidos, el país de origen de la reportera. "Desde entonces, las autoridades han tardado seis meses, pero finalmente nos estamos acercando a las respuestas", señaló Carson.
Carson negó que la campaña que impulsó estuviera motivada por intereses políticos. “Necesitamos dejar de lado la política entre Israel y los palestinos y ver este incidente como lo que es: un ataque contra la prensa libre y el asesinato de uno de nuestros ciudadanos”, sostuvo.
Sin embargo, Carson es considerado uno de los críticos más destacados de Israel en el Congreso. En otra oportunidad votó en contra de una resolución para condenar al movimiento antiisraelí BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) y fue uno de los pocos que votó en contra de la financiación a la Cúpula de Hierro. A lo largo de su carrera política criticó duramente los asentamientos en Judea y Samaria.
