El régimen talibán comenzó a aplicar la orden que emitió la semana pasada, que exige a las mujeres conductoras de programas de televisión que se tapen el rostro durante las transmisiones.
“Hoy nos obligaron a usar máscaras, pero continuaremos luchando, seré la voz de las mujeres afganas”, expresó al aire Sonia Niazi, presentadora de noticias de la cadena TOLO. La periodista denunció que la directiva talibán tiene como objetivo final quitar a las mujeres de las pantallas: “Seguiremos trabajando hasta que el Estado nos saque de los lugares públicos o nos obligue a quedarnos en casa”, dijo.
Hasta la semana pasada las mujeres podían aparecer en televisión si lo hacían con la cabeza tapada, por lo que esta nueva directiva generó la preocupación de que los talibanes avancen hacia una prohibición total de las mujeres en los medios. Lima Spesaly, del canal 1TV, prometió no rendirse: “Seguiremos luchando hasta nuestro último aliento”, afirmó minutos antes de iniciar su programa.
Periodistas hombres de las cadenas TOLO y 1TV decidieron salir al aire con mascarillas ocultando sus rostros, en señal de solidaridad con sus compañeras mujeres y en protesta contra la medida del gobierno talibán.
Un vocero del “Ministerio de la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio” explicó la semana pasada a la agencia de noticias Reuters que el pedido es una sugerencia y no una directiva, pero agregó que el 21 de mayo es la fecha límite para las apariciones televisivas de mujeres con el rostro descubierto. El director de TOLO rechazó esta afirmación: “Me llamaron y me dijeron que lo hiciera, no fue una elección”.
La directiva llegó a los canales poco después de una orden del gobierno para que las mujeres de todo el país se cubrieran la cara para salir de sus casas. Los talibanes también indicaron que si las mujeres no tienen ninguna tarea importante para realizar fuera de sus hogares, lo mejor es que no salgan a la vía pública.
Entre 1996 y 2001, durante el primer gobierno talibán en Afganistán, se exigió a las mujeres la utilización de un traje que cubría el cuerpo desde la cabeza hasta los pies, a excepción de los ojos. Cuando los talibanes volvieron a tomar el control del país el año pasado prometieron que los derechos de las mujeres se iban a respetar, pero sus decisiones recientes demuestran que la opresión continúa.