La Agencia Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI) confirmó que adquirió y probó el programa espía 'Pegasus' de la empresa tecnológica israelí NSO, pero negó haberlo utilizado en alguna investigación, ya que su único objetivo era tenerlo para estar al tanto de las tecnologías emergentes.
El software de la empresa de vigilancia se encuentra rodeado de controversia tras conocerse que medio centenar de gobiernos, varios de ellos autocráticos, lo usaron para controlar a disidentes y periodistas, según una investigación internacional difundida en 2021. Luego del escándalo, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó a NSO en la lista negra de empresas vetadas para nuevos contratos públicos.
“El programa no fue utilizado para brindar ayuda en ninguna investigación, sino que el FBI adquirió la licencia limitada únicamente para poner a prueba y evaluar el producto”
Agencia Federal de Investigación de Estados Unidos
La revelación se publicó en julio de 2019 por los diarios Le Monde y The Guardian, entre otros, y se basaba en la filtración de una lista de 50.000 números telefónicos identificados como objetivos potenciales desde 2016 por los clientes de NSO, aunque no todos habían sido infectados.
Ahora se reveló que el FBI compró el programa en 2019 bajo la administración del entonces presidente Donald Trump. También, The New York Times reportó que la agencia obtuvo una licencia para un año de prueba por 5 millones de dólares y que la extensión de esa licencia la obtuvo por otros 4 millones.
Según The Guardian, se trata de “una revelación asombrosa, en parte porque la administración de Biden recientemente colocó a NSO en una lista negra del departamento de comercio, asegurando que tenía evidencia de que las herramientas de piratería de la compañía habían permitido a los gobiernos de todo el mundo llevar a cabo una represión transnacional, dirigida a disidentes y periodistas”.
“El programa no fue utilizado para brindar ayuda en ninguna investigación, sino que el FBI adquirió la licencia limitada únicamente para poner a prueba y evaluar el producto”, aclaró el FBI un comunicado enviado al diario británico.
El documento indica, también, que la intención era probar el programa para evaluar los problemas de seguridad que podía acarrear el hecho de que el software “cayera en manos equivocadas”.
“El FBI trabaja diligentemente para mantenerse al tanto de las tecnologías emergentes y su comercio, no solo para explorar un posible uso legal, sino también para combatir el crimen y proteger tanto al pueblo estadounidense como a nuestras libertades civiles”, enfatizó en el comunicado la agencia de seguridad.
“Eso significa que identificamos, evaluamos y probamos rutinariamente soluciones y problemas técnicos por diversas razones, incluida la posibilidad de que caer en las manos equivocadas podría plantear problemas”, prosiguió la Agencia. “No hubo uso operativo en apoyo de ninguna investigación, el FBI obtuvo una licencia limitada solo para pruebas y evaluación de productos”, se lee al final del comunicado.
Pero los críticos se preguntan por qué la agencia estadounidense necesitaría pagar por acceso a una herramienta notoria de espionaje que fue ampliamente estudiada por ciberdetectives.
“Gastarse millones de dólares para enriquecer a una compañía que se sabe facilitó constantemente abusos extendidos a los derechos humanos, actividades posiblemente criminales y operaciones que amenazan la propia seguridad nacional de Estados Unidos es definitivamente preocupante”, denunció Ron Deibert, director del Citizen Lab, el organismo monitor de la Universidad de Toronto que expuso decenas de hackeos de Pegasus desde el 2016.
“Como mínimo, ésta parece ser una forma terriblemente contraproducente, irresponsable y mal concebida de mantenerse al tanto de la tecnología de espionaje", cerró.