Cientos de afganos esperan fuera de la embajada de Francia para intentar salir del país.
Cientos de afganos esperan fuera de la embajada de Francia para intentar salir del país.
AFP
Combatientes talibanes montan guardia en una carretera cerca de la plaza Zanbaq en Kabul.

A pesar del ascenso talibán, los afganos que se quedaron en el país intentan retomar sus vidas

Mientras cientos de miles de ciudadanos intentan escapar de Afganistán, como se ve en el aeropuerto de Kabul, otros tantos locales que no tuvieron otra opción que quedarse buscan volver a salir a trabajar y reanudar sus rutinas.

AFP - Adaptado por Juan Martín Fernández |
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Ante el rápido avance de los talibanes en todo el país, poco a poco, la ropa occidental de los amantes de la moda en Kabul, capital de Afganistán, comienza a desaparecer y los hombres vuelven a vestir los tradicionales shalwar kameez. En el mismo sentido, muchas mujeres dejan de mostrarse en la vía publica y se recluyen en sus viviendas.
"El miedo está latente", asegura un comerciante que este martes, luego del ascenso del nuevo régimen y unos días muy convulsos, volvió a abrir su tienda de provisiones. Como este vendedor, que pidió no ser identificado, otros tantos también comenzaron a asomar la cabeza a la calle nuevamente para volver a trabajar o hacerse de suministros.
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Combatientes talibanes montan guardia en una carretera cerca de la plaza Zanbaq en Kabul.
Combatientes talibanes montan guardia en una carretera cerca de la plaza Zanbaq en Kabul.
Combatientes talibanes montan guardia en una carretera cerca de la plaza Zanbaq en Kabul.
(AFP)
Sucede que, mientras muchos huyen y se abarrotan en el aeropuerto para escapar del país, cientos de miles decidieron o no tuvieron otra alternativa que quedarse e intentar continuar con sus vidas a pesar del ascenso talibán. De este modo, aunque con mucha cautela, procuran reanudar sus rutinas.
Para algunos, la sensación es como si los últimos 20 años de ocupación estadounidense nunca hubieran sucedido. De a poco, los primeros indicios de cambio empiezan a aflorar para adaptarse al regreso del nuevo régimen islamista de línea dura. Varios nostálgicos de los tiempos previos al 2001 transforman sus actitudes y costumbres por convicción propia, mientras que otros tantos a modo de supervivencia.
Durante su primer período en el poder, desde 1996 hasta 2001, cuando fueron derrocados por las tropas de Estados Unidos a raíz de los ataques del 11 de septiembre, los talibanes gobernaron con una interpretación estricta del Corán y la ley islámica. Y muchas temen que retomen las misma políticas.
Antes de la invasión norteamericana, todos aquellos que llegaban tarde a las oraciones eran azotados en la parte posterior de las piernas por parte de agentes del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, un organismo estatal que hacía cumplir la ley. En la misma línea, todos los viernes se programaban amputaciones de miembros e incluso ejecuciones de ladrones, que solían llevarse a cabo en el estadio nacional.
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Un combatiente talibán hace guardia en un puesto de control en una carretera en Jalalabad, Afganistán.
Un combatiente talibán hace guardia en un puesto de control en una carretera en Jalalabad, Afganistán.
Un combatiente talibán hace guardia en un puesto de control en una carretera en Jalalabad, Afganistán.
(EPA)
A su vez, la prohibición de las escuelas mixtas significaba que la mayoría de las niñas no podían recibir educación. Además, las mujeres tenían prohibido trabajar en situaciones en las que pudieran tener contacto con hombres y, para transitar en la vía pública, debían utilizar obligatoriamente el burka.
Si bien todavía no hay señales de que se vayan a recuperar medidas tan estrictas y en las últimas horas un vocero talibán aseguró que se mantendrían los derechos de la mujeres, muchos ciudadanos no se fían. "La gente le tiene miedo a lo desconocido", afirma otro comerciante. Y añade: "Los talibanes patrullan la ciudad en pequeños convoyes. Por ahora no acosan a las personas pero, por supuesto, muchos tienen temor".
Un signo de los nuevos tiempos que se avecinan en el país se vio en las estaciones de televisión que proliferaron durante la ausencia de los talibanes. Tolo TV, el canal privado que prosperó durante las últimas dos décadas con una combinación de programas de juegos de estilo occidental, telenovelas y concursos de talentos, ha detenido la mayoría de su programación rutinaria y ahora muestra repeticiones de un drama turco sobre el Imperio Otomano.
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Un puesto de control de los talibanes en Kabul.
Un puesto de control de los talibanes en Kabul.
Un puesto de control de los talibanes en Kabul.
(Reuters)
El martes, los talibanes anunciaron una "amnistía general" para todos los funcionarios gubernamentales y los instaron a volver al trabajo. "Debes volver a tu rutina con total confianza", deslizaba el anuncio. Y algunos, sin muchas más alternativas, parecieron aferrarse al consejo.
Según los afganos que decidieron quedarse, la relación con los combatientes talibanes en las calles varía mucho. "Algunos se muestran amistosos y no causan problemas", cuenta un vecino de Kabul que intentó llegar a su oficina pasando por uno de los nuevos puestos de control. "Sin embargo, otros tantos son más duros... te empujan y te gritan sin razón", concluye.
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