Un incidente insólito se produjo en el cruce de Rafah cuando la policía de Hamás disparó y mató a un joven palestino llamado Muhammad al-Araja, que intentaba tomar alimentos de los paquetes de ayuda humanitaria. En respuesta al tiroteo que tuvo lugar el viernes por la tarde, los familiares del niño, que pertenece a un gran clan en Rafah, quemaron neumáticos cerca del cruce fronterizo, donde estallaron disturbios que la policía de Hamás no pudo controlar. Los jóvenes de Gaza llamaron a protestar: "Ataquen a Hamás, se debe nombrar un comité para administrar Rafah, que no pertenezca a la organización", proponían entre sus cánticos.
Una fuente de Hamás en la Autoridad de Cruces Fronterizos no hizo comentarios sobre el incidente y negó que "no haya verdad en lo que se está difundiendo en los medios de comunicación y en las redes sociales". Sin embargo, acusó que "un grupo de desplazados prendió fuego a neumáticos de automóviles y atacó camiones que transportaban alimentos en ruta a la Franja de Gaza". En otro comunicado, las autoridades de Hamás calificaron a los manifestantes de "criminales" e informaron que "la policía palestina rápidamente tomó el control del incidente, aseguró los camiones de ayuda y puso fin a los intrusos".
En una declaración que circuló entre los gazatíes, "los jóvenes de Rafah" pidieron a los palestinos de la ciudad "que no se rindan a la milicia de Hamás". Los manifestantes llamaron a "arrestarlos, controlar sus armas y nombrar un comité para administrar Rafah que incluya a todas las facciones palestinas y familias que no pertenecen a Hamás. Nuestra paciencia se ha agotado, no le tememos a la muerte".
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Los disturbios cerca del cruce de Rafah. Un funcionario de Hamás negó el incidente, pero confirmó que "las personas desplazadas prendieron fuego a los neumáticos de los automóviles".
(Captura de pantalla)
Un incidente similar tuvo lugar hace unos dos meses, cuando estallaron disturbios después de que la policía de Hamás disparara contra un joven de Gaza que intentaba llevarse paquetes de ayuda. El joven pertenecía a la familia Abu Burika, un gran clan del sur de Rafah, al que se le pidió que ayudara a Hamás a custodiar los paquetes de ayuda hasta que un miembro de su familia recibió un disparo. Tras el incidente, la familia amenazó con vengarse y quemó neumáticos frente a la comisaría de policía de la ciudad.
"Pedimos al gobierno de Hamás que asuma la responsabilidad de sus acciones. Nos dijeron que aseguráramos las entradas y la ayuda, pero hoy nos dispararon a nosotros y a mi familia", dijo un joven de la familia de la víctima durante una protesta frente a la comisaría.
