El Wall Street Journal informó este miércoles que el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, y su adjunto Saleh al-Arouri [eliminado a principios de año], se reunieron en noviembre pasado en Teherán con el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, unas semanas después del inicio de la maniobra terrestre en Gaza.
Algo se sabía sobre aquella reunión. Según informes, Jamenei le dijo que Irán "no tenía intención de unirse a la guerra contra Israel". Pero ahora se publicaron nuevos detalles del encuentro, que tuvo momentos de alta tensión.
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Un viejo encuentro entre Haniyeh, jefe del buró político de Hamás y Jamenei, líder supremo de Irán.
(Reuters)
Según el informe, Haniyeh y Arouri abandonaron la reunión decepcionados, pero aun así dieron a los iraníes una lista de armas que Hamás podría necesitar en la guerra si duraba más de seis meses.
Funcionarios de Hamás expresaron al periódico estadounidense que la lista incluía, entre otras cosas, misiles antitanques y antiaéreos de hombro.
Estos altos mandos de Hamás y Hezbolá dijeron al periódico que después de esa reunión, Jamenei convocó otra más amplia con una serie de aliados de Irán en la región. La lísta incluía al comandante de la Fuerza Quds, Ismail Qaani, altos cargos de Hezbolá como el funcionario Safi al-Din, el embajador hutí en Teherán, Ibrahim al-Dulaimi y el líder de la Jihad, Ziad Nachala.
Las mismas fuentes manifestaron que en esta reunión el líder supremo de Irán admitió que había un gran malestar con un discurso pronunciado por el líder de Hezbolá, Hassan Nasralá en ese momento. En el, Nesaralá se negó a un conflicto más amplio.
Sin embargo, según el informe del "Wall Street Journal", Jamenei defendió la estrategia iraní encaminada a evitar una guerra total y afirmó que no quería desviar la atención de la lucha palestina, que según él "iba bien" con Hamás.
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Haniyeh con al-Arouri, alto mando de Hamás que fue eliminado en Beirut a principio de año.
(Ynet)
Según el periódico, Jamenei advirtió que "batallas paralelas" e interna podían llevar a desviar la atención del mundo de las "devastadoras consecuencias de las actividades de las FDI en Gaza". El mensaje real de sus palabras, según el informe, fue que Hamás se quedó solo en la lucha batalla contra Israel.
Además, "WSJ" centra el informe en el temor que hay por estos días a una escalada tras el ataque de milicias proiraníes en Jordania, en el que murieron tres soldados estadounidenses en la base de la Torre 22.
El mundo se pregunta ahora cómo reaccionará Joe Biden y si atacará directamente un objetivo iraní.
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Base Torre 22 en Jordania, donde impactó un UAV que asesinó a tres soldados estadounidenses.
(Reuters)
A última hora del martes, el líder norteamericano expresó se decisión de como responder al ataque con aviones no tripulados, pero se negó a dar detalles y enfatizó que no estaba interesado en una guerra en Medio Oriente.
La milicia proiraní "Katayeb Hezbolá", que aceptó la responsabilidad del asesinato de los estadounidenses, anunció que había decidido "suspender" sus ataques en la región.
Según la milicia, la decisión se tomó para evitar "avergonzar" al gobierno de Bagdad, y remarcó que el ataque en Jordania fue "sin intervención externa", después de que Irán también negara su participación en el ataque.
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El enorme material de guerra presentado por Teherán el año pasado.
(Captura de pantalla)
Por último, el informe señala dilema al que se enfrentan ahora Teherán y sus aliados: si arriesgarse a una guerra regional extensa que podría arrastrar a Irán a ella, o quedarse quieto y observar la posible destrucción de Hamás por parte de Israel.
El periódico entrevistó a un alto funcionario de Hezbolá que planteó: "¿Qué pasará si Hamas es destruido? ¿No significa eso que el equilibrio de poder cambiará a favor de Israel?".
Para este funcionario el ataque terrorista del 7 de octubre fue un "éxito catastrófico".
