La celebración de elecciones en Siria podría llevar hasta cuatro años, dijo el líder de facto de Siria, Ahmed al-Sharaa, en declaraciones que se difundieron este domingo. Es la primera vez que el exlíder rebelde comenta sobre un posible calendario electoral desde que Bashar al-Assad fue derrocado este mes.
La redacción de una nueva constitución podría llevar hasta tres años, añadió Al-Sharaa en extractos escritos de la entrevista con la emisora estatal saudí Al Arabiya, que se transmitirá más tarde el domingo. También dijo que tomará alrededor de un año para que los sirios vean cambios drásticos.
El comentario de Al-Sharaa, quien lidera el grupo Hayat Tahrir al-Sham que derrocó a Assad el 8 de diciembre, se produce en momentos en que el nuevo gobierno de Damasco ha estado tratando de tranquilizar a sus países vecinos de que se ha alejado de sus raíces en la militancia islamista.
La campaña relámpago del grupo puso fin a una guerra civil de 13 años, pero ha dejado una serie de preguntas sobre el futuro de un país multiétnico que anteriormente se mantenía unido por décadas de gobierno autoritario de la familia Al-Assad, y donde estados extranjeros como Turquía y Rusia tienen intereses fuertes y potencialmente contrapuestos.
Si bien las potencias occidentales acogieron con beneplácito el fin del gobierno de la familia Assad en Siria, no está claro si el grupo impondrá un estricto gobierno islámico o mostrará flexibilidad y avanzará hacia una democracia.
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Una foto vandalizada del derrocado líder sirio Bashar al-Assad.
(Chris McGrath, Getty Images)
Al-Sharaa dijo que HTS, anteriormente conocido como el Frente Nusra, sería disuelto en una conferencia de diálogo nacional.
El grupo alguna vez estuvo afiliado con el Estado Islámico y Al-Qaeda, pero desde entonces ha renunciado a ambos y ha tratado de reposicionarse como una fuerza de moderación.
Ha prometido en repetidas ocasiones proteger a los grupos minoritarios, que temen que los nuevos gobernantes puedan tratar de imponer un gobierno islamista, y ha advertido sobre intentos de incitar a la lucha sectaria.
En la entrevista, Al-Sharaa dijo que Siria compartía intereses estratégicos con Rusia, un aliado cercano de Al-Assad durante la larga guerra civil que tiene bases militares en el país, reiterando las señales conciliadoras que su gobierno ha hecho anteriormente. Al-Sharaa había señalado a principios de este mes que las relaciones de Siria con Rusia deberían servir a intereses comunes.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo que el estatus de las bases militares rusas será objeto de negociaciones con el nuevo liderazgo en Damasco. "Es una cuestión no sólo de mantener nuestras bases o bastiones, sino también de las condiciones de su operación, mantenimiento y provisión, y de la interacción con la parte local", dijo en una entrevista con la agencia de noticias rusa RIA publicada el domingo.
Al-Sharaa también dijo que esperaba que el gobierno del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, levantara las sanciones impuestas a Siria. Diplomáticos estadounidenses de alto rango que visitaron Damasco este mes dijeron que Sharaa se mostró pragmático y que Washington decidió retirar una recompensa de 10 millones de dólares por la cabeza del líder de HTS.