El primer ministro de Bélgica anunció esta semana en una medida sin precedentes que había decidido prohibir la entrada al país de "colonos extremistas" procedentes de Cisjordania.
La prohibición de entrada anunciada por Alexandre de Croix está dirigida a los colonos que, según Bruselas, participaron en actividades que "socavan los esfuerzos de paz y el derecho internacional".
"La violencia contra civiles tendrá consecuencias. A los colonos extremistas en Cisjordania se les prohibirá ingresar a Bélgica. Trabajaremos con los EE.UU. en sanciones contra personas involucradas en acciones que socaven la paz, la seguridad y la estabilidad en Cisjordania", explicó sobre la medida Croix.
Se produce un día después de que EE.UU. anunciara un paso similar, a la sombra de la preocupación que Washington viene expresando desde hace semanas por el aumento de los casos de violencia de los colonos contra los palestinos. Se estima que Bélgica no será el último país en Europa para imponer sanciones contra los colonos, y que a él se unirán otros países.
Los estadounidenses instan al gobierno israelí a tomar medidas para proteger a los palestinos y procesar a los responsables. El gobierno lo ignoró y afirmó que se trataba de un problema marginal e insignificante, que no refleja a toda la población de colonos. Anoche llegó la respuesta americana.
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la adopción de una nueva política de restricciones de visas contra los extremistas judíos, o como los define el secretario de Estado Anthony Blinken, personas "que han estado involucradas en socavar la paz, la seguridad o la estabilidad en Cisjordania, incluso mediante actos de violencia o tomar otras acciones que limiten el acceso de los ciudadanos a servicios esenciales y necesidades básicas".
El Secretario de Estado afirmó que el gobierno americano seguirá exigiendo que se persiga a los alborotadores en Cisjordania, independientemente del autor o de la víctima. Los estadounidenses no especificaron en su anuncio cuántos extremistas estaban involucrados y tampoco mencionaron nombres, pero se estima que se trata de varias docenas de personas.
Cualquiera que entre en la lista negra y le revoquen el visado sólo lo sabrá cuando solicite entrar a los EE.UU. a través del sistema ESTA, y será rechazado. Si su visa es válida, cuando llegue a los EE.UU. no se le permitirá entrar, y será inmediatamente deportado a Israel.
Un ciudadano incluido en esta lista sólo podrá salir de ella después de un tiempo, siempre que no cometa o sea acusado de actos más violentos.