La administración Biden planea seguir adelante con su plan de reabrir el consulado de Estados Unidos en Jerusalem, como parte de los esfuerzos para profundizar los lazos con los palestinos, reiteró el miércoles el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
El diplomático norteamericano reiteró su promesa de avanzar hacia el restablecimiento del consulado, que tradicionalmente había sido una base para el acercamiento diplomático a los palestinos, antes de que fuera cerrado por Donald Trump en 2018.
Blinken se refirió al tema durante una conferencia de prensa en Washington, en momentos que se encuentra de visita en el país el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Yair Lapid, y el jeque Abdullah Bin Zayed Al Nahyan, de los Emiratos Árabes Unidos. El secretario de Estado no llegó a fijar una fecha para la reapertura del consulado, a lo que se opone férreramente el nuevo gobierno de Israel, encabezado por Naftalí Bennett.
"Seguiremos adelante con el proceso de apertura de un consulado como parte de la profundización de esos lazos con los palestinos", señaló Blinken.
La administración Biden está trarando de reparar las relaciones diplomáticas con los palestinos, que resultaron gravemente dañadas durante la administración Trump.
El consulado fue incorporado a la Embajada de los Estados Unidos, que fue trasladada de Tel Aviv a Jerusalem en 2018, una decisión festejada por Israel pero condenada por los palestinos. Biden dice que reabrirá el consulado, pero dejará la embajada donde esta ahora.
El histórico conflicto entre Israel y los palestinos tiene, precisamente, a Jerusalem como uno de sus ejes. Mientras Israel considera a todo Jerusalem como su capital, los palestinos pretenden Jerusalem Este, capturada por Israel en la Guerra de los Seis Días, en 1967. Los palestinos pretenden que Jerusalem Oriental, Cisjordania y la Franja de Gaza sean parte de un futuro estado palestino.
Blinken habló en respuesta a la pregunta de un periodista después de una reunión trilateral que marcó la última señal de la aceptación por parte de la administración de Biden de los llamados Acuerdos de Abraham, que fueron ampliamente vistos como un éxito diplomático para Trump.
Emiratos Árabes Unidos fue el primero de los cuatro estados árabes que se movieron a fines del año pasado para normalizar las relaciones con Israel después de décadas de enemistad. Bahrein, Sudán y Marruecos siguieron el mismo camino.
Algunos críticos dijeron que Trump había promovido el acercamiento árabe con Israel mientras ignoraba las aspiraciones palestinas de tener un estado en la tierra que Israel ocupó en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Los funcionarios de la administración Biden han dicho que los Acuerdos de Abraham no son un sustituto de una solución de dos estados entre israelíes y palestinos, un principio de la política de Estados Unidos en Medio Oriente al que el presidente demócrata ha vuelto después de que Trump se alejara del cargo.
Pero funcionarios estadounidenses dijeron que las condiciones no son las adecuadas para presionar por la reanudación de las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos. Las ultimas que fracasaron se realizaron en 2014. Washington parece reacio a tomar medidas sobre un tema que podría desestabilizar la frágil coalición de gobierno en Israel.