Un ganador del Premio Pulitzer y colaborador del New York Times escribió en su columna del martes 17 de enero que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, necesita intervenir en la situación política en Israel para salvar al país, que según él se está acercando al punto de un disturbio civil.
En su columna, Thomas L. Friedman señaló que si pudiera deslizar un memorándum a Biden sobre el nuevo gobierno israelí, diría: "Israel está al borde de una transformación histórica, de una democracia de pleno derecho a algo menos, y de una fuerza estabilizadora en la región a una desestabilizadora".
"Usted puede ser el único capaz de evitar que el primer ministro Benjamin Netanyahu y su coalición extremista conviertan a Israel en un bastión iliberal de fanatismo", agregó.
Friedman también abordó el conflicto civil interno en el país. "Durante años, los feroces debates en Israel sobre los Acuerdos de Oslo fueron sobre política. Pero hoy este choque latente tiene que ver con el poder: quién puede decir a quién cómo vivir en una sociedad muy diversa".
"El Israel que Joe Biden conocía está desapareciendo y está surgiendo un nuevo Israel. Muchos ministros de este gobierno son hostiles a los valores estadounidenses, y casi todos son hostiles al Partido Demócrata", continuó.
"Netanyahu y su ministro de asuntos estratégicos, Ron Dermer, habían conspirado con los republicanos para diseñar el discurso de Netanyahu en 2015 en el Congreso contra los deseos y políticas de Biden y el presidente Barack Obama. Les gustaría ver a un republicano en la Casa Blanca y prefieren el apoyo de los cristianos evangélicos sobre los judíos liberales y el de MBS sobre A.O.C.", consideró el columnista.
Friedman también afirmó que la crisis actual en Israel sobre la reforma judicial puede presentarse a Biden como un asunto constitucional interno del que debería mantenerse al margen, pero el presidente debería hacer exactamente lo contrario.
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Joe Biden junto al presidente Barack Obama, en 2013. Momento de mayor enfrentamiento con el entonces primer ministro Benjamín Netanyahu, hoy nuevamente a cargo del gobierno israelí.
(AP)
"Biden debería meterse (tal como lo hizo Netanyahu) porque el resultado tiene implicaciones directas para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos. No me hago ilusiones de que Biden pueda revertir las tendencias más extremas que surgen en Israel hoy, pero puede empujar las cosas hacia un camino más saludable, y tal vez prevenir lo peor, con un poco de amor duro de una manera que ningún otro extraño puede", añadió Friedman.
"La crisis más acuciante es ésta: los tribunales de Israel, encabezados por su Tribunal Supremo, han sido en gran medida feroces protectores de los derechos humanos, y en particular de los derechos de las minorías. Estas minorías incluyen ciudadanos árabes, ciudadanos LGBTQ e incluso judíos reformistas y conservadores que quieren la misma libertad y derechos de práctica religiosa que disfrutan los judíos ortodoxos y ultraortodoxos. Además, debido a que la Corte Suprema de Israel revisa las acciones de todas las ramas ejecutivas, incluido el ejército, a menudo ha protegido los derechos de los palestinos, incluida la protección contra los abusos de los colonos israelíes y la expropiación ilegal de su propiedad privada", consideró el periodista.
Friedman explicó que el gobierno actual busca alterar radicalmente la situación en Cisjordania, anexionándola efectivamente sin declararlo oficialmente. Agregó que lo único que impide que Netanyahu hacerlo en este momento son la Corte Suprema de Israel y las instituciones legales.
Friedman escribe que antes de que Netanyahu logre reinar en la Corte Suprema, Biden necesita decirle en términos inequívocos: "Netanyahu, usted está pisoteando los intereses y valores estadounidenses. Necesito saber algunas cosas de ti ahora mismo, y tú necesitas saber algunas cosas de mí. Necesito saber: ¿Es el control israelí de Cisjordania una cuestión de ocupación temporal o de una anexión emergente, como defienden los miembros de su coalición? Porque no seré un chivo expiatorio para eso. Necesito saber si realmente va a poner sus tribunales bajo su autoridad política de una manera que haga que Israel se parezca más a Turquía y Hungría, porque no seré un chivo expiatorio para eso. Necesito saber si sus ministros extremistas cambiarán el statu quo en el Monte del Templo. Porque eso podría desestabilizar a Jordania, la Autoridad Palestina y los Acuerdos de Abraham, lo que realmente dañaría los intereses de Estados Unidos. No seré un chivo expiatorio para eso".
Friedman termina su columna imaginando cómo podría responder Netanyahu a tal intervención: "Joe, Joey, mi viejo amigo, no me presiones sobre estas cosas ahora. Soy el único que contiene a estos locos. Tú y yo, Joe, podemos hacer historia juntos. Unamos nuestras fuerzas no sólo para disuadir las capacidades nucleares de Irán, sino para ayudar, de cualquier manera posible, a los manifestantes iraníes que intentan derrocar al régimen clerical en Teherán. Y vamos a forjar, usted y yo, un acuerdo de paz entre Israel y Arabia Saudita. Hagamos eso y luego dejaré a estos locos".
