Las escuelas, clínicas y los servicios municipales de Cisjordania cerraron este miércoles por tercer día consecutivo de huelga de trabajadores de la agencia de las Naciones Unidas que paga sus salarios.
Unos 3.700 trabajadores en Cisjordania se unieron a la huelga, exigiendo un aumento salarial general de 200 dinares jordanos (281,81 dólares) al mes de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA).
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Niños palestinos pasan junto a un montón de basura en el campo de refugiados de Al Jalazone, cerca de Ramala, en Cisjordania, el 25 de enero de 2023.
(Reuters)
"La huelga continuará hasta que la UNWRA acepte nuestras demandas", dijo Jamal Abdullah, jefe del sindicato que representa a los trabajadores pagados por la agencia en Cisjordania.
El martes, la UNRWA pidió 1.600 millones de dólares para financiar escuelas, asistencia sanitaria y ayuda en Gaza, Cisjordania, Jordania, Siria y Líbano, donde vive la mayoría de los refugiados palestinos o sus descendientes de diversos conflictos árabe-israelíes.
Con las donaciones a la agencia afectadas por las crisis en todo el mundo, agravadas por la inflación y las interrupciones en la cadena de suministro, no había perspectivas inmediatas de alivio. "Todos los indicios apuntan a que va a ser un año difícil", declaró Adnan Abu Hasna, portavoz del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (OOPS) en la ciudad de Gaza.
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Palestinos recogen ayuda alimentaria en un centro de distribución gestionado por el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (OOPS), en la ciudad de Gaza.
(AFP)
Con las clínicas de salud cerradas, unos 50.000 escolares fuera de sus aulas y la basura amontonada en las calles, la huelga se sumó a la lucha diaria a la que se enfrentan los habitantes de las zonas desfavorecidas de Cisjordania.
"Los limpiadores no están trabajando, así que la basura y la suciedad se acumulan junto a las casas y tiendas", contó Hussein Zaid, residente del campamento de Jalazone, en las afueras de Ramala, donde la UNWRA mantiene un centro de salud y dos escuelas. "Si entras en el campamento, no podrás pasar debido a la suciedad y la basura", agregó.
En Gaza, la bloqueada franja costera del sur dirigida por el movimiento terrorista Hamás, sólo hubo un breve parón esta semana, pero aumentó la presión por los suministros humanitarios de los que dependen muchos refugiados para alimentarse.
Nahed Abu Amira, de 63 años, que manifestó que su familia de 24 miembros dependía totalmente de la ayuda de la UNWRA para sobrevivir, comentó que las asignaciones de aceite de cocina y harina en los paquetes de ayuda que recibían se habían reducido en los últimos meses a medida que los precios de los alimentos se han disparado en todo el mundo.
"Temo que la UNRWA suspenda la ayuda alimentaria; si eso ocurre, nuestros hogares se arruinarán y no podremos comer ni beber", advirtió.
