El coronavirus ha provocado 235 muertes más en Irán en las últimas 24 horas, igualando su propio récord, establecido a fines de julio, según anunciaron las autoridades este lunes. La República islámica, que declaró sus primeros casos de COVID-19 en febrero pasado, es por lejos el país más afectado de Oriente Medio.
El número total de decesos en Irán llegó a 27.192, según señaló la portavoz del Ministerio de Salud, Sima Sadat Lari, durante una conferencia de prensa televisada. La situación sigue siendo “preocupante” en Teherán, según el ministerio.
Desde el sábado, y durante una semana, las autoridades decidieron cerrar mezquitas, escuelas, universidades, cines, museos, estadios, salones de recepción, gimnasios, piscinas, zoológicos y cafés, en otor intento para contener la epidemia.
Las "actividades culturales y sociales", así como las grandes plegarias de los viernes, también fueron prohibidas en la capital del país durante este período.
Lari informó sobre 3.902 nuevos infectados en todo el país, otro máximo en un día, lo que lleva al número total 475.674. El anterior tope cotidiano databa del jueves (3.825 casos).
Para contener el coronavirus, Irán impuso restricciones –sin llegar a dictar nunca un confinamiento general–, que se levantaron rápidamente a causa de la crisis económica que devasta al país desde el restablecimiento, en 2018, de las duras sanciones estadounidenses en su contra.
El presidente del país, Hassan Rouhani, solicitó el sábado la imposición de multas y penas “severas” a quienes no respeten los protocolos de salud.