En un incidente sin precedentes, Irán bombardeó el martes objetivos en la gobernación de Erbil, la capital de la región del Kurdistán, en el norte de Irak, con misiles balísticos, lo que provocó cuatro muertos y varios heridos. La acción causó una crisis política, la primera de su tipo entre Bagdad y Teherán.
El Ministerio de Asuntos Exteriores iraquí confirmó, en un comunicado, que había llamado a su embajador en Irán, Naseer Abdul Mohsen, “para realizar consultas en el contexto de los recientes ataques iraníes contra Erbil, que causaron mártires y heridos”.
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El Ministerio de Asuntos Exteriores iraquí llamó a su embajador en Irán, Naseer Abdul Mohsen.
(EPA/AFP)
Esta medida se considera sin precedentes, ya que el primer ministro iraquí, Mohammad Shia al-Sudani, pertenece al “marco de coordinación”, un grupo de partidos chiítas leales a Irán que poseen milicias armadas, encabezadas por el ex primer ministro, Nouri al-Maliki.
Ningún gobierno iraquí se opuso, jamás, a ningún bombardeo o presencia de seguridad militar iraní dentro del territorio iraquí. Desde 2005, Irak tuvo una sucesión de primeros ministros del partido proiraní Dawa, y la constitución iraquí estipula que el cargo de primer ministro debe recaer en la secta chiíta.
Ningún gobierno iraquí se opuso, jamás, a ningún bombardeo o presencia de seguridad militar iraní dentro de su territorio.
Otro acontecimiento notable es que Irak presentó una queja oficial ante el Consejo de Seguridad de la ONU y la Asamblea General de las Naciones Unidas, por la agresión con misiles iraníes en Erbil, sostuvo el Ministerio de Relaciones Exteriores.
El asesor del primer ministro iraquí Khalid Al-Yaqoubi, emitió una declaración describiendo el bombardeo iraní de Erbil como “una importante violación de la soberanía iraquí y de los principios de buena vecindad” y añadió que “el bombardeo cambiará la naturaleza de la relación entre Bagdad y Teherán”.
En la declaración, también acusó a los líderes de seguridad iraníes de engañar a sus subordinados para encubrir sus fracasos, en relación con los atentados del 3 de enero, en Kerman, Irán, en los que murieron, al menos, 85 personas. Ahí se produjeron dos explosiones, durante una conmemoración del cuarto aniversario del asesinato del comandante iraní de la Fuerza Quds, Qasem Soleimani, Las explosiones fueron reivindicadas por el grupo Estado Islámico.
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Irán afirmó que su ataque a Erbil fue en respuesta al atentado de Kerman.
(Safin Hamid/AFP)
Irán afirmó en una declaración, que su bombardeo a Erbil fue en respuesta al ataque de Kerman y que su objetivo era una sede de la agencia de inteligencia israelí Mossad.
Sin embargo, el asesor de seguridad nacional iraquí Qasim al-Araji, miembro de la milicia Badr, respaldada por Irán, publicó en la plataforma de redes sociales X: “Realizamos una inspección de campo, acompañados por miembros del comité de investigación, en la casa del objetivo, anoche, en Erbil, y quedó claro que las acusaciones sobre ataques contra una sede del Mossad son infundadas. Seguimos reuniéndonos con los servicios de seguridad de la región y presentaremos el informe al respetado comandante en jefe”, expresó.
El Gobierno Regional del Kurdistán, de Irak, emitió un comunicado diciendo que el ataque a Erbil había matado a Bashro Diziyi, un destacado empresario local, propietario de empresas de servicios inmobiliarios y de seguridad, junto con miembros de su familia.
“La Guardia Revolucionaria y la Fuerza Quds iraní se están preparando para una posible guerra con Estados Unidos, especialmente después de la alianza de seguridad marítima para atacar a los hutíes en Yemen. Hay movimientos sin precedentes de camiones y helicópteros militares en la zona de Jurf al-Sakhar, al sur de Bagdad. También se están redesplegando y distribuyendo grandes equipos en las zonas desérticas”, afirmó un coronel de la policía iraquí, que prefirió permanecer en el anonimato.
“Desde octubre de 2014, después de la liberación del área de Jurf al-Sakhar, del Estado Islámico, la zona se convirtió en el cuartel general de la Fuerza Quds y de la Guardia Revolucionaria Iraní, y no se permite que ninguna milicia distinta del Hezbolá iraquí esté presente en este lugar. Ni siquiera las fuerzas de seguridad iraquíes pueden entrar allí. Sólo estamos en las afueras”, afirmó el coronel.
“Esta zona se convirtió en un lugar para almacenar armas iraníes. También contiene prisiones, cuarteles de entrenamiento militar, cuarteles de mando y, además, se cultivan drogas. Esta información se confirma mediante reportes de inteligencia y el seguimiento de los movimientos de entrada y salida, pero el gobierno no puede tomar ninguna medida”, manifestó.
Los residentes de la gobernación de Babil, al sur de Bagdad, confirmaron a The Media Line, que habían visto movimientos militares y camiones cubiertos entrando y saliendo de esta zona.
Ali Abboud, propietario de una tienda cerca de la entrada de Jurf al-Sakhar, dijo a The Media Line: “Durante aproximadamente un mes, los movimientos aumentaron a un ritmo sin precedentes, y la mayor parte del equipo se mueve de noche”.
El 4 de enero, un avión no tripulado estadounidense bombardeó el cuartel general de apoyo logístico de las Fuerzas de Movilización Popular proiraníes, en la calle Palestina, en el este de Bagdad, matando a dos miembros e hiriendo a otros siete.
Jurf al-Sakhr, a 60 kilómetros al sur de Bagdad, es un entorno agrícola, de unos 283 kilómetros cuadrados, que estaba habitada por la tribu Janabi. Fue una de las zonas calientes que fue testigo de varias batallas con el ejército estadounidense y luego con las milicias iraníes, antes de que la Guardia Revolucionaria, con el apoyo de las fuerzas iraquíes, pudiera controlar la región, a finales de 2014, y desplazar a más de 14.000 personas, según el Ministerio iraquí de Inmigración y Desplazamiento.
El 4 de enero, un avión no tripulado estadounidense bombardeó el cuartel general de apoyo logístico de las Fuerzas de Movilización Popular proiraníes, en la calle Palestina, en el este de Bagdad, matando a dos miembros e hiriendo a otros siete. Fue un hecho notable que las fuerzas estadounidenses atacaran a las Fuerzas de Movilización Popular en su cuartel general, en una zona muy concurrida de la capital.
“El régimen iraní es demasiado cobarde para atacar a Israel. Si realmente hubiera habido un cuartel general del Mossad en Erbil, las fuerzas iraníes no lo habrían atacado”, expresó Emad Baghlan, investigador de asuntos políticos kurdos.
“Aunque la relación de la región del Kurdistán con el régimen iraní no es mala, el ataque es un error político y de seguridad iraní, después de la operación de Kerman. Atacar es una demostración de fuerza y nada más”, añadió.
“La operación iraní en Erbil es sólo un espectáculo. Quiere enviar un mensaje a Israel de que nuestros misiles balísticos pueden llegar a Tel Aviv. Irán también está tratando de salvar las apariencias. Como respondió al asesinato de Qassem Soleimani con algunos proyectiles contra los campamentos estadounidenses en Irak y ahora con un bombardeo en el aniversario de su muerte, no pudo responder a las fuerzas estadounidenses”, según Hussam Al-Qarghouli, un general de brigada retirado del ejército iraquí.
“Hay miles de misiles balísticos que Irán transfirió a Irak y están en campos, algunos de los cuales, a pocos kilómetros de distancia de las bases estadounidenses. Por lo tanto, están siendo transferidos para preservarlos y ser utilizados en caso de una guerra entre Estados Unidos e Irán."
"Los movimientos de las fuerzas iraníes en sus bases en Irak son necesarios, ya que están expuestos a todos. Es cierto que la zona de Jurf al-Sakhar y otras bases iraníes son zonas prohibidas y no se puede pasar por ellas, pero todo el mundo sabe que los campos de Irán están aquí. Después de que los barcos fueron atacados cerca de Yemen por la milicia hutí de Ansar Allah, Irán se dio cuenta de que estaría en la línea de fuego, pero desafortunadamente la guerra tendrá lugar en Irak... Irak será el campo de batalla estadounidense-iraní”, añadió Al-Qarghouli.
“Hay miles de misiles balísticos que Irán transfirió a Irak y están en campos, algunos de los cuales, a pocos kilómetros de distancia de las bases estadounidenses. Por lo tanto, están siendo transferidos para preservarlos y ser utilizados en caso de una guerra entre Estados Unidos e Irán. Teherán no puede depender de milicias armadas, en esta guerra. La mayor parte está mal entrenadas y no podrá enfrentarse a las fuerzas estadounidenses. La guerra contra el Estado Islámico confirmó que las Fuerzas de Movilización Popular y las milicias respaldadas por Irán, no pueden enfrentarse a los ejércitos, sino sólo a los civiles y, a veces, a la guerra callejera. Esto no sucederá, si estalla la guerra”, afirmó.
“Ocurren sucesivas visitas de líderes iraníes. Antes eran públicas, pero después de la coalición naval para atacar a los hutíes, se volvieron secretas”, argumentó.
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El movimiento hutí se formó para luchar por los intereses de los chiítas zaidíes.
(Mohammed Huwais / AFP)
Haider Al-Kilani, un investigador de asuntos políticos, manifestó que "el gobierno iraquí rechaza que Irak sea un campo de batalla y, por lo tanto, rechaza la operación militar iraní en Erbil".
“Es cierto que el Primer Ministro iraquí, Mohammad Shiaa al-Sudani, cuenta con el apoyo de Irán, pero después de su toma de posesión, comenzó a inclinarse hacia los lados árabe y estadounidense, y también a limitar el papel de las Fuerzas de Movilización Popular; por lo tanto, vemos que sus posiciones contra Irán quedaron claras”, concluyó.
“Ahora, en Irak se está discutiendo el estatus de las fuerzas y bases estadounidenses en el territorio. El primer ministro quiere parecer neutral, pero la verdad, no es así. Las fuerzas políticas iraquíes están de acuerdo en una cosa: no quieren entrar en ninguna guerra. Tienen intereses comerciales y no les importa que un conflicto regional perjudique sus intereses comerciales. Irak acaba de empezar a dar un suspiro de alivio. Incluso, los combatientes de las Fuerzas de Movilización Popular no tienen energía para luchar”, afirmó.
“Es cierto que el Primer Ministro iraquí, Mohammad Shiaa al-Sudani, cuenta con el apoyo de Irán, pero después de su toma de posesión, comenzó a inclinarse hacia los lados árabe y estadounidense."
Tariq Al-Jumaili, miembro del Partido Islámico Iraquí, apuntó: “Existen profundas diferencias entre Irak e Irán, que tal vez no hayan salido a la superficie, pero los acuerdos comerciales con Arabia Saudita distanciaron a Bagdad de Teherán”.
"Hay docenas de acuerdos que Arabia Saudita firmó con Irak, y algunos de ellos, con iraquíes influyentes en partidos políticos chiítas; por lo tanto, la parte iraquí tiende a no apoyar a Teherán y será neutral", manifestó.
Una fuente de la Oficina del Primer Ministro iraquí informó a The Media Line: “El gobierno iraquí está considerando, actualmente, la respuesta apropiada a Teherán, con respecto al ataque a Erbil. Irak se está distanciando de ser un campo de batalla, ya que es el único perdedor en esta guerra”.
(*) Esta historia fue reimpresa con permiso de "The Media Line".
