El Ministerio del Interior de Gran Bretaña anunció este miércoles que invertirá 31 millones de libras (39 millones de dólares) en fortalecer la seguridad de legisladores y figuras públicas. La decisión se tomó tras las amenazas recibidas por políticos que hablan abiertamente sobre la guerra en Gaza y testifican que en los últimos meses se sienten inusualmente amenazados.
Según el anuncio, el dinero se utilizará para proteger todos los "procesos democráticos", para garantizar que no sean perturbados.
"Nadie debería aceptar que los crímenes de odio, el acoso y amenazas son parte del trabajo", afirmó el ministro del Interior, James Calverley.
Como parte de las medidas, todos los funcionarios electos podrán contactar directamente con la policía para denunciar amenazas, y algunos de ellos tendrán derecho a seguridad privada. Además, se reforzarán las patrullas policiales en las zonas donde las tensiones son especialmente altas.
Los parlamentarios británicos expresaron preocupación por su seguridad en medio de un aumento de incidentes antisemitas e islamófobos desde el 7 de octubre. El primer ministro británico, Rishi Sunak, afirmó que los miembros del parlamento están siendo amenazados y sometidos a violencia verbal y física. Además, criticó las manifestaciones violentas durante la guerra en Gaza, que afirmó que eran legítimas pero que fueron "secuestradas" por extremistas.
Desde la masacre del 7 de octubre y el estallido de la guerra, más de diez políticos británicos comentaron a Reuters que la violencia verbal contra ellos es ahora mucho más flagrante. Al menos uno de ellos mencionó este hecho como una consideración que debe examinar antes de decidir si se postula para otro mandato, en las elecciones que se celebrarán a finales de este año.
Todos los legisladores que hablaron con Reuters lo hicieron bajo condición de anonimato, diciendo que temían que su divulgación provocaría una escalada de amenazas y violencia. Incluso los políticos que no reciben amenazas ni insultos dicen que los tonos de los últimos meses son más feos y peligrosos, y algunos temen daños físicos.
Uno de estos, que apoya a Israel en su guerra contra Hamás, habló de un incidente que le hizo cambiar de actitud. Contó que un hombre lo insultó en la calle, alegando que estaba permitiendo un genocidio y que tenía las manos manchadas de sangre. Después de 10 minutos de gritos, cuando los dos estaban a poca distancia el uno del otro, el legislador se alejó y advirtió que llamaría a la policía.
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El primer ministro británico, Rishi Sonak, y el líder laborista, Keir Strummer.
(AP, Reuters)
El legislador, miembro del opositor Partido Laborista, dijo que después de ese incidente decidió reducir su contacto con el público.
La semana pasada, contrariamente a los procedimientos, el presidente de la Cámara de Representantes, Lindsey Hall, decidió permitir a los legisladores votar sobre tres propuestas diferentes que piden un alto el fuego en Gaza: del gobierno conservador, del laborista y del SNP ( Partido Nacional Escocés).
Las amenazas contra los legisladores se producen tras dos asesinatos de políticos británicos en los últimos años: en 2021, el proisraelí David Ames fue asesinado a puñaladas por un partidario del ISIS. Cinco años antes, la parlamentaria Jo Cox fue asesinada por un extremista de derecha.
