Medios iraníes informaron hoy (jueves) que el funcionamiento de las cámaras de seguridad utilizadas por el gobierno en todas las calles de Teherán se vio interrumpido. Una organización opositora al régimen reivindicó el hecho y sostuvo que su accionar irrumpió en el software de unas 5.000 cámaras de vigilancia.
El ataque se produce en el marco de los preparativos para conmemorar el aniversario de la muerte del fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruhollah Jomeini, quien lideró la Revolución Islámica en 1979, del cual se cumplen mañana 33 años de la muerte.
La Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán, un grupo opositor al régimen de los ayatolas, que reivindica su responsabilidad en el hecho, informó que logró infiltrar cámaras en torno a la tumba de Jomeini, así como hacer caer sitios web oficiales de Teherán.
La organización dejó trascender videos en los cuales se pueden ver los sitios web del municipio de Teherán, entre otros, condenando la figura del ex líder supremo Jomeini. En los videos pueden verse fotos del actual líder supremo, Ali Jamenei, tachado con una cruz roja sobre su imagen.
De Stuxnet a la Carcel de Evin
En enero de este año, un ataque informático interrumpió la transmisión de la televisión estatal iraní y transmitió un llamado a matar a Jamenei. En octubre del año pasado, otro ataque paralizó la actividad de miles de estaciones de servicio en todo el país, causando grandes caos de tránsito. En simultaneo, el ataque tomó control de un centenar de pantallas publicitarias colocando mensajes contra el líder supremo “Jamenei, ¿Dónde está nuestra gasolina”, afirmaban.
El año pasado, en otro ataque a la red de seguridad, se hicieron públicas las imágenes del sistema de vigilancia de la carcel de Evin, conocido por ser un centro de detención para opositores al régimen. Las grabaciones publicadas documentaron imágenes de abuso a los presos.
Uno de los ciberataques más sonados que sufrió la República Islámica fue a principios de la década pasada, cuando el sistema informático “Stuxnet” destruyó centrífugas utilizadas en su programa nuclear. Teherán acusó explícitamente a Israel y Estados Unidos de estar detrás del hecho. Las sanciones que sufre Irán por parte de occidente lo obligan con frecuencia a depender de sistemas de software y hardware antiguos, o en versiones no oficiales, que resultan más vulnerables a los ciberataques.
