Bélgica liberó el viernes al oficial de inteligencia iraní Asadollah Asadi –quien cumplía una sentencia de 20 años de prisión por conspirar para hacer volar una reunión de exiliados iraníes cerca de París, hace cinco años– a cambio de la liberación del trabajador humanitario belga Olivier Vandekastel, preso en una prisión iraní. El acuerdo de intercambio de prisioneros fue discutido entre ambos países durante meses, y su implementación ahora atestigua el éxito de la política de Irán de "diplomacia de rehenes", en la que detiene a ciudadanos extranjeros para chantajear a los países occidentales.
El acuerdo de intercambio de prisioneros fue anunciado al mediodía por Omán, un principado del Golfo que a menudo sirve como mediador entre Irán y Occidente. El Ministerio de Relaciones Exteriores omaní informó que dos "detenidos", cuyas identidades no especificó, habían sido transferidos a la capital omaní el lunes antes para el regreso a sus países. "El sultanato de Omán aprecia el espíritu positivo con el que se llevaron a cabo las conversaciones con las partes en Irán y Bélgica, y su afán por resolver este problema humanitario", señaló el ministerio.
Omán no reveló las identidades de los prisioneros que fueron intercambiados, pero los medios estatales iraníes confirmaron más tarde que Asadi había sido liberado a cambio del trabajador humanitario belga. Irán insiste en que Asadi actuó en Bélgica nada más que como un diplomático, a pesar de que la inteligencia belga dice que en realidad era un oficial de inteligencia iraní que recopilaba información sobre exiliados iraníes en Europa. "Asadollah Asadi, nuestro diplomático inocente que estuvo detenido ilegalmente durante más de dos años, en violación del derecho internacional, está regresando a su país", informó el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Hossein Amir Abdollahian, al mediodía, agradeciendo a Omán por ayudar a asegurar su liberación.
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Asadullah Asadi. Contrabandeó explosivos en un avión y los entregó a terroristas.
(Ynet)
Asadi fue sentenciado hace dos años a 20 años de prisión en Bélgica, tras ser declarado culpable de conspirar para detonar un artefacto explosivo improvisado en un mitin de un grupo de oposición iraní exiliado, cerca de París, en 2018. El complot fue expuesto con la ayuda del Mossad israelí, y la condena de Asadi fue la primera vez que un funcionario iraní es condenado por terrorismo en un tribunal europeo desde la Revolución Islámica de Irán en 1979. Irán rechaza las acusaciones en su contra, alegando que la propia organización en el exilio organizó un intento de ataque terrorista contra él para empañar su nombre.
La operación para frustrar el ataque tuvo lugar el día de una reunión de la organización opositora Consejo Nacional de Resistencia de Irán. La conferencia se celebró en Villepin, cerca de París, el 30 de junio de 2018. Con base en la inteligencia que recibió, la policía belga arrestó a una pareja que viajaba en un Mercedes, y encontró 550 gramos de explosivos y una espoleta en su maletero. Los expertos belgas en IED afirman que era un IED profesional y de alta calidad, y podría haber causado daños muy significativos. Se suponía que unos cuantos miles de personas asistirían a la reunión de exiliados iraníes, incluidas figuras de alto rango de países de todo el mundo como el ex alcalde de la ciudad de Nueva York Rudy Giuliani, el ex presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos Newt Gingrich y la ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt.
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Una reunión de la organización opositora iraní cerca de París unos años antes del incidente de 2018.
(AP)
Asadi fue arrestado en Alemania el día después de la captura de la pareja y trasladado a Bélgica. El tribunal explicó su decisión de no aceptar su solicitud de inmunidad diplomática alegando que estaba de permiso en el momento de su detención y, por lo tanto, no tenía derecho a inmunidad. Según documentos de inteligencia belgas, Asadi era un oficial de inteligencia iraní que pertenecía al Departamento 312 del Ministerio de Inteligencia y Seguridad de Teherán, un departamento que la Unión Europea considera una organización terrorista.
Durante el juicio, los fiscales determinaron que Asadi se desempeñó como comandante operativo del ataque planeado, operando desde Viena bajo la apariencia de un diplomático. Agregaron que la pareja que llevaba la bomba en su automóvil, Amir Saadouni y Nasima Naomi, había sido reclutada años antes del ataque, y luego lo hizo para recopilar información sobre activistas de la oposición iraní en Europa. Los investigadores determinaron que fue Asadi quien llevó los explosivos a Austria en un vuelo comercial desde Irán, y luego entregó el IED a la pareja en un lugar público de Luxemburgo.
A cambio de Asadi, fue liberado Olivier Vandekastel, un trabajador humanitario belga que vivía en Irán desde 2015 y fue arrestado repentinamente en febrero del año pasado por cargos de espionaje. En enero de este año, Irán lo condenó a una dura sentencia de prisión de 40 años, junto con una brutal sentencia de 74 latigazos. La familia de Wandekastel afirmó que había sido condenado durante un juicio irregular y que no se le había dado acceso a un abogado durante su detención. Belgica y otros países de Occidente afirmaron que era un claro intento de Irán de extorsionar para la liberación de Asadi.
La República Islámica, debe recordarse, detiene rutinariamente a ciudadanos extranjeros, principalmente europeos y estadounidenses, sin ninguna razón, y luego los acusa de espionaje, un comportamiento que Occidente llama "diplomacia de rehenes": Europa y Estados Unidos afirman que ésta es la forma en que Teherán los chantajea y hace que liberen a los prisioneros iraníes detenidos en sus prisiones por actos terroristas.
A pesar de las críticas a la medida, Bruselas firmó un tratado el año pasado que permite el intercambio de prisioneros entre Bruselas y Teherán. El tratado entró en vigor el mes pasado, después de una batalla legal librada en su contra por los opositores al intercambio de prisioneros en Bélgica, que expresaron su preocupación de que alentaría aún más la "diplomacia de rehenes" iraní.
El primer ministro belga, Alexander De Croo, dijo al mediodía que Vandekastel había sido llevado a Omán desde Irán durante la noche, donde soldados y diplomáticos belgas se reunieron con él. Esta mañana se sometió a exámenes médicos y luego abordó un vuelo a Bélgica. "Olivier pasó 455 días en la cárcel en Teherán. En condiciones insoportables. Era inocente", agregó De Croo. "El regreso de Olivier Vandekastel a Bélgica trae alivio a su familia, amigos y colegas", añadió.
