Un alto funcionario de seguridad israelí afirmó, según el New York Times, que Israel está interesado en reducir las tensiones en el Golfo Pérsico y no tiene intención de responder al ataque iraní contra el barco israelí Hyperion Ray.
Una fuente estadounidense agregó que Israel solicitó la ayuda de Estados Unidos para proteger el barco, por temor a que la Guardia Revolucionaria iraní le produzca un daño en respuesta al sabotaje del barco de inteligencia "Saviz". Al mismo tiempo, un alto funcionario iraní dio a conocer nuevos detalles sobre el incidente de Natanz.
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El barco Hyperion Ray, propiedad de un empresario israelí, atacado cerca de Emiratos Árabes Unidos.
(Marinetraffic)
El columnista de Ynet, Ron Ben Yishai, señaló ayer que Israel tiene interés en reducir el voltaje del conflicto naval, y que Jerusalem ya tomó una decisión al respecto la semana pasada. Según afirmó el periodista, la campaña naval causa daños a ambas partes, pero Israel se ve más perjudicado, ya que las compañías navieras israelíes sufren grandes pérdidas económicas por los costos adicionales de seguridad y de contratación de seguros.
El barco Hyperion Ray, propiedad del empresario israelí Rami Unger, fue atacado cerca del puerto de al-Fujairah en los Emiratos Árabes Unidos. El daño fue solo superficial y el barco pudo continuar camino. El ataque ocurre en el contexto de una seguidilla de episodios de daños a barcos israelíes e iraníes, una “guerra en las sombras” entre los países en la arena marítima.
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Imagen satelital del barco de inteligencia iraní presuntamente atacado por Israel.
(Imagesat)
Nuevos detalles sobre el incidente de Natanz
Mientras tanto, altos funcionarios iraníes dieron a conocer nuevos detalles sobre el incidente en Natanz y admitieron que el daño causado es mayor al que se informó inicialmente. El jefe de la investigación por parte del parlamento iraní sostuvo que "varios miles de centrifugadoras fueron completamente destruidas" y que resulta en un duro golpe para la capacidad de la República Islámica de enriquecer uranio. Fuentes de inteligencia estadounidenses e israelíes señalaron al New York Times, a este respecto, que Irán necesitaría nueve meses para reparar los daños.
El funcionario iraní se refirió también a otros incidentes en que resultaron dañadas las capacidades nucleares iraníes y criticó al aparato de seguridad de su país: “permitió que los espías deambularan libremente y convirtieron a Irán en un refugio para espías". Detalló que en uno de los incidentes un equipo nuclear enviado al exterior para ser reparado volvió con 136 kilos de explosivos en su interior y en otro caso una mesa con explosivos escondidos en su estructura fue introducida de contrabando en una central nuclear.
Ayer, el viceministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Arakchi, anunció que Teherán comenzará a enriquecer uranio a un 60% y agregó que se sumarían 1.000 nuevas centrifugadoras a la planta nuclear de Natanz. Arakchi dio estas declaraciones en Viena, donde se encuentra como parte de las conversaciones indirectas entre Irán y Estados Unidos sobre un regreso al acuerdo nuclear de 2015.
Por su parte, Estados Unidos, en su informe anual de evaluación de amenazas de inteligencia, sostuvo que a pesar de las violaciones iraníes y la reanudación del trabajo sobre el desarrollo de material nuclear, no hay evidencia de que Teherán haya comenzado a ejecutar tareas para convertir esos materiales en armas nucleares.
