Ebrahim Raisi, clérito identificado con la línea dura de la política iraní, prestó juramento ante el Parlamento el jueves, en tanto los gobernantes clericales de la República Islámica se enfrentan a crisis crecientes en el país y en el extranjero.
El clérigo chiíta de rango medio comenzó formalmente su mandato de cuatro años el martes, cuando el líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, respaldó su victoria en las elecciones de junio, cuando la mayoría de los rivales prominentes no pudieron presentarse.
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El flamante presidente de Irán, Ebrahim Raisi, habla ante el Parlamento en la ceremonia de jura del cargo.
(AFP)
Con la presidencia de Raisi, todas las ramas del poder en Irán estarán controladas por los intransigentes antioccidentales leales a Khamenei.
"En presencia del sagrado Corán y ante la nación, juro por el Dios omnipotente que salvaguardará la religión oficial del país y la República Islámica, así como la constitución del país", dijo Raisi ante el parlamento y a dignatarios extranjeros en una ceremonia transmitida en vivo en la televisión estatal.
Raisi, quien se encuentra bajo sanciones estadounidenses por acusaciones de abusos a los derechos humanos cuando era juez, se comprometió a tomar medidas para levantar las sanciones que han reducido las exportaciones de petróleo y han excluido a Irán del sistema financiero internacional.
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El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei (izq.), entrega el precepto presidencial a Ebrahim Raisi en Teherán.
(EPA)
"El pueblo iraní espera que el nuevo gobierno mejore sus medios de vida (...) Deben levantarse todas las sanciones ilegales de Estados Unidos contra la nación iraní", dijo Raisi después de prestar juramento, y prometió servir a la nación y mejorar los lazos con sus vecinos.
Irán ha negociado con seis potencias nucleares revitalizar el acuerdo nuclear de 2015, abandonado hace tres años por el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien señaló que dicho tratado era demasiado blando con Teherán.
Según rezaba el acuerdo, Irán acordaba frenar su programa nuclear a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales; pero Trump se retiró del acuerdo y volvió a imponer sanciones que han paralizado la economía de Irán. Desde entonces, Teherán ha infringido los límites impuestos a sus actividades nucleares en virtud del acuerdo.
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Diplomáticos de la Unión Europea, Rusia, China e Irán, reunidos en Viena para discutir el regreso de Estados Unidos al acuerdo nuclear de 2015.
(AFP)
Al igual que Khamenei, Raisi respaldó el reinicio de las conversaciones nucleares, pero se espera que adopte una línea más dura. El líder supremo tiene la última palabra en todos los asuntos estatales, incluida la política nuclear.
Funcionarios iraníes y occidentales han dicho que siguen existiendo brechas significativas en las conversaciones nucleares y aún no han anunciado cuándo se reanudarán.
Con una miseria económica palpable en territorio iraní y los signos de un creciente enojo entre los iraníes por las dificultades económicas, liberarse de las sanciones estadounidenses será el principal objetivo económico de Raisi, coinciden los analistas políticos.
"El nuevo gobierno trabajará para mejorar la economía para resolver los problemas de la nación"
Ebrahim Raisi
Las tensiones han herido a fuego lento las relaciones entre Irán y Occidente después de un presunto ataque con drones la semana pasada en un petrolero administrado por Israel frente a la costa de Omán, que mató a dos miembros de la tripulación.
Estados Unidos, Israel y Gran Bretaña culparon del incidente a Irán. Teherán negó su responsabilidad y advirtió que respondería con prontitud a cualquier amenaza a su seguridad.
Irán también ha negado su participación en un incidente de secuestro en el Mar Arábigo el martes. Fuentes de seguridad marítima dijeron que sospechaban que las fuerzas respaldadas por Irán estaban detrás del ataque a un petrolero con bandera de Panamá; Washington cree que los iraníes secuestraron el barco, pero no estaba en condiciones de confirmarlo.
Nombrado por Khamenei para dirigir el Poder Judicial en 2019, Raisi fue puesto bajo sanciones estadounidenses unos meses después por el papel que supuestamente desempeñó en las ejecuciones de miles de presos políticos en 1988. Irán nunca ha reconocido los asesinatos.
Raisi, un protegido de Khamenei, ha dicho que las sanciones de Estados Unidos le fueron impuestas por hacer su trabajo como juez. Los disidentes temen que su presidencia pueda marcar el comienzo de una mayor represión en Irán.
