Saad Hariri fue nombrado nuevamente primer ministro del Líbano y formará "rápidamente" un gobierno de "expertos", informó la presidencia el jueves, después de las consultas llevadas a cabo por el jefe de Estado, Michel Aoun.
Hariri fue elegido por una mayoría de 65 diputados, según estas fuentes.
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Saad Hariri durante su discurso tras el nombramiento: "Formaré un gobierno de expertos".
(AFP)
El dirigente había dimitido hace un año, presionado por las manifestaciones en la calle, que pedían una renovación de la clase política, y tendrá ante sí la tarea de formar un equipo de gobierno en un país hundido en la crisis económica.
Tras su nombramiento, Hariri prometió "rápidamente" un gobierno de "expertos", que no emanarán de los partidos políticos, "para realizar reformas económicas y administrativas".
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El presidente del Parlamento, Nabih Berri (izquierda), el presidente Michel Aoun (centro) y el primer ministro designado, Saad Hariri.
(AFP)
"El tiempo apremia y el país tiene una única y última oportunidad", expresó en un discurso transmitido por televisión.
El nombramiento de Hariri puede provocar la cólera de sus detractores. Desde el miércoles por la noche, decenas de personas se manifestaron en las calles de Beirut contra el dirigente.
Los libanes se han sumido en la pobreza en los últimos años, e incluso en la capital, Beirut, se vieron obligadas a vivir muchas horas sin electricidad durante todos los veranos.. La angustia económica solo se vio agravada por la pandemia y el desastre de la explosión en el puerto de Beirut en agosto de este año, en el que murieron cerca de 200 personas y más de 6.000 resultaron heridas.
Todas esas situaciones derivaron en masivas protestas contra la élite política que ha gobernado el país durante décadas y que se caracteriza por la corrupción y por preocuparse por sus propios intereses políticos.
Entre los opositores al nombramiento de Hariri se encontraba un gran partido cristiano, las Fuerzas Libanesas, considerado un rival acérrimo de Hezbollah. Según esta facción, debería formarse un gobierno de expertos en el Líbano, no de políticos. "¿Esta élite política, que tomó al pueblo como rehén, se dio cuenta de que no podía continuar por este camino?", preguntó el parlamentario George Adwan. "Ahora tendrá que pasar la prueba", agregó. Muchos de los manifestantes que salieron a las calles el año pasado también se oponen al regreso de Hariri al cargo de primer ministro, porque lo ven como un símbolo de esa vieja élite política a la que se responsabiliza por la difícil situación del Líbano.
Hariri, hijo del ex primer ministro Rafik al-Hariri, quien fue asesinado en 2005, presuntamente por miembros de Hezbollah, es considerado un opositor a la organización terrorista liderada por Hassan Nasrallah. Desde su renuncia como primer ministro el año pasado, la moneda libanesa ha perdido casi el 80% de su valor, mientras que la inflación, el desempleo y el costo de vida se han disparado. Los libaneses ahora no pueden acceder a sus ahorros porque los bancos han impuesto restricciones por temor a que se agoten.
Tras la dimisión de Hariri el año pasado, Hassan Diab fue nombrado primer ministro, pero dimitió bajo por la presión sufrida tras la explosión en Beirut.
