La escalada de tensiones entre Israel e Irán se intensificó, principalmente tras el asesinato en Damasco del alto funcionario de los Guardianes de la Revolución Islámica Mohammad Reza Zahedi. El hecho de que se tratara de otro asesinato de un miembro de alto rango de la organización iraní desde el comienzo de la guerra acabó provocando una respuesta generalizada, y no en vano. La Guardia Revolucionaria no es una fuerza militar cualquiera de Teherán, sino una organización con mucho poder y bastante importancia en el régimen de los ayatolas.
Aunque Israel está familiarizado con el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica principalmente en la esfera militar, donde se encuentra gran parte de su actividad, el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica está activo en bastantes áreas de Irán. Principalmente en el campo de la inteligencia, pero la Guardia también está activa en las esferas social, cultural, industrial y económica.
El Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica se estableció poco después de la revolución que llevó al ayatolá Khomeini al poder. Poco después de ser nombrado líder supremo de Irán, Khomeini emitió un decreto para proteger a la revolución y al nuevo régimen de las amenazas externas, especialmente desde adentro. El decreto establecía que la recién creada Guardia Revolucionaria era una fuerza independiente de las fuerzas militares de la época del Sha, con el fin de evitar la posibilidad de un golpe de Estado contra el nuevo régimen.
Khomeini llamó a la Guardia Revolucionaria un "ejército ideológico". No se les considera parte de las fuerzas armadas iraníes, tienen un mando independiente y reciben instrucciones directas del líder supremo, sin mediación. A lo largo de los años, se han convertido en una fuerza importante en el país que está muy involucrada en la toma de decisiones significativas. Como, por ejemplo, si responder a los asesinatos y cómo.
El Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica tiene unidades equivalentes a las fuerzas terrestres, aéreas y navales del ejército iraní, e incluso tiene una rama de inteligencia paralela a la del ejército. De hecho, Irán tiene actualmente dos ejércitos en un solo país, con la principal diferencia del propósito de ese ejército. El ejército iraní busca proteger las fronteras de Irán de la interferencia externa, mientras que la Guardia Revolucionaria defiende la revolución iraní y busca exportarla fuera del país.
Si bien al principio puede haber habido cierta tensión entre los dos ejércitos, en los últimos años el ejército iraní ha experimentado un cambio y sus líderes ahora son casi completamente leales a la Guardia Revolucionaria. "Hay una sensación de que son como sus muñecas. No toman decisiones solos, y la Guardia Revolucionaria controla todos los sistemas principales, como la cuestión nuclear y las fuerzas especiales", explicó Benny Sabati, investigador de Irán en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS). "En las áreas con problemas internos en Irán, se ha establecido el cuartel general del CGRI, no el ejército, pero el personal militar sigue sospechando".
Unidad de élite
Según estimaciones publicadas por el periódico saudí Asharq Al-Awsat, el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica cuenta con unos 125.000 agentes en las distintas unidades. Están comandados desde 2019 por el comandante de la Guardia Revolucionaria Hossein Salami, quien fue nombrado para el cargo por Ali Khamenei.
Una de las unidades más conocidas del CGRI es la Fuerza Quds, la fuerza de espionaje militar de la Guardia fuera de las fronteras de Irán. La Fuerza Quds es responsable de realizar uno de los principales objetivos de la organización: exportar la revolución iraní fuera de las fronteras del país y dar forma a Oriente Medio de una manera que sirva a los intereses del régimen de los ayatolas.
Según Al Jazeera, la fuerza tiene como objetivo crear un "fuerte frente de resistencia" contra Israel y Estados Unidos desde el Mediterráneo hasta el este de Asia. Para ello, constituye un conducto significativo entre elementos del "eje de resistencia" chiíta-iraní en su actividad contra Israel, y patrocina a grupos armados leales a él y desplegados por todo Oriente Medio en países como Líbano, Siria, Yemen e Irak. También mantiene contactos regulares con las facciones palestinas.
A lo largo de los años, los miembros de la Fuerza Quds de Irán han estado involucrados en varios conflictos en Oriente Medio. Por ejemplo, los combatientes de élite de Irán apoyaron a Hezbolá en la guerra civil en el Líbano, ayudaron al presidente sirio Bashar al-Assad en los enfrentamientos con la oposición y apoyaron a los hutíes en la interminable guerra en Yemen. Al mismo tiempo, contrarrestaron los intentos de ISIS de apoderarse permanentemente de áreas en Siria e Irak.
Los medios de comunicación árabes se refieren a la Fuerza Quds como una unidad de élite del régimen iraní, que según varios informes cuenta con unos 15.000 operativos. Pero cuando se estableció la Fuerza Quds, la situación era completamente diferente. La unidad de élite se estableció mediante la fusión de varias organizaciones iraníes en 1990, unos dos años después del final de la guerra entre Irán e Irak, y un año después de que Ali Khamenei comenzara su papel como líder supremo de Irán.
El comandante de la unidad durante los primeros siete años fue Ahmed Vahidi, quien la estableció, y después de él fue nombrado Qassem Soleimani, quien condujo a la Fuerza Quds a la llamada "edad de oro" de la fuerza. El estatus de Soleimani en el mundo árabe-chií se desarrolló tanto que pronto el comandante de la fuerza se hizo más famoso que la propia fuerza. Durante los 22 años de Soleimani en el cargo, consolidó la influencia de Irán en varios países de la región, incluidos Líbano y Siria. En 2020, fue asesinado por Estados Unidos durante una visita a Irak. La persona que le sustituyó en el cargo, y que actualmente comanda la fuerza, es Ismail Qaani, que en los últimos meses no ha dejado de pronunciarse contra Israel.
Un vistazo a la organización voluntaria de la revolución
Además de la actividad militar externa, la Guardia Revolucionaria no rehúye intervenir en asuntos que agitan a Irán internamente. Los guardias tienen un mecanismo de reclutamiento llamado Basij. El cruce es una fuerza paramilitar que, según Al Jazeera, incluye al menos 90.000 voluntarios, hombres y mujeres, estudiantes y adultos. En Irán, hay quienes afirman que en realidad hay millones de operativos en la organización.
Los miembros de Basij se pueden dividir en tres grupos, explica Sabati. "El primer grupo son activistas que participan en la organización durante todo el año, y son como la Guardia Revolucionaria. El segundo grupo son los 'informantes', es decir, personas que son activas en su tiempo libre y no de forma intensiva, y que participan principalmente informando sobre diversos acontecimientos. El tercer grupo son las personas que acaban de registrarse en el Basij y no están comprometidas con la actividad".
Según informes de los medios de comunicación, los voluntarios de Basij han ayudado al régimen de los ayatolas a hacer frente a las operaciones contra el régimen en los últimos años. Entre otras cosas, ayudaron a las fuerzas policiales y a los aparatos de seguridad a dispersar las manifestaciones populares, y llevaron a cabo misiones de seguridad, culturales, religiosas y de policía de la moral en el país. Según Al Jazeera, los voluntarios de Basij también son responsables de las ceremonias de los Guardianes de la Revolución Islámica y de las campañas de propaganda en todo el país.
Uno de las decenas de miles de agentes de Basij era también Sabati, que creció en Irán y pertenecía al tercer grupo de la organización. "Solía ir a una conferencia una vez al mes en la mezquita, donde repartían galletas. ¿Por qué era importante para mí ir? Porque te da como un 'cinturón' que te salva de las garras de otros que intentan atraparte. A pesar de que seguía diciendo que era parte de ellos, todavía me golpeaban. Hay un dicho: 'Si no puedes vencerlos, únete a ellos', y ése fue el caso. Iba a la mezquita, escuchaba sus cosas, salía y me reía de ello".
"No sabían que yo era judío cuando me uní al Basij, de lo contrario no habría sido posible. Los judíos en Irán deben alistarse en el ejército, pero no pueden estar en la Guardia Revolucionaria y permanecer siempre en posiciones bajas", agregó Sabeti. "Su gente opera con la idea de que si hay algo que no saben o sobre lo que no han sido educados, lo frustran, ésa es la esencia de la resistencia. En los últimos años, el público iraní se ha vuelto menos antisemita, mientras que el régimen es muy antisemita, lo que reduce un poco su legitimidad".
Reportajes de noticias y control de multitudes
Los guardoas no sólo se ocupan de temas violentos. La Guardia Revolucionaria de Irán también es propietaria de empresas de medios de comunicación en Irán y dirige agencias de noticias, canales, sitios web y periódicos. Todo con el fin de promover la propaganda de la organización dentro y fuera de Irán. Ejemplos de esto se pueden ver en las últimas semanas en las redes iraníes y en los carteles de propaganda en hebreo que se han colgado en todo Teherán.
Los medios de comunicación en Teherán casi siempre se preocupan por promover la imagen del revolucionario que ayuda al pequeño ciudadano en todos los acontecimientos, no sólo en la guerra. "El régimen se asegura constantemente de enfatizar su actividad a expensas del ejército. Siempre muestran a un miembro de la Guardia Revolucionaria caminando en el barro al final", dijo Sabeti.
Según informes árabes, la Guardia Revolucionaria también tiene un ejército electrónico responsable del dominio cibernético de la organización. Entre otras cosas, el personal cibernético de la Guardia difunde propaganda y mensajes en las redes sociales.
Una de las formas de financiar las extensas actividades de la organización es a través del brazo económico de la organización llamado Hatem al-Anbi, el Sello de los Profetas, un apodo familiar para el profeta Mahoma, quien según la creencia musulmana fue el último profeta. Según Asharq al-Awsat, el CGRI posee una amplia red de empresas, incluso en los sectores del petróleo, el gas y la construcción.
Misiles, organización nuclear y terrorista
Según los informes de los medios de comunicación árabes, el arsenal de los Guardianes de la Revolución Islámica es diverso y muy avanzado. Una publicación afirmaba que la organización estaba supervisando el programa de misiles balísticos y aviones no tripulados de Irán, que los expertos describieron en la publicación como "el más grande de Oriente Medio". Otra publicación atribuyó altas capacidades defensivas a la organización y al desarrollo de armas especiales y misiles. Entre otras cosas, se afirmó que el CGRI poseía vehículos aéreos no tripulados, sistemas de defensa aérea y sistemas de guerra electrónica.
Junto con el desarrollo de los drones, los iraníes están atrasados en lo que respecta a los aviones de combate. "Los iraníes están entrenando en aviones viejos, muchos de ellos se cayeron en el entrenamiento, incluso aviones de pasajeros se estrellaron. No son hábiles para volar y, por lo tanto, usan misiles y drones, que son armas pasivas que no ganan guerras", señaló Sabeti.
"Incluso si reciben aviones de Rusia, éstos son aviones del Este en los que no saben cómo volar. Esto requerirá un cambio en toda su doctrina de combate", agregó Sabati. "Por lo tanto, hay que tomar las cosas en proporción. No desde un lugar de desprecio por los iraníes, sino de proporciones", añadió.
Mientras tanto, los iraníes se aseguran de publicitar adecuadamente las capacidades militares del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica, incluso en ejercicios de exhibición y desfiles organizados por la organización. Estos documentos también forman parte de la guerra psicológica empleada por la Guardia Revolucionaria, tanto interna como externamente.
Y cuando se trata de Irán, también llega rápidamente al programa nuclear. Según un informe de Al Jazeera, los países occidentales señalan con el dedo a la organización, alegando que está involucrada en el programa nuclear de Irán.
Dado que no es un ejército iraní oficial, es más fácil para los países de todo el mundo designarlo como una organización terrorista, y hay varios organismos que ya lo hayan designado como tal. Por ejemplo, Estados Unidos designó al CGRI como organización terrorista extranjera en 2019, y la Unión Europea impuso sanciones a sus miembros. Sin embargo, los llamamientos de Israel a Alemania y Gran Bretaña para que designen al CGRI como organización terrorista e impongan sanciones al proyecto de misiles iraníes hasta ahora no han sido respondidos.
