Autoridades qataríes realizaron un operativo de confiscación de juguetes coloridos, similares a los de la bandera del orgullo LGBT, debido a que se trataba de productos “contrarios a los valores islámicos”.
El Ministerio de Comercio e Industria informó que allanó tiendas minoristas en diferentes partes del país y que “fueron confiscados juguetes para niños con consignas que contradicen los valores del Islam”. El comunicado del ministerio, publicado a través de la red social Twitter, adjuntaba fotos con algunos de los juguetes en cuestión.
Desde 2010 cuando Qatar fue elegido sede de la Copa del Mundo de fútbol que se disputará en 2022, y especialmente en los últimos meses, la problemática de los derechos humanos en el país musulmán conservador es seguida de cerca por los ojos internacionales, especialmente en asuntos referidos a inmigrantes trabajadores y derechos del colectivo LGBT.
Si bien las autoridades qataríes declararon reiteradamente que todas las personas que lo deseen podrán viajar al país y asistir a los partidos, sin importar las inclinaciones sexuales de los espectadores, las relaciones amorosas con personas del mismo sexo siguen siendo penadas por ley.
A su vez, organizaciones de derechos humanos denuncian que para la construcción de la infraestructura necesaria para albergar el mundial Qatar utiliza mano de obra barata procedente de otros países, cuyos derechos laborales y de seguridad son vulnerados, en muchos casos produciendo la muerte de los trabajadores.
