Tres meses después de la invasión rusa de Ucrania, que ha cerrado el acceso al trigo del Mar Negro a menor precio, los propietarios de cinco molinos en la Franja de Gaza palestina están sintiendo el golpe económica mientras intentan reponer las existencias.
Los precios han aumentado en alrededor del 20%, lo que significa que las cinco fábricas del territorio están luchando por competir con las existencias importadas vendidas a tasas ligeramente más baratas desde Egipto y Cisjordania, que tienen costos de producción más bajos que Gaza.
Abdel-Dayem Abu Awwad, director general de la mayor compañía de molinos AL-Salam de Gaza, dijo que la crisis los había obligado a despedir a la mayoría de sus 54 trabajadores y a acortar las horas de trabajo.
"Nuestra capacidad era de 400 toneladas de trigo al día o 300 toneladas de harina... Hoy en día, ha caído a (sólo) 10 a 20% de eso", dijo durante una entrevista en la instalación en el sur de Gaza, donde la mayoría de las máquinas estaban apagadas.
Un saco de harina de 50 kg (110 libras) de sus molinos cuesta 120 shekels (35,91 dólares), mientras que la harina importada de los vecinos Egipto y Cisjordania cuesta alrededor de 10 shekels menos. Antes del conflicto de Ucrania se vendía un saco de harina por 97 shekels (28,89 dólares).
"La razón principal es la guerra ruso-ucraniana. Tuvimos tiendas durante dos o tres meses, pero cuando se agotaron nos vimos obligados a comprar trigo a precios nuevos, y fue muy alto", añadió.
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Temporada de cosecha en una granja en Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza.
(Reuters)
Rusia y Ucrania juntas representan casi un tercio de los suministros mundiales de trigo, y las interrupciones en la entrega causadas por la guerra han elevado los precios en todo el mundo.
La crisis ha coincidido con el inicio de la propia cosecha de trigo de Gaza, pero la cosecha anual apenas cubre una semana la demanda en el enclave costero, que alberga a 2,3 millones de personas y consume hasta 500 toneladas de harina al día.
En la aldea de Mughraqa, en el centro de la Franja de Gaza, Amani Ayyad, madre de seis hijos, dijo que estaba sufriendo el aumento del precio de la harina.
"Los precios del aceite de cocina, la harina y el azúcar subieron. Toleramos el bloqueo y la división, pero ¿qué puede hacer la gente cuando no tiene comida? Esta es una muerte lenta", señaló Ayyad desden su casa de dos habitaciones.
Dos tercios de los habitantes de Gaza dependen de la ayuda del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (OOPS), que incluye la distribución trimestral de alimentos a las familias de refugiados. Hasta ahora, ha mantenido las entregas, pero ha pedido fondos adicionales de los Estados donantes para cubrir el aumento de los precios.
"Si la (ayuda) de UNRWA se detuviera o se retrasara, habría una crisis porque los refugiados dependen de ella", señaló Samir Al-Adham, de 44 años, padre de cuatro hijos, hablando en un centro de distribución de alimentos en el campamento de refugiados de Beach.
