Manifestantes enojados por el derrumbe de un edificio en el suroeste de Irán, donde murieron al menos 32 personas, echaron a gritos a un emisario enviado por el líder supremo del país, el ayatolá Ali Jamenei, y desencadenaron una represión en la que la policía antimotines empleó gas lacrimógeno contra la gente, según videos difundidos en internet.
La manifestación criticaba de forma directa la respuesta del gobierno iraní al desastre de la semana pasada, en medio de una presión creciente debido al aumento de precios de la comida y otras dificultades económicas, y mientras el acuerdo nuclear con potencias internacionales se desintegra.
Aunque las protestas parecían no tener líderes claros, incluso tribus árabes en la región parecieron sumarse, lo que aumentaba el riesgo de disturbios. Las tensiones entre Teherán y Occidente se dispararon después de que la Guardia Revolucionaria, un poderoso cuerpo paramilitar iraní, detuviera dos petroleros griegos el último viernes, en el mar.
El ayatolá Mohsen Heidari AleKasir intentó aplacar a allegados de las víctimas cerca de donde se derrumbó el edificio Metropol, de 10 plantas, pero en lugar de eso, cientos de personas se reunieron para abuchearlo.
El sexagenario ayatolá, rodeado por guardaespaldas, intentó continuar, pero no pudo. “¿Qué está ocurriendo?”, preguntó el clérigo a un guardaespaldas, que se inclinó a decirle algo.
El clérigo intentó dirigirse de nuevo a la multitud: “Por favor tranquilícense, como muestra de respeto a Abadan, sus mártires y las víctimas, toda la nación iraní llora esta noche”, remarcó.
La multitud respondió, gritando: “¡Sinvergüenza!”.
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Las ruinas de una torre en construcción tras su derrumbe el lunes, en la ciudad suroccidental de Abadan, Irán.
(Vicepresidencia Irán)
La retransmisión en vivo del evento en la televisora estatal se interrumpió en ese momento. Más tarde, manifestantes corearon “Mataré, mataré al que mató a mi hermano”.
Tras el derrumbe del edificio, hay detenidas 13 personas, incluido el alcalde, como parte de una investigación más amplia sobre el desastre
El diario con sede en Teherán, Hamshahri y la agencia semioficial de noticias, Fars informaron que los manifestantes habían atacado la plataforma donde la televisora estatal había colocado la cámara y cortado la retransmisión.
La policía ordenó a la multitud que no entonara lemas contra Irán y después pidió a la gente que se fuera, indicando que la marcha era ilegal.
Videos difundidos mostraban a los agentes que confrontaban y golpeaban con porras a manifestantes entre nubes de gas lacrimógeno. Al menos un agente disparó lo que parecía una escopeta, aunque no estaba claro si estaba cargada con munición real.
Los detalles en los videos correspondían con aspectos conocidos de Abadan, una ciudad a unos 660 kilómetros al suroeste de la capital, Teherán.
Informar de forma independiente sigue siendo extremadamente complicado en Irán. Cuando se producen disturbios, el país corta comunicaciones de internet y teléfono en las zonas afectadas y limita los movimientos de los periodistas dentro del país. Reporteros Sin Fronteras lo considera el tercer peor país del mundo para ser periodista, por detrás de Corea del Norte y Eritrea.
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Las ruinas de una torre en construcción tras su derrumbe el lunes, en la ciudad suroccidental de Abadan, Irán.
(Vicepresidencia Irán)
Tras el derrumbe de la torre en Abadan, las autoridades reconocieron que el propietario del edificio y funcionarios corruptos permitieron que continuaran las obras en el edificio Metropol pese a las preocupaciones sobre la mala calidad de la estructura. Ya hay detenidas 13 personas, incluido el alcalde, como parte de una investigación más amplia sobre el desastre.
Los equipos de rescate sacaron tres cuerpos más de entre los escombros este lunes, lo que elevó a 32 la cifra de muertos, según la agencia IRNA.
El siniestro provocó dudas sobre la seguridad de edificios parecidos en el país y dejó sobre la mesa una crisis abierta en torno a proyectos de construcción iraníes. El derrumbe recordó a muchos el incendio y colapso en 2017 del emblemático edificio Plasco de Teherán, en el que murieron 26 personas.
En la capital, el departamento de emergencias de la ciudad advirtió que 129 edificios altos de la capital siguen siendo “inseguros”, según un estudio de 2017. El fiscal general del país, Mohammad Javad Motazeri, prometió abordar el asunto de inmediato.
Abadan sufrió otros desastres en el pasado. Cientos de personas murieron en 1978 en un incendio provocado en el Cinema Rex, apenas a unas cuadras del edificio derruido este mes.
En Abadan, en la provincia petrolera de Khuzestan, vive la minoría árabe iraní, que denuncia desde hace años discriminación en la nación persa. De hecho, separatistas árabes en la región atacaron oleoductos y a fuerzas de seguridad en el pasado. Varios videos y el diario Hamshahri indicaban que miembros de dos tribus habían acudido a la ciudad para respaldar las protestas.
Entre tanto, uno de los dos petroleros griegos detenidos por Irán el viernes activó sus dispositivos de rastreo por primera vez desde el incidente. El Prudent Warrior dio una posición de satélite cerca de Bandar Abbas, un importante puerto iraní, según datos de MarineTraffic.com analizados por The Associated Press.
En un mensaje anterior en su sitio web, el gestor del buque, Polembros Shipping, explicó que el buque seguía en manos de fuerzas iraníes y que sus tripulantes “están con buena salud y bien tratados”.
No estaba claro dónde se encontraba el segundo barco, el Delta Poseidon.
