El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el jueves que dará a conocer los detalles de su plan de paz para Medio Oriente antes de que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el líder de Kajol Labán, Benny Gantz, visiten la Casa Blanca la próxima semana.
Los aspectos políticos de la iniciativa de paz han sido estrechamente resguardados hasta el momento y sólo se han presentado las propuestas económicas.
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Benjamín Netanyahu y el embajador de los Estados Unidos, David Friedman, en la inauguración de la embajada estadounidense en Jerusalem
(Ynet)
Sin embargo, aparentemente han surgido detalles del plan, incluida la anexión israelí de partes de Cisjordania y el control sobre toda Jerusalem, cuyos barrios predominantemente árabes orientales son los que los palestinos pretenden como su capital.
Trump discutió cuál era el momento oportuno para el lanzamiento del plan con dos arquitectos que colaboraron, Jared Kushner y Avi Berkowitz, en el Air Force One, mientras regresaba a Washington desde Suiza el miércoles.
En declaraciones a los periodistas, Trump afirmó que los palestinos podrían reaccionar negativamente a su plan al principio, pero que "en realidad es muy positivo para ellos".
"Es un gran plan", explicó Trump, quien se reunirá con Netanyahu en la Casa Blanca el martes.
El vicepresidente Mike Pence, en su visita a Jerusalem el jueves, extendió una invitación a Netanyahu y Gantz para que ambos visiten Washington. Sin embargo, no está claro si Trump se reuniría con los dos líderes por separado o juntos.
La propuesta de paz de Trump para Medio Oriente es un documento, de docenas de páginas, que aborda en detalle los asuntos políticos problemáticos entre Israel y los palestinos.
Los funcionarios estadounidenses no mencionaron invitación alguna hacia los palestinos, y Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, declaró: "Advertimos a Israel y a la administración estadounidense que no crucen las líneas rojas".
Trump indicó que su administración había hablado "brevemente" con los palestinos y que volvería a hablarles "luego de un tiempo".
Netanyahu afirmó que había aceptado la invitación de Estados Unidos, y su oficina comunicó que viajaría a Estados Unidos el domingo.
El primer ministro enfrenta problemas políticos y legales actualmente, ya que fue acusado de cargos penales por soborno, fraude y abuso de confianza, mientras el país se dirige a su tercera elección en menos de un año. Sin embargo, él niega haber hecho algo malo o ilegal.
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Un cartel de campaña para Benjamín Netanyahu promocionando sus estrechos vínculos con Donald Trump
(AFP)
Gantz, un ex jefe de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel), esta semana expresó su objeción a que se publicara el plan de paz antes de las elecciones del 2 de marzo. Anteriormente se había opuesto a ello calificándolo como una interferencia en las elecciones.
Una fuente familiarizada con el equipo de paz declaró que invitar a Estados Unidos a Netanyahu y Gantz tiene como objetivo desactivar cualquier sugerencia de que Trump podría estar favoreciendo a un candidato político sobre otro.
Plan retrasado
El lanzamiento del plan de Trump para poner fin al conflicto de décadas entre Israel y los palestinos se ha retrasado numerosas veces en los últimos dos años.
Trump se enfrenta a su propio reloj político, preocupado por su intento de reelección en noviembre, y no puede esperar meses para que Israel decida quién será su próximo primer ministro, sostuvo la misma fuente.
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El presidente palestino, Mahmoud Abbas, celebra el 55 aniversario de Fatah en Ramala
(AFP)
"Si esperamos podríamos estar en el mismo lugar dentro de cuatro meses y nunca presentar el plan", agregó. La propuesta política es el producto de tres años de trabajo de Kushner, Berkowitz y Jason Greenblatt. Kushner propuso un plan económico de US$ 50 mil millones para Medio Oriente el verano pasado en una conferencia en Bahrein.
Las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos se derrumbaron en 2014, y estos últimos han calificado la propuesta de Trump como muerta en el agua, incluso antes de su publicación.
La administración Trump ha revertido décadas de política estadounidense en el conflicto, evitando respaldar la solución de dos estados, la fórmula internacional de larga data que prevé un estado palestino que coexista con Israel.
También ha reconocido a Jerusalem como la capital de Israel y trasladó su embajada allí. Más recientemente, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, anunció que Estados Unidos ya no veía los asentamientos de Israel en tierras de Cisjordania como "incompatibles con el derecho internacional".
Netanyahu anunció durante su campaña electoral en septiembre pasado que tiene la intención de anexar el Valle del Jordán, una gran franja de Cisjordania.
La Autoridad Palestina de Abbas, que ejerce un autogobierno limitado en Cisjordania, se ha negado públicamente a involucrarse políticamente con la administración Trump ya que temen que el plan destruya sus esperanzas de un estado independiente en Cisjordania, Jerusalem Este y la Franja de Gaza.
Trump, que buscará un segundo mandato en las elecciones del 3 de noviembre, enfrenta sus propios problemas en EE.UU. con los demócratas que buscan expulsar al presidente republicano por medio de un juicio político por abuso de poder y obstruir el accionar del Congreso.
