La semana pasada, Dave Chappelle pronunció un monólogo brillante en "Saturday Night Live" que abordó las controversias antisemitas que rodean a Kanye West y Kyrie Irving.
Desafortunadamente, "brillante" no significa "moral" o "bueno". El monólogo de Chappelle fue una clase magistral sobre cómo normalizar y envalentonar el discurso antisemita, pronunciado a plena vista y con suficiente "guiño, guiño, codo codo", mezclado con una pizca de comentarios reales, como para que uno casi no se de cuenta de que su monologo no denuncia nada exactamente.
Abrió el monólogo fingiendo leer el tipo de disculpa que se le exigía a Kanye West, el rapero que en las últimas semanas había expuesto varias ideas antisemitas. “Denuncio el antisemitismo en todas sus formas, y apoyo a mis amigos en la comunidad judía”, leyó Chappelle, burlándose de las disculpas repetitivas que a menudo surgen en estos momentos. A primera vista, es una gran pieza de sátira. Pero luego continúa con el remate: "Y así, Kanye, es como comprar algo de tiempo".
Él no está pidiendo a West que rinda cuentas. Está despejando el camino y preparando el escenario para la mejor compilación de ideas antisemitas que probablemente haya aparecido en "SNL".
Se pueden hacer comentarios legítimos sobre el enfoque a menudo desproporcionado y racializado dirigido a los estadounidenses negros que caen en el antisemitismo, proveniente de una sociedad que se deleita en el dolor y el castigo de la comunidad afroamericana. Los judíos de color, y especialmente los judíos negros como yo, han estado abordando esta realidad en redes sociales durante décadas, notando la falta de intensidad y responsabilidad cuando el zapato está en el otro pie, cuando figuras judias caen en adoptan ideas racistas.
Pero este monólogo de un comediante negro no presenta tal argumento. Y se produce en un contexto en que los actores de mala fe más audaces y descarados actúan de maneras cada vez más violentas. Los comediantes son tan capaces de incitar como las figuras políticas.
Chappelle es muy hábil para estructurar chistes complejos. Durante años, entregó hábilmente críticas socio-raciales mordaces, crudas y reales, desde sus rutinas de stand-up hasta "The Chappelle Show", y desde la década de 2000 se ha posicionado como un astuto narrador de verdades duras. Si dudas de la inteligencia del hombre, mira lo que hace al final de su rutina de "SNL" cuando habla de Donald Trump.
Con elogios indirectos, Chappelle atribuye la popularidad y el atractivo de Trump a su habilidad para ser un “mentiroso honesto”. Nunca antes, dijo Chappelle, los votantes habían visto a un multimillonario "salir del interior de la casa y decirle a los plebeyos: 'Dentro de esa casa estamos haciendo todo lo que creen que estamos haciendo'. Y luego volvió a entrar en la casa para continuar jugando al juego otra vez.”
Chappelle tomó nota sobre la habilidad de Trump para decir exactamente lo que quiere decir y decirle a la gente exactamente lo que planea hacer.
Chappelle tomó nota sobre la habilidad de Trump para decir exactamente lo que quiere decir y decirle a la gente exactamente lo que planea hacer.
Cuando Chappelle dice que hay dos palabras que nunca debes decir juntas: "los" y "judíos", no está hablando en contra de las teorías de conspiración antisemitas que tratan a los judíos como un cabal con poder dominante en Hollywood. En cambio, está insinuando que hay un colectivo "Los judíos" que nunca debería ser desafiado. (Chappelle continúa usando repetidamente la frase “The Jews”(Los judios) en su monólogo).
La única vez que habla de "la comunidad judía" es para presentar el argumento del hombre de paja de que no se debe culpar a los estadounidenses negros por las cosas terribles que le han sucedido a "la comunidad judía" en todo el mundo, una declaración tan desconcertante que solo una persona en la audiencia respondio. Después de todo, nadie culpaba a West ni a Irving, la estrella de la NBA que compartió en Twitter un enlace a una película tremendamente antisemita, por las cosas terribles que les sucedieron a los judíos. Solo se les pide que no promuevan las ideas de las personas que habían hecho esas cosas terribles.
También en exhibición completa está el hábil doble discurso de Chappelle, parecido al de "1984". Chappelle señala que cuando vio por primera vez la controversia en torno al antisemitismo de West, pensó: "Déjame ver qué va a pasar primero", un equívoco extraño y revelador. Chappelle minimiza el significado de la película compartida por Irving, "De hebreos a negros: Wake Up Black America", al describirla diciendo: "aparentemente tiene algunas ideas antisemitas o algo así", pero luego bromea diciendo que Irving probablemente no cree que haya ocurrido el Holocausto, una de las ideas presentadas en dicha película.
Chappelle se rehusa a llamar a Kanye "loco", aunque reconoce que "posiblemente no está bien", pero no tiene ningún problema en referirse al candidato al Senado de Georgia, Herschel Walker, como "obviamente estúpido".
En última instancia y de manera persistente, Chappelle sugiere que Kanye no se equivocó por ser antisemita, sino por ser antisemita en voz alta.
En última instancia y de manera persistente, Chappelle sugiere que Kanye no se equivocó por ser antisemita, sino por ser antisemita en voz alta.
Lo más engañoso fue su aparente rechazo a la idea, promovida por West, de que los judíos controlan Hollywood. Dijo Chappelle: “Hay muchos judíos (en Hollywood), pero eso no significa nada, ¿sabes a lo que me refiero? Hay mucha gente negra en Ferguson, Missouri. No significa que controlamos el lugar”. Se refiere a la idea de que los judíos controlan Hollywood como un “engaño”.
Y luego, en lugar de permitir que se establezca esta distinción necesaria, la socava y dice: “No es una locura pensarlo. Pero es una locura decirlo en voz alta en un clima como este”. El problema, sugiere Chappelle, no es albergar delirios peligrosos, sino decirlos en público y arriesgarse llamar demasiada atención. El “clima”, segun Chappelle, no es uno de antisemitismo peligroso, sino uno de peligro para quien desea decir lo que piensa.
Chappelle transmitió este sentimiento con una broma anterior: West, dijo, “había roto las reglas del mundo del espectáculo. Ya sabes, las reglas de la percepción. Si son negros, entonces es una pandilla. Si son italianos, es una mafia, pero si son judíos, es una coincidencia y nunca debes hablar de eso”.
La “percepción” es que solo no se puede hablar de los judíos en términos despectivos. Kanye no se equivocó al tener pensamientos antisemitas, sugiere Chappelle, sino que, nuevamente, se equivocó al hacerlos públicos.
Hay muchos chistes que se hacen en Hollywood a costa de los judíos. Esto, sin embargo, no fue un caso de que los judíos fueran incapaces de reírse de sí mismos. Hay una diferencia entre reírnos de nosotros mismos y tener a alguien que no es judío usando argumentos antisemitas con la complicidad de que muchos entienden a que se refiere. No es que el monólogo de Chappelle no fuera gracioso a primera vista, es que fue dañino. Esto no está sucediendo en el vacío: está sucediendo en un contexto específico, particularmente uno en el que Kanye e Irving ya han irritado y envalentonado el antisemitismo. ("Hebreos a negros" se convirtió en un éxito de ventas en Amazon después de que Irving tuiteara al respecto).
No es que el monólogo de Chappelle no fuera gracioso a primera vista, es que fue dañino.
Sólo se necesita el tipo de persona equivocada escuchando este monólogo para que experimentemos, Dios no lo quiera, otro tiroteo como el del Árbol de la Vida. No disfruté particularmente los días tras el primer tiroteo cuando, como rabino de una congregación en el condado de Rockland, Nueva York, me reuní con funcionarios del condado para negociar la presencia de la policía, y discutí tácticas de evasión en tiroteos masivos para garantizar la seguridad de los asistentes a los servicios religiosos.
Para cualquiera que piense que el monólogo de Chappelle fue "sólo una broma" o que estoy analizando demasiado su contenido, considere su última línea: una queja seria sobre la cultura de cancelación y las fuerzas tácitas detrás de ella: "Seré honesto con ustedes. Me estoy cansando de hablarle a una audiencia como ésta. Los amo hasta la muerte y les agradezco su apoyo. Espero que no vengan por mí. (En voz misteriosa) Quienesquiera que sean".