En las calles de Saná, la capital de Yemen, controlada por los hutíes, el apoyo a la causa palestina está por todas partes, con muchos coches exhibiendo banderas palestinas, fotografías del portavoz de Hamás, Abu Obaida, o lemas que muestran apoyo al pueblo palestino.
Los hutíes, que forman la autoridad de facto en el norte y el oeste de Yemen, también están mostrando su apoyo de otras maneras, incluido el lanzamiento de ataques directos con misiles y drones contra Israel y contra barcos comerciales que, se cree, son propiedad de Israel o de israelíes o están vinculados a ellos.
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En las calles de Saná, la capital de Yemen, el apoyo a la causa palestina está por todas partes.
(Yahya Arhab / EPA)
Desde que comenzó la guerra en la Franja de Gaza, el 7 de octubre, los hutíes atacaron ocho barcos que, según afirman, eran propiedad de empresarios israelíes o de empresas vinculadas a Israel.
El portavoz militar de los hutíes, Yahya Saree, sostuvo que el grupo atacaría barcos comerciales pertenecientes a “corporaciones o entidades israelíes”.
Los hutíes, también anunciaron que atacarían cualquier barco que se dirigiera a Israel, independientemente de la nacionalidad de sus propietarios.
En un informe reciente, el Centro de Estudios e Investigación Abaad, de Yemen, afirmó que las acciones de los hutíes limitarían los movimientos de los barcos comerciales y aumentarían los costos de transporte y seguros, en el Mar Rojo y, especialmente, en el estrecho de Bab al-Mandab, el punto de entrada al mar, entre Yemen y la costa africana.
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“Estas operaciones, en las que invirtieron los hutíes e Irán, son una colaboración en la guerra palestino-israel.
(Reuters)
“Estas operaciones, en las que invirtieron los hutíes, e Irán detrás de ellos, son una contribución en la guerra palestino-israelí, con el objetivo de aparecer como un adversario, igual a los Estados Unidos de América e Israel en la región, ganar apoyo popular a Irán y reforzar su posición en las negociaciones con Estados Unidos", apunta el informe.
El periodista Saddam Al-Huraibi expresó que los hutíes están trabajando para la República Islámica. "La verdadera agenda del grupo radica en ser una herramienta para Irán, al crear una amenaza a los barcos y vías navegables en el Mar Rojo, en beneficio de la agenda de Irán y su conflicto con los países de la región".
Las operaciones de los hutíes en el Mar Rojo y Bab al-Mandab crearon preocupaciones internacionales, por lo que es una vía fluvial importante para el comercio global y un vínculo esencial entre Oriente y Occidente.
“Estas operaciones, en las que invirtieron los hutíes e Irán, son una contribución en la guerra palestino-israelí."
Al-Huraibi, añadió que habría repercusiones por atacar barcos en el Mar Rojo. “La primera víctima de estos ataques son los yemeníes, y los resultados de estos ataques impedirán que muchas compañías navieras pasen o entren en los puertos yemeníes, lo que constituirá una crisis económica, un aumento de los precios de los materiales y un nuevo asedio contra ciudadanos yemeníes, que es lo que el grupo buscó desde que controló la capital, Sanaa, y las otras gobernaciones bajo su control", afirmó.
Sostuvo que las amenazas hutíes en el Mar Rojo y Bab al-Mandab dañarán la región en general, y que el impacto alcanzará el Canal de Suez, de Egipto; el Golfo de Adén y el puerto saudí de Jeddah.
"A los hutíes no les importa y no actúan como un gobierno", afirmó. "Estamos ante una milicia y piratas, cuyo objetivo es ser vistos y ganar apoyo popular, sin considerar ninguna repercusión política o económica".
Estas preocupaciones dieron lugar a una reunión de ministros de Asuntos Exteriores del grupo de naciones industrializadas G7, que pidieron a los hutíes que dejaran de amenazar las vías navegables internacionales y las líneas marítimas comerciales, así como que liberaran el buque de carga Galaxy Leader, vinculado a Israel, que fue incautado por los hutíes, el 17 de noviembre.
La declaración fue recibida con rechazo y denuncia por parte de los hutíes.
Estas preocupaciones dieron lugar a una reunión de ministros de Asuntos Exteriores del grupo de naciones industrializadas G7.
Maher Al-Khaled, un periodista afiliado a los hutíes, informó que atacar barcos israelíes es esencial para defender la causa palestina, y que el grupo continuaría atacando todos los objetivos designados por los líderes del grupo, ya sea en tierra o en el mar.
“Los barcos, en el estrecho de Bab al-Mandab y en los mares Arábigo y Rojo son objetivos legítimos de Ansar Allah [el nombre oficial del movimiento hutí]. Estos objetivos pueden ampliarse”, afirmó Al-Khaled.
“El grupo Ansar Allah tiene ahora un arsenal capaz de alcanzar sus objetivos en tierra y mar. El estrecho de Bab al-Mandab, el Mar Rojo y el Mar Arábigo están dentro del alcance de fuego del grupo, en el que cualquier objetivo de los barcos israelíes puede ser alcanzado”, expresó.
El portavoz oficial de los hutíes, Muhammad Abdul Salam, publicó en X (anteriormente Twitter): “Las fuerzas yemeníes están comprometidas a proteger sus aguas, de acuerdo con sus derechos soberanos”, y declaró que continuarían sus operaciones militares contra barcos y objetivos israelíes, hasta que se ponga fin a la guerra israelí contra Gaza.
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Los ataques de los hutíes y sus intentos de utilizar la causa palestina fueron de gran importancia para sondear el apoyo popular.
(Yahya Arhab / EPA)
Las multinacionales Fuerzas Marítimas Combinadas y Estados Unidos discutieron una propuesta para establecer un grupo de trabajo naval, con el fin de proteger y acompañar a los buques comerciales en la región.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, dijo que los ataques son “totalmente inaceptables” y que Estados Unidos habló con otros países sobre la creación de un grupo de trabajo marítimo para garantizar el “paso seguro de los barcos en el Mar Rojo”, informó el Financial Times.
En respuesta, los hutíes y sus principales figuras en Yemen amenazaron con ampliar sus operaciones para incluir a todos los países que apoyan a Israel en la guerra actual, o se oponen a la decisión del grupo de atacar barcos israelíes, incluidos Estados Unidos, Reino Unido, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
En respuesta, los hutíes y sus principales figuras en Yemen amenazaron con ampliar sus operaciones para incluir a todos los países que apoyan a Israel en la guerra actual.
Abdullah Bin Amer, subdirector del Departamento de Orientación Moral de los hutíes, en el norte de Yemen, puntualizó, en una entrevista, que la participación de cualquier parte en detener las operaciones militares de los hutíes convertiría a ese partido en un objetivo legítimo.
Comentó que los hutíes tenían como objetivo, sólo barcos nacionales y privados israelíes, otros barcos de propiedad total o parcial de israelíes y todos los barcos, de cualquier nacionalidad, que se dirigieran a puertos israelíes. Otros barcos podían pasar sin ningún obstáculo.
“Estados Unidos apoya a su aliado israelí. A cambio, Yemen apoya a su aliado palestino”, expresó Bin Amer.
Mientras tanto, en Yemen, la aceptación pública de las operaciones hutíes disminuyó, gradualmente, desde el secuestro del Galaxy Leader que, en su momento, generó apoyo popular para los hutíes, incluso, en algunas áreas no controladas por ellos.
Sin embargo, los continuos ataques contra barcos en los mares Rojo y Arábigo, la amenaza de los hutíes de cerrar el estrecho de Bab al-Mandab, la posibilidad de que se desarrolle una crisis económica, en medio de la disminución del número de barcos que atracan en los puertos de Yemen, y la posibilidad de que se produzcan ataques militares contra los hutíes, en Yemen, contribuyeron a una disminución del apoyo popular a los hutíes.
Ahlam Al-Qadhi, profesor de sociología política, sostuvo que los ataques de los hutíes y sus intentos de utilizar la causa palestina fueron de gran importancia para sondear el apoyo popular entre los yemeníes y el mundo árabe.
Ahlam Al-Qadhi, profesor de sociología política, sostuvo que los ataques de los hutíes y sus intentos de utilizar la causa palestina fueron de gran importancia para sondear el apoyo popular entre los yemeníes y el mundo árabe.
"La explotación por parte de los hutíes de la cuestión palestina, que es un tema muy delicado para los yemeníes, contribuyó a aumentar su peso político y social", afirmó Al-Qadhi.
“[Sin embargo] los hutíes no cumplieron con sus responsabilidades hacia los yemeníes, como mejorar las condiciones económicas y la vida pública. Estas razones contribuyeron a la disminución del apoyo popular al grupo”, concluyó.
Al-Qadhi añadió que los yemeníes temen las repercusiones de cualquier guerra próxima, especialmente las repercusiones económicas.
“Los yemeníes ven las operaciones militares en el Mar Rojo, el Mar Arábigo y el Estrecho de Ormuz, así como la expansión de estas operaciones, como una causa para aumentar la gravedad de la potencial crisis económica, que los yemeníes temen más que nada”, informó.
Esta historia fue escrita por Qasim Sayers y reimpresa con permiso de The Media Line.