Benjamín Netanyahu y Benny Gantz.
Benjamín Netanyahu y Benny Gantz.
Canal de la Knesset
Benjamín Netanyahu y Benny Gantz en la Knesset.

El gobierno de Israel parece destinado a la desintegración

Análisis. Se profundiza la grieta entre Kajol Labán y Likud: los legisladores creen que la votación del miércoles sobre la moción de censura tiene buenas posibilidades de ser aprobada.

The Media Line, Ynet - Adaptado por Juan Martín Fernández |
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La prolongada agonía del gobierno israelí finalmente está llegando a su fin, ya que la asociación entre el primer ministro Benjamín Netanyahu y el primer ministro suplente y ministro de Defensa Benny Gantz se verá sometida a su prueba más dura. El miércoles, la Knesset votará sobre una moción de censura propuesta por la oposición.
Normalmente, una formalidad de este estilo es rechazada automáticamente por la coalición gubernamental. Sin embargo, esta vez, los legisladores de ambos lados del pasillo creen que el proyecto de ley tiene buenas posibilidades de ser aprobado, lo que significa la disolución inmediata del gobierno y el lanzamiento de la cuarta elección general en dos años.
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Benjamín Netanyahu y Benny Gantz en la Knesset.
Benjamín Netanyahu y Benny Gantz en la Knesset.
Benjamín Netanyahu y Benny Gantz en la Knesset.
(Oren Ben Hakoon)
El martes, tanto el ministro de Economía, Amir Peretz, como el ministro de Bienestar Social, Itzik Shmuli, de Avodá, que es parte de la coalición, dijeron que votarían con la oposición para disolver el gobierno. Por su parte, Alon Schuster, ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, aseguró: “Gantz está contemplando la situación. Veremos qué pasa ahora, serán 48 horas interesantes”.
La moción podría aprobarse si los legisladores de Kajol Labán, después de más de seis meses en la coalición, finalmente llegan a la conclusión de que Netanyahu no tiene la intención de aprobar un presupuesto (parte del acuerdo original de la coalición). En su gran mayoría, creen que el primer ministro planea disolver el gobierno justo antes de entregar las riendas del país a Gantz, en noviembre próximo, como acordaron ambos partidos al unir fuerzas.
Israel ha estado operando sin un presupuesto funcional durante casi un año, habiendo aprobado el último a principios de 2018. En mayo, cuando Netanyahu y Gantz finalmente formaron un gobierno de unidad, los dos se comprometieron a aprobar de inmediato un presupuesto bienal. Sin embargo, desde entonces, el primer ministro ha retrasado la medida una y otra vez, ofreciendo una gran cantidad de explicaciones y excusas.
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Los ministros de Avodá. Amir Peretz (izquierda) e Itzik Shmuli.
Los ministros de Avodá. Amir Peretz (izquierda) e Itzik Shmuli.
Los ministros de Avodá, Amir Peretz (izquierda) e Itzik Shmuli.
(Amit Shabi)
Sucede que, una vez aprobado un presupuesto para 2021, el gobierno no se puede disolver, y las opciones de Netanyahu de salirse de su pacto de rotación con Gantz se disipan. “En el momento de firmar el acuerdo, pensamos que lo correcto era darle una oportunidad; pero no cometeremos el mismo error otra vez. Netanyahu ha demostrado que no puede estar a la altura de las circunstancias y velar por el bien del país”, afirmó Schuster. Y agregó: “Todavía tiene una última oportunidad para hacer lo correcto, queda ver si la aprovechará”.
El lunes por la tarde, durante una reunión de la facción del Likud , Netanyahu se refirió al conflicto y trató de culpar a Gantz y la oposición. “Intentarán arrastrar a este país a elecciones innecesarias; nosotros votaremos por la unidad", afirmó.
Un miembro de la Knesset, también ligado al Likud y que pidió permanecer en el anonimato, culpó directamente a Kajol Labán: “Creo que nos dirigimos a unas nuevas elecciones. Espero que tengan algo de sentido común y detengan esta locura; aunque parece que el tren ya ha salido de la estación".
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Benjamín Netanyahu y Benny Gantz durante la firma del acuerdo de coalición de gobierno en abril.
Benjamín Netanyahu y Benny Gantz durante la firma del acuerdo de coalición de gobierno en abril.
Benjamín Netanyahu y Benny Gantz durante la firma del acuerdo de coalición de gobierno en abril.
La decisión ahora depende de Gantz, quien tiene diferentes alternativas sobre la mesa: si apoya la moción para disolver la Knesset, se dirigirá a las elecciones con una gran desventaja, y las encuestas anticipan que obtendría menos de la mitad de sus escaños actuales. Además, le daría a Yair Lapid, su ex socio y quien encabeza la oposición, una victoria crucial.
“Si Kajol Labán hace lo correcto, este gobierno se irá a casa en 48 horas e Israel tomará un nuevo camino. Podemos acabar con la peor administración de la historia de nuestro país, hagamos lo correcto”, imploró Lapid en un comunicado. Y añadió: “Es hora de dejar de ser cómplices de Netanyahu”.
Si el actual ministro de Defensa elige esperar, como lo ha hecho durante los últimos seis meses, es probable que Netanyahu aguarde hasta la llegada de la vacuna contra el COVID-19 y, recién entonces, rompa con la coalición y llame a elecciones con una situación muy a su favor. En cualquier caso, los sueños de Gantz de llegar a noviembre, cuando Netanyahu estaría obligado a dimitir como primer ministro y entregarle las riendas del país, están prácticamente destrozados.
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