Un nuevo capítulo de la historia de Medio Oriente se abre el martes cuando Israel firme acuerdos de normalización de sus relaciones con Emiratos Árabes unidos y Bahrein, un acto que hace estallar en mil pedazos el consenso árabe sobre las relaciones con el Estado judío.
El presidente estadounidense Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu firmarán con los representantes de Relaciones Exteriores de Emiratos y Bahrein acuerdos para establecer oficialmente relaciones diplomáticas entre el Estado judío y los dos países del Golfo.
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Saludo protocolar entre la delegación israelí y la emiratí durante la visita que la comitiva de Israel realizó a los Emiratos Arabes Unidos hace dos semanas.
(EPA)
Aunque no sean aliados naturales, Emiratos y Bahrein comparten con Israel una animosidad común frente a Irán, gigante chiíta de la región ubicado del otro lado del Golfo.
Varios Estados árabes petroleros cultivan discretamente sus vínculos con Israel desde hace años, pero la normalización permite a estas relaciones desarrollarse de forma pública, y ofrece oportunidades a estos países que intentan reparar los daños causados por la crisis del coronavirus.
Para Trump, es una victoria importante ante la elección presidencial de noviembre, e incluso la ocasión de aspirar al Nobel de la paz, según la idea de un parlamentario de la derecha noruega, que lo propuso a este premio para 2021.
Estos acuerdos son asimismo un triunfo para Netanyahu, y acercan a Israel de su objetivo de ser aceptado en la región.
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El rey de Bahrein, Hamad bin Isa, el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
(Ynet)
"¡Otro nuevo avance histórico hoy!" tuiteó el viernes el inquilino de la Casa Blanca, al anunciar el acuerdo entre Israel y Bahrein, que se produce un mes después del anuncio del suscrito por el Estado judío y Emiratos.
Cólera de los palestinos
Por su parte, los palestinos llamaron a manifestarse el martes para denunciar estos "vergonzosos" acuerdos.
Desde 2002, imperaba el consenso entre los países árabes que la resolución del conflicto israelo-palestino era una condición sine qua non para normalizar relaciones con Israel.
Egipto y Jordania ya firmaron acuerdos de paz con el Estado judío, respectivamente en 1979 y 1994.
En los paises del Golfo, sin embargo, la reacción a estos acuerdos, considerados por los palestinos como una "puñalada por la espalda", ha sido mucho más moderada.
En cuanto se anunció el acuerdo de normalización entre Israel y Emiratos el 13 de agosto, surgieron divergencias sobre la interpretación de sus términos. Para Emiratos, a cambo de este acuerdo, Israel acepta "poner fin a proseguir su política de anexión de territorios palestinos".
Pero el primer ministro israelí afirmó que la anexión de zonas de Cisjordania era "postergada", aunque Israel "no renunciaba" a ella.
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El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, durante la reunión de la Liga Árabe en El Cairo, Egipto, la semana pasaada.
(Reuters)
Asimismo, Netanyahu dijo que se opone, para preservar la superioridad militar de su país en la región, a la venta a Emiratos de aviones de caza norteamericanos F-35 que Abu Dhabi desea comprar.
"Aprender a conocerse"
Para los especialistas, todas las partes están "aprendiendo a conocerse", lo cual implica también querellas y malentendidos.
"Se trata de culturas sociales y políticas muy diferentes" considera Barbara Leaf, embajadora de Estados Unidos en Abu Dhabi hasta 2018 y ahora investigadora en The Washington Institute for Near East Policy. "Ahora se van a encontrar, y va a ser algo interesante de observar", dice.
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El rey Hussein de Jordania, el presidente estadounidense Bill Clinton y el primer ministro Yitzhak Rabin en la firma del tratado de paz en la Casa Blanca, el 25 de julio de 1994.
(Archivo)
Mientras las partes se encaminan a esos territorios inexplorados, el marco de los acuerdos firmados en la Casa Blanca va a definir los ámbitos de cooperación, según Moran Zaga, especialista del Golfo en la Universidad de Haifa, en Israel.
"Vamos a asistir a un desarrollo espectacular en casi todos los ámbitos", afirma la especialista, y cita "la ciencia y la cultura", además de los intercambios empresariales y diplomáticos.
"No se ha hablado de paz desde hace 25 años, es una palabra que no se ha escuchado mucho desde que nací. Los israelíes se sienten entusiasmados de volver a escucharla (...) y eso les da un sentimiento de esperanza", agrega Zaga.