Donald Trump haciendo declaraciones en la Casa Blanca.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
AP
Netanyahu y Trump durante la presentación del "Acuerdo del Siglo" en Washington.

Trump no tiene tiempo de pensar en Israel y la anexión

Opinión. En medio de una crisis y una campaña electoral, apoyar la soberanía israelí en Cisjordania no está entre las prioridades del presidente de EE.UU. Solo podría modificar su postura si eso le suma votos.

Orly Azoulay - Adaptado por Tom Wichter |
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Durante su primer año como presidente de Estados Unidos, Donald Trump se jactó de ser la única persona capaz de negociar el fin del conflicto entre israelíes y palestinos a través de lo que llamó el "Acuerdo del Siglo".
Inclusive Trump imaginó que podía recibir el Premio Nobel de la Paz por estos esfuerzos que realizó con una lógica comercial. Su visión de paz en Medio Oriente se basó en la premisa de que sauditas y cataríes arrojarían dinero a los palestinos, a cambio de sus demandas y una firma en una línea punteada al final del documento. En su mundo, el dinero puede comprarlo todo y si no se ofrece lo suficiente siempre se pueden agregar lingotes de oro a la pila para aquellos que se resisten.
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Netanyahu y Trump durante la presentación del plan de paz de EE.UU. en Washington.
Netanyahu y Trump durante la presentación del plan de paz de EE.UU. en Washington.
Netanyahu y Trump durante la presentación del "Acuerdo del Siglo" en Washington.
(EPA)
Pero hoy, mientras lucha contra lo que podría ser la batalla final de su vida política, la anexión de Israel de partes de Cisjordania es lo último en lo que piensa Trump. Los casos de coronavirus rompen los registros cada día y el presidente percibe que no solo los demócratas, sino miembros de su propio partido, están indignados por el manejo de la crisis de parte de la Casa Blanca.
Además el descontento social tras el asesinato de George Floyd continúa creciendo y diversificándose en sus métodos de protesta, en todos los casos con Trump como blanco de las críticas. Y así, el hombre que siempre se jactó de su condición de ganador, tal vez se enfrente por primera vez a una derrota rotunda según algunas encuestas de opinión sobre las elecciones presidenciales que se celebrarán en noviembre.
Todavía faltan meses y pueden producirse cambios, pero la cuestión israelí en este momento es solo una molestia para Trump, consciente de que el deseo de anexión de sus partidarios evangélicos y de los ricos donantes de campaña judío lo ponen en aprietos.
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Netanyahu en Cisjordania promoviendo el plan de anexión.
Netanyahu en Cisjordania promoviendo el plan de anexión.
La anexión en Cisjordania no forma parte de las prioridades de Trump.
(Reuters)
Informes recientes refieren que asesores asesores presidenciales creen que Trump podría abandonar la carrera electoral en caso de que esté convencido de una inminente derrota. En este contexto de un posible fracaso, Trump podría repensar sus planes de anexión israelí y darle luz verde a las ambiciones de Netanyahu si esto beneficia a su campaña.
No le importan las consecuencias de un movimiento unilateral, no tiene ningún respeto por los israelíes y probablemente ignora las derivaciones que una anexión pudieran tener en la región. Toda su atención se limita a la reeleción.
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