Nadav Argaman, jefe del servicio de seguridad doméstica ,Shin Bet, les ha dicho a los ministros que deben mantener a su organización fuera del rastreo de civiles. Previamente, durante el punto más álgido de la pandemia, el Shin Bet había monitoreado los movimientos de los portadores de COVID-19.
Argaman se opuso a renovar o legislar un programa controvertido que permitiría al servicio de seguridad utilizar datos personales confidenciales para rastrear a los portadores de coronavirus, utilizando métodos normalmente reservados para operaciones antiterroristas.
El jefe de Shin Bet realizó las declaraciones durante la reunión del llamado "Gabinete de Coronavirus", y aunque los ministros se indignaron debido a que las grabaciones de los comentarios de Argaman se filtraron a los medios de comunicación, la revelación de su punto de vista es buena para el país.
"Lo que pido es que no se incluya al Shin Bet en la legislación [para rastrear a los civiles]", expresó Argaman en la reunión.
"Lo que se necesita es entrenamiento, que el Shin Bet está dispuesto a proporcionar como solución, en caso de que haya un brote, con el fin de que pueda haber una respuesta civil para el Estado de Israel en los próximos años".
Ami Ayalon, quien dirigió el Shin Bet entre los años 1996 y 2000 después de completar su servicio militar, se sorprendió por el poder que la agencia tenía sobre las vidas de los civiles israelíes.
Mientras estuvo al mando del Shin Bet, Ayalon definió los límites del servicio de seguridad y eliminó la participación de la organización en cuestiones como la investigación de periodistas que cubren asuntos de seguridad y otros temas que él consideraba extralimitados.
La dirección de Ayalon solidificó los valores organizacionales del Shin Bet. Su misión es proteger los intereses nacionales y de seguridad de la nación, y su liderazgo se encarga de garantizar que no se use indebidamente su poder.
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El jefe del Shin Bet pidió que no se utilice a su organización para monitorear los movimientos de los portadores de COVID-19.
(Shutterstock)
Utilizar al Shin Bet para rastrear los movimientos de los israelíes se decidió en el punto álgido de la pandemia y se aprobó por un tiempo limitado como parte de las medidas de emergencia aplicadas para luchar contra el coronavirus.
La organización logró localizar un tercio de los infectados por COVID-19 desde mediados de marzo hasta finales de mayo con un 95% de precisión.
La Corte Suprema dictaminó que la legislación debe implementarse para garantizar que la información recopilada no se use indebidamente.
Argaman también cree que de ahora en más, el seguimiento debe quedar en manos civiles, y el Shin Bet se ha ofrecido a ayudar para ello.
La organización nunca debe ser manchada por acusaciones de que está cumpliendo un propósito político ilegítimo o antidemocrático.
