Los judíos estadounidenses deben tener cuidado, porque la Liga de Defensa Judía proscrita, que fue clasificada en 2001 por el FBI como una organización terrorista, puede estar regresando en una versión un poco más aceptable.
El JDL, bajo el liderazgo del rabino racista Meir Kahane, nació en 1967 para responder a una ola de antisemitismo de la izquierda progresista mundial después de la Guerra de los Seis Días.
Este antisemitismo alcanzó su punto máximo en el ataque del Partido Comunista Polaco contra los sobrevivientes judíos del Holocausto en Polonia, con el pretexto de protestas antisionistas.
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Una manifestación en contra de Israel en Nueva York durante los combates de mayo de 2021 en Gaza.
(AFP)
Los letreros llevados en las manifestaciones masivas del partido tildaban a los sionistas de colonialistas y capitalistas, y no eran muy diferentes de los letreros usados hoy en las protestas antiisraelíes por quienes se niegan a admitir sus sentimientos antijudíos.
Olas similares, aunque quizás no tan crueles, se vieron en la Unión Soviética, donde a los judíos se les prohibió emigrar a Israel. El JDL inició una campaña de terror, colocando bombas y tramando venganza contra las instituciones soviéticas en los Estados Unidos y contra los dignatarios soviéticos visitantes.
Sus activistas afirmaron que los judíos estadounidenses estaban en tanto peligro dentro de las fronteras estadounidenses como sus hermanos soviéticos, dado el antisemitismo disfrazado de antisionismo que abundaba en ciertos círculos.
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Meir Kahane se encuentra en el centro de una protesta de la Liga de Defensa Judía en Washington, marzo de 1977.
(AP)
Los miembros de la JDL se autoproclamaron los salvadores de los judíos, con la intención de luchar contra estas amenazas apuntando a la comunidad árabe estadounidense.
Era una organización criminal que buscaba aterrorizar y promover la violencia y no regresará de la misma forma. Pero los amigos judíos estadounidenses se equivocan al creer que dado que el sionismo ahora se equipara con el apartheid, los miembros más jóvenes de sus familias darán la espalda a Israel por completo. En cambio, es posible que los veamos girar hacia el otro lado.
Cuanto más fuerte sea la opinión pública antiisraelí, es probable que los judíos jóvenes adopten una visión opuesta y defiendan a Israel como la patria del pueblo judío. Es probable que no apoyen al gobierno de Israel, pero defenderán su existencia, no con violencia, sino como una minoría orgullosa que se percibe amenazada.
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Una manifestación en contra de Israel en Florida durante los combates de mayo de 2021.
(AFP)
Según un estudio de Pew publicado el año pasado , la población judía de Estados Unidos creció un 12% en los siete años anteriores, hasta situarse en 7,5 millones. Su afiliación religiosa varía según la edad, entre ellos los mayores, un 70% que tienen más de 50 años, se describen a sí mismos como judíos reformistas o conservadores. sólo el 34% de los que tienen entre 18 y 28 años se describen a sí mismos de la misma manera.
Casi uno de cada dos judíos, encontró el estudio, siente un parentesco con Israel y describe su importancia como vital. Esto es menos que la generación anterior, donde el 63% expresó opiniones similares, pero sigue siendo un número impresionante dada la campaña anti-Israel de organizaciones como el movimiento Boicot, Desinversión, Sanción (BDS).
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Un manifestante sostiene un cartel durante las protestas contra Israel en Illinois.
(AFP)
Los judíos estadounidenses adultos que se hacen eco de los sentimientos antiisraelíes lo hacen porque creen que al expresar posiciones antisionistas están protegiendo a sus familias y asegurando a sus hijos y nietos un futuro mejor en la sociedad estadounidense.
No me corresponde a mí disuadirlos de esa noción, pero puedo recordarles que, históricamente, los judíos no se salvaron del antisemitismo cuando apoyaron la retórica y la acción antijudías.
De hecho, esos judíos eran generalmente los primeros en convertirse en víctimas.
