LGBT Israel
Manifestación a favor de los derechos LGBT en Israel.
AFP
Bennett se expresó a favor de otorgar derechos a la comunidad LGBT, pero todavía tiene respuestas que dar sobre el tema.

Las tres preguntas del colectivo LGBT para Bennett

Opinión. Si bien se expresó a favor de los derechos de la comunidad LGBT, el primer ministro designado primero debe dar algunas respuestas y luego demostrar su apoyo con hechos.

Arthur Shani - Adaptado por Tom Wichter |
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Una de las críticas planteadas en los últimos días al flamante gobierno es que Naftalí Bennett y los partidos de izquierda abandonaron a la comunidad LGBT de Israel. Es que, si bien el partido Meretz lo incluyó en las negociaciones de coalición, el acuerdo final se compromete a mantener el status quo en materia de religión y Estado.
El colectivo LGBT cuenta con muchos partidarios y forman parte de un electorado que Bennett sigue de cerca desde que el partido religioso Hogar Judío se separó de la alianza de derecha Yamina. Así lo demostró durante su etapa como ministro de Educación y también en sus declaraciones antes de las elecciones, cuando afirmó que “todos los derechos civiles que tienen los heterosexuales deberían ser también para las personas LGBT”.
Pero antes de que asuma el nuevo gobierno vale la pena hacerle algunas preguntas básicas a Bennett, quien asoma como el próximo primer ministro de Israel. La primera es: ¿Cómo piensa otorgar derechos al colectivo LGBT cuando la mayoría de los miembros de su partido, Yamina, piensan de otra manera? Inclusive Ayelet Shaked, la número 2 de la lista, dijo en el pasado que quienes busquen promover derechos para la comunidad LGBT no tenían ningún motivo para votar a Yamina.
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Bennett
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Bennett se expresó a favor de otorgar derechos a la comunidad LGBT, pero todavía tiene respuestas que dar sobre el tema.
(AFP)
En el gobierno acordado la resistencia no se encuentra solamente en Yamina. Bennett también tendrá que lidiar con actitudes homofóbicas espantosas de otros sectores de la coalición. Por ejemplo, el parlamentario Walid Taha, del partido árabe Raam, que la semana pasada declaró en una radio que “no se aprobará ninguna ley sobre desviados con la ayuda de Raam”.
Una posible estrategia para Bennett sería excluir a personas de mentalidad oscura de lugares de influencia que puedan generar daño, como los ministerios de Justicia, Bienestar o Educación. Desgraciadamente, está claro que el discurso de odio cuenta con el apoyo de muchos votantes de los partidos de la coalición, y el escenario menos dañino es que ocupen lugares que no afecten a la lucha LGBT.
Una segunda pregunta relevante para Bennett es saber cómo hará para combinar la identidad judía de su partido con sus intenciones de ampliar derechos de homosexuales. En una ocasión el líder de Yamina dijo que “es imposible tratar de cambiar la ley judía”. Y buena parte del problema que afronta la comunidad LGBT es el excesivo control que ejerce el rabinato sobre el matrimonio, y el sistema judicial rabínico de Israel.
¿Cómo piensa Bennett otorgar derechos al colectivo LGBT cuando la mayoría de los miembros de su partido, Yamina, piensan de otra manera?
Por eso corresponde que Bennett cuente qué pasos piensa dar, más allá de una declaración general sobre la necesidad de otorgar derechos. ¿Tiene la intención de permitir matrimonios no religiosos? ¿Buscará una alternativa que regule la relación del Estado y sus instituciones? ¿Cómo pretende otorgar derechos al colectivo LGBT sin “tratar de cambiar la ley judía”?
La tercera pregunta que cabe hacerle a Bennett es, simplemente, en dónde estuvo hasta ahora. Siempre que surgió un proyecto de ley que buscaba mejorar la situación de la comunidad LGBT (matrimonio, divorcio, registro civil), dichas iniciativas se encontraron con la oposición de Yamina y del propio Bennett.
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LGBT Israel
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Religión y Estado, una relación en conflicto constante en el Estado de Israel.
(Gil Nechustan)
Una vez que responda a esas preguntas, será posible creer en las promesas de Bennett, al menos en parte, y entablar un diálogo con él. Y luego deberá ser evaluado por los proyectos de ley que presente a la Knesset durante su mandato, ya que en definitiva su tarea no debe medirse con palabras, sino con hechos.
En este sentido, son hermosas las palabras que inmortalizó la antropóloga estadounidense Margaret Mear, quien dijo: “Lo que la gente dice, lo que la gente hace, y lo que la gente dice que hace; son tres cosas completamente diferentes”.
*El abogado Arthur Shani es el director de la oficina legal de la organización LGBT “Agudá”.
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