El primer año de gestión de Aviv Kochavi, el Jefe de Estado Mayor de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel), está llegando a su final. Y posiblemente esta etapa sea recordada por la soledad que sufrió el general en la cima.
Su servicio comenzó con un año tumultuoso, sin un ministro de Defensa consolidado, y mientras el primer ministro estuvo enfocado en sus las campañas electorales y las causas judiciales que afronta. Además, los sucesivos gobiernos de transición impidieron la aprobación del crucial presupuesto militar plurianual.
Así, mientras Israel atraviesa una de las crisis más debilitantes de su historia, el general estuvo en el centro de la escena por una ofensiva inusual en Beirut atribuida a Israel, el asesinato de un general de la Yihad Islámica en Gaza y operaciones encubiertas en toda la región.
La semana de agosto
Un período emblemático del primer año de gestión de Kochavi fue la última semana de agosto: poco antes de la medianoche del 24, las FDI bombardearon en Siria una base terrorista perteneciente a una milicia respaldada por Irán, que planeaba un ataque importante en Israel. La ofensiva fue precisa y frustró los planes de los milicianos que se estaban acercando a la frontera.
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Un balance del primer año de Aviv Kochavi como Jefe de Estado Mayor de las FDI
(Hadar Youavian)
Menos de tres horas después, medios libaneses informaron que Israel había bombardeado Beirut por primera vez desde la Segunda Guerra del Líbano de 2006. El objetivo fue una base de Hezbollah encargada de mejorar la precisión de sus cohetes. Nasrallah, el líder del grupo terrorista, se sorprendió por las capacidades operativas del ejército israelí y amenazó con represalias.
Pero la semana acababa de comenzar. Al día siguiente, un domingo, se lanzaron cohetes desde la Franja de Gaza a Sderot mientras en la ciudad se desarrollaba un festival de música.
Al mismo tiempo, se encendió una alerta en el norte y se desplegaron sistemas de defensa "Cúpula de Hierro" a lo largo de toda la frontera, además de aviones de combate cargados y listos para la acción. El jefe de las FDI fue criticado por la falta de respuestas sobre estos hechos y acusado de dañar el poder de disuasión de Israel, pero no pudo brindar más detalles sobre sus consideraciones.
Esa misma semana agencias de noticias extranjeras informaron sobre un ataque aéreo en Irak, que también se atribuyó a Israel. Todo esto ocurrió menos de un mes antes de las elecciones del 17 de septiembre, mientras miles de familias paseaban por el norte.
Llamada de atención en el frente interno
El 1 de septiembre, primer día del calendario escolar en Israel, Nasrallah decidió responder por el ataque en Beirut: un vehículo militar de las FDI rompió un protocolo, entró a un área restringida, y por milagro los misiles disparados por Hezbollah no dieron en el blanco. Así, el norte se salvó de un nuevo conflicto.
A partir de este incidente Kochavi percibió que la ciudadanía no era consciente de lo que podía implicar una guerra con Hezbollah. Ya no se trataría de 15.000 misiles desde Gaza, de los cuales un 90% son interceptados por el sistema "Cúpula de Hierro"; sino de 150.000 cohetes lanzados desde el sur libanés, con mayor precisión y capacidad de daño.
A partir de esto el jefe de las FDI comenzó a trabajar en la concientización civil. Lo hizo sin generar un miedo que envalentone al enemigo, pero con el objetivo de crear conciencia en la ciudadanía y el gobierno de Israel. También fue una llamada de atención hacia los servicios de emergencia, que en las recientes inundaciones evidenciaron deficiencias muy claras.
El regreso de viejas políticas
Durante su primer año Kochavi estuvo al mando de dos brotes de violencia en la frontera con Gaza. El primero fue en mayo, cuando Hamás disparó más de 600 cohetes en dos días y mató a cuatro israelíes.
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La eliminación del comandante terrorista Abu al-Ata fue uno de los mayores éxitos operativos del año
(Reuters)
El segundo fue la operación Cinturón Negro de noviembre, iniciada por la eliminación de Abu al-Ata, un importante comandante de la Yihad Islámica en Gaza. Su muerte representó un gran éxito operativo y de inteligencia, y además simbolizó el regreso de la política de los asesinatos selectivos. Se logró asestar un fuerte golpe al "chico malo" de Gaza, al mismo tiempo que Hamás se mantenía al margen.
Este paso hacia adelante se obtuvo al mando de Kochavi, quien observa a la metodología de asesinatos selectivos como un recurso que Israel debe aprovechar al máximo, al mismo tiempo que se colabora en el mejoramiento de la situación humanitaria en la Franja de Gaza.
Nuevos desafíos
A la espera de que los legisladores israelíes aprueben un exhaustivo presupuesto plurianual, Kochavi también tendrá que lidiar con la desmotivación drástica de los jóvenes del país para unirse a las unidades de combate, y de la fuga de cerebros al exterior que sufren las áreas profesionales del ejército. El servicio en las FDI se vuelve cada vez menos atractivo y necesita un enfoque completamente nuevo.
Pero antes de todos los desafíos y problemas, la mayor prueba de Kochavi será preparar a las FDI para su próxima guerra. Muy probablemente sea contra Hezbollah y sus armamentos cada vez más efectivos.
