Esther Hayut
Esther Hayut, presidenta de la Corte Suprema de Israel
Motti Kimchi
Golda Meir, la primera mujer en ejercer el cargo de primer ministro en Israel, vota en los años 50

La lucha por la igualdad de las mujeres continúa

Opinión. La defensa de las mujeres debe seguir garantizando la igualdad de remuneración, un entorno de trabajo libre de discriminación y la protección de los avances ya alcanzados.

Esther Hayut - Adaptado por Leandro Fleischer |
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Hace una semana, hombres y mujeres israelíes ejercieron su deber cívico por tercera vez en un año y emitieron sus votos en las elecciones parlamentarias.
El derecho de las mujeres a votar ahora se da por sentado, pero cuando los judíos comenzaron a reasentarse en Palestina y se tomaron las medidas iniciales para crear instituciones nacionales para el Estado emergente, algunos líderes religiosos minaron los esfuerzos en pos de la igualdad de derechos para que las mujeres votaran y fueran elegidas.

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Golda Meir, la primera mujer en ejercer el cargo de primer ministro en Israel, vota en los años 50
Golda Meir, la primera mujer en ejercer el cargo de primer ministro en Israel, vota en los años 50
Golda Meir, la primera mujer en ejercer el cargo de primer ministro en Israel, vota en los años 50
(Fritz Cohen)

Esto llevó a las mujeres del antiguo "Yishuv" a luchar por sus derechos básicos, y en 1919 se estableció uno de las primeros partidos de mujeres en todo el mundo.
Este esfuerzo trajo consigo la cooperación de mujeres de todos los ámbitos de la vida y las comunidades: socialistas y capitalistas. De hecho, se le preguntó a una de las mujeres cómo se podían llevar a cabo tales uniones. A lo que ella respondió: "Mientras las puertas de la Asamblea de Representantes (que precedió a la Knesset) permanezcan abiertas para ti pero cerradas para mí, me uniré a los menos privilegiados".
Antes de la elección de la primera Asamblea en 1920, se llegó a un acuerdo que permitía a las mujeres participar en la votación con el entendimiento de que una vez que los miembros de la Asamblea fueran elegidos, se volvería a examinar la cuestión de la igualdad de derecho a voto.
Con el fin de facilitar la participación de la comunidad ortodoxa, se abrieron centros de votación separados, algunos para el público en general y algunos "kosher" que permitían la entrada de hombres solamente.
Las boletas “kosher” se contaron dos veces: una para el hombre que emitió su voto y otra para su esposa que se mantuvo alejada.
La lucha no terminó incluso después de que 14 mujeres fueran elegidas para la Asamblea y el debate continuó hasta 1926, cuando la Segunda Asamblea de Representantes, con sus 25 miembros, votó a favor de la igualdad de derechos para las mujeres en todos los aspectos de la vida civil, política y económica de la comunidad judía.
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Mujeres israelíes en unidades de combate del Ejército
Mujeres israelíes en unidades de combate del Ejército
Mujeres israelíes en unidades de combate del Ejército
(Ministerio de Defensa de Israel)
Este voto posicionó al "Yishuv" como pionero en términos del voto de las mujeres. En Francia, por ejemplo, a las mujeres se les concedieron derechos de voto sólo en 1944, en tanto que en Suiza el derecho no se extendió hasta 1971.
Israel se ha comprometido con la igualdad desde su fundación y legisló leyes que a favor de la igualdad de derechos poco después de la declaración de independencia. De hecho, la Ley de Igualdad de Derechos para las Mujeres fue aprobada en 1951.
Pero la lucha por la igualdad que comenzó en los primeros años del siglo XX continúa hoy. Se ha logrado mucho a lo largo de los años y las mujeres desempeñan lentamente roles clave en muchas profesiones anteriormente consideradas exclusivamente masculinas.
El sistema judicial israelí ha contribuido sustancialmente a esto con fallos revolucionarios.
En 1988, la Corte Suprema dictaminó que es ilegal negar posiciones a mujeres en los consejos rabínicos locales. Y en 2012, el tribunal dictaminó que hombres y mujeres deben recibir la misma remuneración para el mismo trabajo. Caso contrario, señaló la corte, sería considerado como un acto de discriminación por parte del empleador.
Pero a pesar de las leyes, los fallos de la Corte Suprema y los cambios sociales que han mejorado la posición de las mujeres, aún queda mucho por hacer.
Demasiadas mujeres siguen siendo objeto de subyugación, abuso físico, mental, económico y social y discriminación en todos los ámbitos.
Demasiadas mujeres son discriminadas y enfrentan estereotipos adversos en el lugar de trabajo, que requieren que la defensa de las mujeres continúe con todas las herramientas disponibles, y no menos importante es nuestra necesidad de permanecer alerta para garantizar que no se erosionen los avances que se han alcanzado, como ha sucedido en el pasado.
Esther Hayut es la presidenta de la Corte Suprema de Israel
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