El jefe entrante del Mossad, David Barnea, el primer ministro Benjamin Netanyahu y el jefe saliente del Mossad, Yossi Cohen
El jefe entrante del Mossad, David Barnea, el primer ministro Benjamin Netanyahu y el jefe saliente del Mossad, Yossi Cohen
GPO
El jefe entrante del Mossad, David Barnea, junto al primer ministro Benjamin Netanyahu.

El espía número uno

Análisis. Segundo de Yossi Cohen, con experiencia en operaciones encubiertas y que asumirá sin el respaldo de Trump. Perfil y desafíos de David Barnea, el nuevo jefe del Mossad.

Ronen Bergman - Adaptado por Tom Wichter |
Published:
El primer ministro Benjamín Netanyahu anunció el nombramiento de David Barnea como jefe del Mossad y uno de sus desafíos será mantener la red de la organización en Medio Oriente, que sirvió de base para la firma de los acuerdos de paz con países árabes.
Pero lograr una firma es una cosa, y mantener y nutrir esos acuerdos es otra. Se trata de relaciones frágiles que pueden correr riesgos ante, por ejemplo, un estallido de violencia con los palestinos.
Muchos creían que los palestinos ya no interesan al mundo y que otra ronda de enfrentamientos no cambiaría la actitud hacia Israel, particularmente de parte de los países árabes de Medio Oriente que se acercaron a Jerusalem. Y todavía es difícil saber qué consecuencias tendrá la operación Guardián de los Muros en ese sentido, pero está claro que el posicionamiento de los palestinos y Medio Oriente en la agenda del planeta es una cuestión dinámica y cambiante.
1 צפייה בגלריה
El jefe entrante del Mossad, David Barnea, el primer ministro Benjamin Netanyahu y el jefe saliente del Mossad, Yossi Cohen
El jefe entrante del Mossad, David Barnea, el primer ministro Benjamin Netanyahu y el jefe saliente del Mossad, Yossi Cohen
El jefe entrante del Mossad, David Barnea, junto al primer ministro Benjamin Netanyahu.
(GPO)
Barnea, hasta hace poco conocido como el agente D., acepta su puesto en un estado de situación completamente nuevo, y tiene mucho trabajo por hacer para convencer al mundo árabe de que nada cambió después de la última escalada. El hombre de 56 años sirvió en el Regimiento de Reconocimiento, una unidad de élite de las FDI. Y es el segundo jefe del Mossad que llega a la jefatura de la agencia después de pasar buena parte de su carrera de inteligencia en la división Tzomet, encargada del reclutamiento de agentes.
Su primer puesto en la agencia lo desempeñó en la sucursal del Mossad en Europa bajo el mando de Cohen, su principal mentor y socio en los últimos años. Bajo su ala fue subjefe de la división Keshet, que se ocupa de la vigilancia y piratería en países con los que Israel mantiene vínculos diplomáticos, lo que le permitió codearse con todo tipo de operaciones muy relevantes para el Mossad.
Su primer puesto en la agencia lo desempeñó en la sucursal del Mossad en Europa bajo el mando de Cohen, su principal mentor y socio en los últimos años.
A diferencia del jefe saliente, cuando Barnea asuma el cargo ya no tendrá el respaldo operativo y político de la administración Trump en Estados Unidos, un período histórico para el Mossad. El acuerdo nuclear que recibirá aparentemente será bastante similar al que Trump decidió abandonar cuando asumió. Este estado de situación similar al 2015 refleja que para el mundo, inclusive para países occidentales amigos que solían participar en la recopilación de inteligencia sobre Irán, que el tema está bastante excluído de la agenda global.
Por eso Israel se encuentra bastante solo en dos sentidos. Por un lado, en su necesidad de dedicar enormes recursos a recopilar información dentro de Irán, donde existe una alerta máxima y las autoridades creen ver a un agente del Mossad en cada esquina.
Israel también está solo en su tarea de renovar el stock de “botones”, agentes necesarios para operativos con finales atronadores, como el robo del archivo nuclear iraní, un área que Yossi Cohen desarrolló con un éxito sin precedentes. En este tipo de acciones, claro, no se puede utilizar a un mismo “botón” dos veces.
Comentarios 0