Teherán celebró durante el fin de semana el Día Nacional de la Tecnología Nuclear. En honor a la ocasión, el presidente Hassan Rouhani desplegó nuevas centrifugadoras avanzadas en la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz. No sospechaba que se encontraría con una “sorpresa” que le impediría activar las centrifugadoras durante lo que puede llegar a ser un período de tiempo significativo.
Según fuentes de inteligencia occidentales, el Mossad, la agencia de inteligencia israelí, estuvo detrás del incidente. De manera oficial Israel no asumió responsabilidad alguna en el hecho, pero las imágenes del primer ministro Benjamín Netanyahu brindando junto a autoridades del Mossad, del Ejército y del Shin Bet, a pocos días de celebrar en Israel el Día de la Independencia, no pueden ignorarse.
Todo indica que Israel está tratando de interferir en los esfuerzos por levantar las sanciones contra Irán y frustrar así la reanudación de las negociaciones mediadas por la Unión Europea en favor de un regreso de Irán al acuerdo nuclear de 2015.
El "mal funcionamiento" en la planta nuclear de Natanz ocurrió mientras el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, comenzaba su visita oficial a Israel, la primera de un miembro del gabinete desde que asumió el presidente Joe Biden.
Enviar al secretario de Defensa en lugar del secretario de Estado no fue un descuido de la nueva administración. Estados Unidos quiere asegurarse de que cualquier acuerdo con Irán no se produzca a expensas de la seguridad israelí.
Washington estará allí para responder a cualquier necesidad de seguridad que surja como resultado de los avances en las conversaciones con Irán y la eliminación de las sanciones. Pero con la visita de Austin, Biden envía otro mensaje. Estados Unidos quiere asegurarse de que Israel no altere los esfuerzos por reactivar una conversación diplomática con Irán y algunos consideran la visita de Austin como un intento por controlar a Jerusalem.
La política de Israel es una apuesta peligrosa. Si en el futuro, el conflicto con Irán da como resultado el estallido de una guerra, es posible que Estados Unidos no brinde el apoyo necesario.
Hasta ahora, el conflicto con Irán continúa a un ritmo relativamente bajo. El régimen persa busca vengar la muerte de su científico nuclear Mohsen Fakhrizadeh, asesinado en Teherán en noviembre pasado en un ataque atribuido a Israel, pero parece hacerlo con cuidado.
Un intento de atentado a la embajada de Israel en Nueva Delhi, India, y los recientes ataques contra buques de carga de propiedad israelí en el Mar Rojo no tuvieron la intención de escalar aún más el conflicto.
Por otra parte, la tendencia de Israel a alardear de operaciones exitosas contra Irán, según informes de prensa extranjera, podría tener un alto costo. Ahora que el ataque a Natanz fue atribuido directamente a Israel, Estados Unidos puede reconsiderar su posición sobre Jerusalem.
Aun así, la batalla contra un Irán nuclear tiene varios niveles y es compleja. Israel y Estados Unidos han estado cooperando estrechamente. Es posible que estén en connivencia para aumentar la presión sobre los iraníes, que solo regresarán al acuerdo nuclear si creen que están en peligro real.