El presidente del Likud, Benjamín Netanyahu, no pudo formar un nuevo gobierno y el mandato ahora ha pasado a su principal rival político, el líder de Kajol Labán, Benny Gantz.
El líder de YIsrael Beiteinu, Avigdor Liberman, ha implorado a Gantz que forme lo que él llama un "gobierno liberal nacional" que comprenda al Likud, Kajol Labán y a su partido.
YIsrael Beiteinu: ¿un partido liberal? Parece que el liberalismo tiene una nueva definición en estos días.
El liberalismo estándar se atribuye a la igualdad de derechos políticos para todos, y no recuerdo que la plataforma del partido de Liberman haya incluido la demanda liberal básica de permitir el derecho a voto de los palestinos que viven bajo la ocupación en Cisjordania.
Tampoco he visto al líder de YIsrael Beiteinu exigir una retirada de los territorios como lo dicta una cosmovisión liberal.
Quizás como nuevo liberal, Liberman exigirá que la inversión pública en la comunidad árabe sea igual al presupuesto asignado a los judíos, como condición previa para la participación en un gobierno de coalición.
De hecho, debería haber exigido que los palestinos y los judíos de Cisjordania recibieran los mismos servicios y apoyo. Si es liberal, que sea liberal.
El difunto Menachem Begin, cuando era primer ministro, se comprometió a dar la misma financiación a los árabes y judíos en Jerusalem. No lo hizo, ni ningún gobierno posterior.
YIsrael Beiteinu aboga por un intercambio de territorio mediante el cual los asentamientos judíos se convertirán en parte de Israel, mientras que las comunidades árabes dentro de las fronteras anteriores a 1967 se convertirán en parte de Cisjordania y estarán bajo el gobierno militar.
El partido también exige castigos corporales para los terroristas, demoliciones de sus viviendas sin interferencia de la Corte Suprema y una política en Cisjordania que ignore cualquier fallo judicial sobre la soberanía y los asentamientos israelíes.
Los gobiernos de unidad en Israel nunca fueron descritos como liberales. De hecho, los primeros ministros Yitzhak Shamir y Shimon Peres (que compartieron el cargo de manera rotativa después de las elecciones de 1986) nunca se describieron como tales.
En Israel, liberal significa oponerse a Netanyahu. Ser antiliberal, por lo tanto, significa apoyar al primer ministro saliente.
Esa es la premisa sobre la cual se construiría el gobierno liberal que pretende Liberman, pero un gobierno de unidad nacional no puede ser liberal en virtud de su composición.
Es un gobierno que incluye posiciones opuestas, algunas liberales, otras religiosas, nacionalistas o socialdemócratas.
Sentados alrededor de la mesa del gabinete habrá ministros que siguen ideologías diferentes y a menudo conflictivas. Tal gobierno, que puede ser inevitable considerando los resultados de las últimas dos elecciones, ciertamente tendría que mitigar cualquier liberalismo y no celebrarlo.
En su impresionante actuación del miércoles, mientras recibía el mandato de formar un gobierno del presidente Reuven Rivlin, Gantz manifestó que tiene la intención de formar un gobierno fuerte y amplio que incluya la mayor cantidad posible de partidos políticos.
Un "gobierno de reconciliación", lo llamó, y solo al final de su declaración describió silenciosamente a esta futura coalición como liberal.
Sería ilusorio creer que Israel podría enfrentar los desafíos que se avecinan sin tener un debate intenso como el que se está llevando a cabo actualmente en Gran Bretaña debido al Brexit.
