Ejercer control sobre otras personas es complicado, y el control de Israel sobre los palestinos es aún más difícil.
Los extremistas de ambos lados del espectro político proponen soluciones mayormente simplistas para resolver el problema de la ocupación.
En un extremo del espectro están los defensores del movimiento "fin de la ocupación". Viven bajo la ilusión de que un acuerdo con los palestinos está al alcance, o que simplemente podemos levantarnos y salir de Cisjordania de la misma manera que salimos de la Franja de Gaza. El problema es que Gaza no se convirtió en Singapur después de la retirada, como esperaban los de la izquierda, sino que se convirtió en otro Irán.
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Effi, el combatiente que salvó a un palestino de una agresión de colonos en Hebrón.
(Ynet)
En el otro extremo del espectro están los partidarios del “Gran Israel", a quienes no les importa si Israel se convierte en un Estado de apartheid como resultado de la ocupación.
Sin embargo, la mayoría del público israelí entiende que no hay una solución fácil para este problema.
La realidad de la situación es sombría, especialmente si se considera que el liderazgo palestino se ha negado repetidamente a aceptar una solución de dos Estados basada en las fronteras de 1967 y no en las de 1947, que es con lo que todavía sueñan.
Como resultado, Israel se ve obligado a mantener su presencia en el área porque esa es la única solución que tenemos en este momento. La única pregunta es: ¿cómo se gobierna sobre otra nación de la manera más humana posible?
Varias organizaciones de derechos humanos difundieron propaganda insinuando que los soldados israelíes son lo más parecido a tropas imperialistas, que disparan a los palestinos con ametralladoras por gusto, así como otras tonterías similares.
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El incidente en el que el soldado de Golani defiende a un hombre palestino agredido por colonos quedó registrado por las cámaras de seguridad.
(Captura de pantalla)
A menudo, estos grupos suelen publicar videos, que habitualmente carecen de contexto y explicaciones, para mostrar al "israelí feo". La mayoría de estos videos están sacados de contexto, e incluso cuando no lo están, sólo nos queda lidiar con ellos porque todas las naciones tienen algunas manzanas podridas, pero no representan a las FDI en su conjunto.
El viernes pasado vimos otro video que mostraba al "israelí feo", donde se observaba a un grupo de judíos extremistas atacando a un palestino, aparentemente sin razón.
Un soldado de Golani, que vio el incidente a lo lejos, dejó su posición, enfrentó a los extremistas y recibió golpes, pero no se rindió.
Al final del violento incidente, logró rescatar al palestino de los malvados. Su fotografía ha sido publicada en muchos sitios después del hecho. El soldado, cuyos padres emigraron de Etiopía, es un orgullo en Israel; un héroe nacional
Esto sucedió debido a que este soldado nos dejó en claro a todos que incluso en la complicada realidad de ejercer el control sobre otro grupo de personas, nuestra humanidad puede mantenerse.
Y él no está solo. Un miembro del Likud, padre de otro soldado, me dijo que recientemente, en una noche muy invernal, su hijo y sus amigos persiguieron a un grupo de adolescentes palestinos que arrojaban piedras.
Cuando atraparon a uno de los niños, estaba temblando, no por miedo sino por frío. Los soldados se quitaron el abrigo de invierno y cubrieron al joven.
Le pregunté al papá si estaba orgulloso de su hijo. "Por supuesto", me dijo. Sin embargo, no había cámaras de seguridad durante ese incidente, por lo que no hay pruebas de que su hijo también se haya comportado como un héroe.
Hasta el día de hoy, los soldados sólo han recibido medallas y distinciones por enfrentarse directamente al enemigo. Es hora de que se otorguen premios por iniciativa y humanidad hacia a aquellos que controlamos.
Se debe premiar este tipo de acciones porque de estos incidentes podemos aprender y porque cada soldado debe saber que estas son normas a las que se adhiere Israel.
La humanidad también es heroísmo. Comandante de la brigada Golani, coronel Ghassan Alian, jefe de las FDI, Aviv Kochavi, y ministro de Defensa, Benny Gantz, entréguenle a este soldado una Medalla de Honor.
