Los israelíes fueron invitados esta semana a un intercambio filtrado entre el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Benny Gantz, mientras se lanzaban acusaciones durante una reunión ministerial para discutir la estrategia de salida del tercer cierre nacional.
"¡La sangre de innumerables israelíes estará en tus manos!", gritó Netanyahu mientras abogaba por la continuación de los estrictos cierres para combatir el coronavirus.
"¡No intentes enseñarme nada sobre vidas humanas!", le contestó el ministro de Defensa, Benny Gantz, quien acusó al primer ministro de retrasar la salida del encierro en un intento por detener el juicio penal en su contra.
3 צפייה בגלריה


El ministro de Defensa, Benny Gantz, junto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la Knesset.
(Prensa Knesset)
La filtración estaba claramente dirigida a reforzar la narrativa de Netanyahu de que él está a cargo y Gantz está feliz de poner vidas en peligro.
Después de que surgieron las grabaciones, Gantz insinuó que el propio Netanyahu estaba detrás de su liberación. Exigió que los protocolos de las reuniones gubernamentales sobre la crisis se publiquen en su totalidad, "y no sólo filtraciones que beneficien las necesidades personales y legales del primer ministro".
Dada la situación actual, es irrelevante quién filtró qué y por qué.
Con frecuencia, el gobierno mantiene discusiones y toma decisiones sobre la crisis civil más grave que haya conocido el país, todo lo cual permanece confidencial bajo la arcaica Ley de Archivos que impide la publicación de protocolos gubernamentales durante al menos 30 años. Están actuando como si estos debates tocaran el programa nuclear de Israel (si existe, es posible que finalmente lo sepamos en varias décadas a partir de ahora).
Mientras tanto, Netanyahu y otros políticos están ocupados filtrando extractos de estas reuniones para sus propios fines políticos y al mismo tiempo insisten en que se mantengan confidenciales.
Artículo 35 de la Ley Fundamental: El Gobierno declara que "Los debates y decisiones del Gobierno y de las comisiones ministeriales sobre los siguientes asuntos son secretos y se prohíbe su divulgación y publicación: Seguridad del Estado; Relaciones exteriores del Estado; Asuntos respecto de las cuales el Gobierno considera que el secreto es fundamental para el Estado".
La ley también establece que esto puede aplicarse a un "asunto que el Gobierno ha decidido mantener en secreto". Pero no hay razón para mantener confidenciales las discusiones del gobierno sobre el coronavirus, ya que no se relacionan con ningún tipo de secreto de Estado o seguridad nacional. Tampoco se garantiza su confidencialidad, ya que las reuniones ministeriales sobre la pandemia se llevan a cabo a través de la aplicación Zoom, que le da a cada participante la opción de grabar las discusiones y compartirlas con quien elijan.
3 צפייה בגלריה


Propietarios de pequeñas empresas protestan en Tel Aviv contra el segundo cierre.
(Gentileza)
La ley que proh0íbe la publicación de las actas de las reuniones de coronavirus durante 30 años es irrelevante y desvinculada de la realidad. Este secreto injustificado también sirve para erosionar aún más la confianza pública en el gobierno, cuando todos saben que sólo filtran conversaciones seleccionadas y toman ciertas decisiones por razones políticas.
Ha llegado el momento de publicar debidamente las discusiones y decisiones sobre el maldito coronavirus. No porque sea un tema político, sino porque es de interés público.