En Rehovot los israelíes tomaron sus balcones para celebrar Pésaj bajo toque de queda (
Quienes celebraron desde los balcones el Pésaj tampoco estaban solos.
Adi Greenboim
Profesionales médicos en una sala de coronavirus de un hospital israelí se preparan para celebrar la primera noche del Pésaj.

Sin compañía en Pésaj, pero no solo

Opinión: el coronavirus no solo nos obliga a refugiarnos en casa y abastecernos de papel higiénico, sino que expone los problemas que hemos reprimido durante mucho tiempo en la carrera sin fin de la vida, ofreciéndonos la oportunidad de pensar realmente en lo que esperamos el uno del otro.

Shimon Shiffer – Adaptado por Alejo Sanzo |
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Mientras corría alrededor del perímetro de 100 metros que me permitía el Ministerio de Salud, me encontré con una valla publicitaria pegada en la pared de un gimnasio recién abierto.
"Últimos lugares disponibles, regístrate rápido", decía.
Ese anuncio me trajo a casa la realidad que se nos ha impuesto durante esta plaga.
Los diversos letreros de ventas, que nos tientan a ingresar a las tiendas y comprar marcas que realmente no necesitamos, se han quedado sin espectadores. Quizás surja algo bueno de este bloqueo, una nueva forma de comportarse para todos nosotros; una realidad en la que sólo compramos lo que es absolutamente necesario.
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Profesionales médicos en una sala de coronavirus de un hospital israelí se preparan para celebrar la primera noche del Pésaj.
Profesionales médicos en una sala de coronavirus de un hospital israelí se preparan para celebrar la primera noche del Pésaj.
Profesionales médicos en una sala de coronavirus de un hospital israelí se preparan para celebrar la primera noche del Pésaj.
(Ministerio de Salud)
El coronavirus no sólo nos obliga a refugiarnos en casa y abastecernos de papel higiénico y comida, sino que también revela otras cosas que hemos reprimido durante mucho tiempo en la carrera sin fin de la vida. Nos ha ofrecido una introspección, un intento real de mirarnos a nosotros mismos, nuestras relaciones y lo que esperamos el uno del otro.
El rabino Abraham Isaac Kook sostuvo que el concepto de libertad, el símbolo del Pésaj, exige que las personas no sólo hagan la distinción entre esclavitud y libertad, sino que vayan más allá de lo obvio y juzguen la realidad desde una perspectiva ética.
En lo alto, en las nuevas obras en construcción que salpican las calles donde corro, los jornaleros árabes todavía están trabajando.
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Soldados de las FDI distribuyen comida en Bnei Brak, una de las ciudades más afectadas por el coronavirus.
Soldados de las FDI distribuyen comida en Bnei Brak, una de las ciudades más afectadas por el coronavirus.
Soldados de las FDI distribuyen comida en Bnei Brak, una de las ciudades más afectadas por el coronavirus.
(Prensa FDI)
Cualquiera que dude de las demandas legítimas de igualdad de derechos de los árabes de Israel, que constituyen el 20% de la población, debería salir a las calles temprano en la mañana y escuchar a los médicos y enfermeras que luchan por la vida de los pacientes judíos. Quizás entonces estén convencidos de que ha llegado el momento de la igualdad.
Sin embargo, en el mismo sitio de construcción hay un cartel gigante del Likud, ahora sin sentido, que muestra al líder de Kajol Labán, Benny Gantz, y al miembro del partido árabe Ahmad Tibi y que menciona: "Gantz fue con la Lista Conjunta".
Cualquiera que dude de las demandas legítimas de igualdad de derechos de los árabes de Israel, que constituyen el 20% de la población, debería salir a las calles temprano en la mañana y escuchar a los médicos y enfermeras que luchan por la vida de los pacientes judíos. Quizás entonces estén convencidos de que ha llegado el momento de la igualdad.
¿Qué se puede hacer con Gantz, que fue absorbido por un gobierno con Benjamín Netanyahu y descartó a los legisladores de la Lista Árabe que le dieron su apoyo para ser primer ministro?
No hay forma de saber cómo se verá nuestra vida después de que el virus desaparezca. Por ahora, estamos recopilando experiencias que influirán en gran medida en nuestro futuro.
Binyamin Zomer, vicepresidente de Nobel Energy, me contó que en los últimos días ha asistido a un funeral, una boda, un bar mitzvá y reuniones de conferencias abarrotadas, todo en videoconferencia de Zoom.
Estos son los días de atracones documentales. En un programa dedicado a él, el Papa Francisco afirmó que una de las peores cosas que le sucedió a la humanidad en la última década es la desaparición de la cercanía humana, que ha sido reemplazada por la tecnología, que nos separa aún más.
Este año leemos la Hagadá en hogares separados, yo sentado sola en mi mesa mientras mis hijos y nietos celebran la fiesta en otro lugar. Mi esposa Rachela falleció hace dos años.
El rabino de Lubavitcher, Menachem Mendel Schneerson, que no tenía hijos, solía pasar el séder con su esposa. Cuando ella murió después de 60 años de matrimonio, el rabino atravesaba el séder leyendo la Hagadá.
Estaba sin compañía, pero no solo.
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