Un hombre pasea su perro cerca de los puestos normalmente abarrotados de gente del Mercado Carmel, en Tel Aviv.

Israel necesita un plan de salida para la crisis del coronavirus

Opinión: Si bien la cuarentena hasta ahora ha demostrado ser efectiva, al menos para desacelerar la tasa de infección, Israel necesita un programa más atrevido para sobrevivir a la caída económica que amenaza con tragarse la economía global.

Nadav Eyal - Adaptado por Leandro Fleischer |
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Han pasado semanas desde el comienzo de la crisis del coronavirus, y todavía no tenemos un plan de salida de ningún tipo para combatir el brote y volver a la normalidad. Mientras tanto, el caos reina.
Hay centros de investigación universitarios y de alta tecnología, una sala de operaciones de dirigida por el jefe del servicio de inteligencia Mossad, otra administrada por unidades especiales de las FDI y equipos que cuentan con información de la que nadie más está al tanto.
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Un hombre pasea su perro cerca de los puestos normalmente abarrotados de gente del Mercado Carmel, en Tel Aviv.
Un hombre pasea su perro cerca de los puestos normalmente abarrotados de gente del Mercado Carmel, en Tel Aviv.
Un hombre pasea su perro cerca de los puestos normalmente abarrotados de gente del Mercado Carmel, en Tel Aviv.
(EPA)
También se está llevando a cabo una lucha interna en el sistema de salud. Las administraciones de los hospitales están librando una guerra contra los altos funcionarios del Ministerio de Salud, y los funcionarios del Ministerio de Salud se están peleando entre ellos.
Un día dicen que nos harán más pruebas de coronavirus a diario, otro afirman que no hay necesidad de realizar esos estudios.
¿Máscaras? No hay necesidad de ellas, señaló el jefe de salud pública del ministerio, el doctor Siegal Sadetzki, sólo para declarar un día después que las máscaras son una necesidad después de todo (algo ya sabido en todo el mundo).
En última instancia, una solución sigue apareciendo: regulaciones y cuarentenas más estrictas.
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Oficiales de policía controlan la cuarentena en Jerusalem,
Oficiales de policía controlan la cuarentena en Jerusalem,
Oficiales de policía controlan la cuarentena en Jerusalem,
(Shalev Shalom)
Aquí están los hechos claros: la tasa de mortalidad por coronavirus en Israel se encuentra entre las más bajas del mundo, ya que el país hizo bien en ordenar la cuarentena para todos los que regresan del extranjero cuando la crisis estaba comenzando.
El crédito por estas medidas preventivas recae en los referentes del Ministerio de Salud y en el primer ministro, Benjamín Netanyahu, quienes identificaron la amenaza temprano.
Las tasas de mortalidad son bajas por otra razón: los israelíes que tienen más de 70 años, los que construyeron este país, son un grupo cauteloso. Actuaron para protegernos temprano evitando eventos sociales y, seguramente con mucho dolor, se abstuvieron de ver a sus nietos.
A excepción de los niños, que no son sometidos a pruebas de coronavirus, los mayores de 70 años representan el sector de la población con la tasa de infección más baja. ¿Dónde más sucede una situación similar en el mundo? En Alemania, donde el número de muertos también es bajo.
El sistema de salud israelí, aunque se encuentre debilitado, es fuerte y ha salido adelante. El número de pacientes en grave estado en los hospitales está aumentando, pero por ahora el sistema está logrando hacer frente a la crisis.
La cuarentena funciona, en gran medida. El país se cierra, la economía sufre y las personas se quedan en sus hogares, y por lo tanto, la tasa de infección disminuirá.
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Una cinta indica a las personas que no puede usarse uno de los parques infantiles de la playa de Tel Aviv.
Una cinta indica a las personas que no puede usarse uno de los parques infantiles de la playa de Tel Aviv.
Una cinta indica a las personas que no puede usarse uno de los parques infantiles de la playa de Tel Aviv.
(AFP)
De hecho, la curva se ha aplanado bastante en los últimos días, pero desafortunadamente, actualmente no tenemos idea de cuánto. Los datos proporcionados al público israelí están incompletos. Sabemos cuántas pruebas diarias se realizan, pero no cuántos estudios se analizan todos los días.
Tampoco sabemos cuándo se infectaron los nuevos pacientes. Parece un asunto técnico, lo sé, pero es esto lo que nos permite saber o no saber lo que realmente sucede.
Algo más también ha sucedido. A medida que se iba desarrollando la crisis, la gente comenzó a preocuparse debido a que las autoridades hablaban sobre posibles escenarios sombríos con miles de muertos y decenas de miles de infectados.
Pero si miles mueren en Israel, sería una falla catastrófica del Ministerio de Salud y de Netanyahu. Y decir "te lo dijimos" no ayudará.
Alternativamente, las autoridades también están preocupadas por el crédito del éxito una vez que finalice la crisis. Netanyahu se ha abstenido de entregar más poderes al ministro de Defensa, Naftali Bennett, por temor a que cualquier logro pueda atribuirse a este último.
Expertos médicos dicen que el reciente endurecimiento de la cuarentena ya no sería beneficioso.
"La cuarentena hasta ahora ha sido efectiva y hemos alcanzado el máximo beneficio de ella", manifiestan. Y expresan que "el daño económico no vale la pena".
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El primer ministro Benjamin Netanyahu se dirige al público, junto con el ministro de Salud, Yaakov Litzman, a la derecha, y la DG del Ministerio de Salud, Moshe Bar-Siman-Tov.
El primer ministro Benjamin Netanyahu se dirige al público, junto con el ministro de Salud, Yaakov Litzman, a la derecha, y la DG del Ministerio de Salud, Moshe Bar-Siman-Tov.
El primer ministro Benjamin Netanyahu junto al ministro de Salud, Yaakov Litzman, a la derecha; Moshe Bar-Siman-Tov, director general del ministerio.
(Shalev Shalom)
Los expertos señalan la forma en que la infección se ha extendido."¿Se ha presentado un informe epidemiológico al gobierno que muestre que las personas se contagian en el lugar de trabajo y, por lo tanto, se requiere el cierre de las fábricas?", dijeron, agregando que no hay necesidad de dañar aún más los ingresos de las personas, "ya que la mayor parte de los contagios están ocurriendo actualmente en las familias".
En los últimos meses, Israel ha impuesto una cuarentena, y las fuerzas de seguridad se encuentran en las calles para supervisar que se cumplan las directivas. Si bien la cuarentena es útil para ganar tiempo, hay otras recetas que pueden ser utilizadas.
Se pueden llevar a cabo pruebas exhaustivas para detectar grupos de infección (en lugar de esperar a que los pacientes sean examinados), organizar la logística para ayudar a la población aislada a permanecer en sus hogares, cierres de ingresos y egresos en algunas ciudades para evitar la propagación del virus y encontrar otras alternativas para pacientes en leve estado.
La creación de un programa para reducir la tasa de infección brindará objetivos realistas, asistirá al sistema de salud a reforzar la comprensión médica del país y ayudará a que la economía recupere al menos una funcionalidad parcial.
No existirá tal plan mientras toda esta crisis no tenga un capitán para dirigir la nave.
Los responsables de la toma de decisiones, todos con las mejores intenciones, actúan como si lideraran un país europeo devastado por un desastre o los Estados Unidos, donde no hay atención médica universal.
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Tratamiento de pacientes con coronavirus en el campus de Rambam Healthcare en Haifa
Tratamiento de pacientes con coronavirus en el campus de Rambam Healthcare en Haifa
Tratamiento de pacientes con coronavirus en el campus de Rambam Healthcare en Haifa,
(Rambam Healthcare Campus)
Pero están en Israel, un pequeño Estado de alta tecnología que es relativamente rico. Tiene la oportunidad de ser mejor que el resto del mundo, por lo que es decepcionante verlos tomar decisiones que podrían tener las consecuencias más graves.
Netanyahu no ha definido cómo sería la victoria, mientras que sus subordinados han sido demasiado lentos en aprender las lecciones de Asia: controles de temperatura, máscaras, pruebas de coronavirus y aplicación de la ley.
Los funcionarios se han desentendido del monumental daño económico sufrido por millones de israelíes: los padres que no saben cómo pagarán el alquiler y los dueños de negocios independientes y los empleados obligados a tomar vacaciones sin goce de sueldo.
En lugar de actuar rápidamente, hacerse cargo, tomar decisiones rápidas que, aunque costosas, ahorrarían miles de millones de shekels en el futuro; se han empantanado en la burocracia.
Hasta ahora, Israel ha enfrentado heroicamente la crisis. Todo el crédito va a los tomadores de decisiones, quienes ahora deben asegurarse de no arruinar la economía.
El peso de la responsabilidad de manejar la crisis es pesado, y descansa sobre los hombros de Netanyahu.
Israel necesita un plan nacional, uno que pese los riesgos, nos saque de la posición en la que estamos ahora, porque actualmente todo lo que tenemos es cuarentena.
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