Las batallas de las últimas dos semanas en el campo de refugiados de Jabaliya son un modelo en miniatura de toda la guerra contra Hamás. Contienen todas las complejidades de la campaña, y es posible extraer lecciones de ellas que permitan a Israel devolver a los secuestrados y derrocar al régimen de Hamas. Sí, esto no es un error: el régimen de Hamas puede ser derrocado. Pero hay que hacerlo en etapas que llevarán tiempo. El lanzamiento de un cohete al mediodía en la región central no hace más que agudizar el asunto.
El público debe entender que ésta es una guerra diferente de aquellas en la que Israel ha participado hasta ahora. De hecho, las FDI deben volver a donde ya estaban para arrebatarle a Hamás su principal activo: la extensa red de túneles que permite a sus agentes viajar bajo tierra desde la ciudad de Gaza, en el norte de la Franja de Gaza, hasta Rafah, en el extremo sur. No lo digo yo, sino un comandante de alto rango que ha estado luchando contra los terroristas de Hamás durante muchos meses, y ésta es su conclusión inequívoca.
El campo de refugiados de Jabaliya tiene entre 100.000 y 150.000 habitantes. Hace dos semanas, dos equipos de combate de brigada bajo el mando del comandante de la 98ª División, el general de brigada Dan Goldfuss, entraron allí. Las FDI no maniobraron en el campamento como parte de su ocupación del norte de la Franja de Gaza al comienzo de la guerra porque se encontraron civiles que se negaron a evacuar. Sólo se contentó con entrar en la ciudad de Jabaliya y sus alrededores. Por lo tanto, inmediatamente después de que las FDI abandonaran el norte de la Franja de Gaza, se abrió la zona y se vio a decenas de miles de residentes en las calles con miembros de Hamás manteniendo el orden y demostrando gobernabilidad. Al mismo tiempo, los terroristas que huyeron de otros barrios del norte de la Franja de Gaza, como Shejaiya y Beit Hanoun, se reunieron en zonas densamente urbanizadas y en los estrechos callejones del campo de refugiados.
La decisión de atacar y apoderarse del Batallón Jabaliya Oriental, que Hamás había restablecido, se tomó por dos razones. 1. No hay seguridad para el Neguev Occidental y sus residentes mientras haya unos 1.000 terroristas escondidos en apartamentos del campo de refugiados y en los túneles debajo de él, equipados con armas casi ilimitadas, incluidos lanzadores. 2. La información de inteligencia de alta calidad acumulada mientras tanto sobre los túneles bajo el campo de refugiados y la ubicación de los pozos y casas de los terroristas que los defendían. Es probable que esta información también indicara la presencia de cuerpos secuestrados bajo tierra.
No hay seguridad para el Neguev Occidental y sus residentes mientras haya unos 1.000 terroristas escondidos en apartamentos del campo de refugiados y en los túneles debajo de él.
El general de brigada Goldfus y los comandantes de las fuerzas bajo su mando, el Comandante de la 460ª Brigada Blindada y el comandante de la Brigada de Paracaidistas, construyeron el plan de acción basado en las lecciones aprendidas durante los largos combates en Khan Younis. El primer paso fue establecer un equipo especial de inteligencia en el que participaron no sólo el Estado Mayor General de Inteligencia Militar y la Unidad 504 de investigadores de campo y prisioneros de guerra, sino también personal de inteligencia del Shin Bet y el Cuerpo Especial de Inteligencia para prisioneros de guerra y desaparecidos. La fuerza alcanzó sus objetivos como resultado directo del trabajo del equipo especial, Hace una semana y media, los cuerpos de Ron Benjamin, Itzik Gelernter, Shani Locke y Amit Buskila fueron encontrados bajo tierra (los comandantes sobre el terreno admiten que la suerte también jugó un papel en la rápida búsqueda).
Fueron necesarios cinco días de intensos combates antes de que la fuerza bajo el mando de la 98ª División lograra controlar la zona y penetrara en los túneles, pero pasaron dos semanas desde el comienzo de los combates hasta el sábado por la noche, antes de que los miembros de la unidad Yahalam y otros ingenieros lograran atribuirse el desmantelamiento del batallón Jabaliya oriental de Hamás. Según estimaciones de la Inteligencia Militar, este batallón estaba formado por unos 1.000 terroristas locales y aquellos que se habían reunido en el campamento después de huir de otros lugares. De estos, alrededor de 500 fueron asesinados o capturados, y el resto bajó a los túneles y huyó. En el medio, las FDI recuperaron tres cuerpos más, los de Michel Nissenbaum, Hanan Yablonka y Orion Hernández, que fueron devueltos a Israel el viernes pasado.
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Fallecidos en el tiroteo en Jabaliya: David Shashua, Roy Beit Yaakov, Ilan Cohen Bezalel, Daniel Hamo y Gilad Aryeh Boim.
(Ynet)
La lucha, como se mencionó, fue feroz. El batallón de Jabaliya oriental se preparó bien. Colocó artefactos explosivos en las paredes de los callejones abarrotados (por donde sólo podía pasar la infantería), colocó trampas explosivas en los pozos y disparó 120 cohetes antitanque contra los tanques. Las FDI perdieron siete combatientes, cinco de ellos en un incidente bilateral. La mayoría de las pérdidas fueron de la Brigada de Paracaidistas, cuyos hombres jugaron un papel decisivo en las batallas, porque sólo ellos podían moverse adecuadamente a través de los estrechos callejones del campamento. Los ataques contra los terroristas que se atrincheraron en los pisos superiores fueron llevados a cabo por los tanques y aviones de la Fuerza Aérea, que tuvo que extremar las precauciones para no perjudicar a los paracaidistas que se movían entre las casas. Pero lo principal radicaba en la rápida entrada y operación dentro de los túneles, de acuerdo con las lecciones aprendidas en Khan Younis.
Hasta la próxima incursión de la brigada
El principal problema de las FDI en la Franja de Gaza era, y en cierta medida sigue siendo, que los combates y el avance sobre el terreno son mucho más rápidos que en el sistema de túneles subterráneos, lo que ralentiza y retrasa todo el proceso. Las lecciones aprendidas en Khan Younis permiten ahora a las FDI actuar más rápido en el sistema de túneles que al principio de la maniobra.
Un alto comandante de campo cree que la clave para derrotar a Hamás es "destruir la mayoría de las fortificaciones subterráneas en la Franja de Gaza". Parece que tiene razón. Los extensos túneles permiten a los terroristas de Hamás sobrevivir, permanecer y moverse libremente bajo tierra. Desde allí parten por períodos cortos en la superficie, y cuando se dan cuenta de que la resistencia a los combatientes de las FDI es inútil, regresan a la clandestinidad y huyen a otro lugar donde las FDI no están presentes.
Un alto comandante de campo cree que la clave para derrotar a Hamás es "destruir la mayoría de las fortificaciones subterráneas en la Franja de Gaza". Parece que tiene razón.
Negar a Hamas el sistema subterráneo es la clave para el colapso militar y tal vez civil de la organización, pero para lograr este objetivo las FDI tendrán que lidiar con varios problemas: primero, deben ser liberados los secuestrados que están en los túneles y que pueden ser lastimados. En segundo lugar, se requiere inteligencia cualitativa y precisa. La tercera condición es que los soldados de las FDI apliquen todas las lecciones que aprendieron en Khan Younis: cómo identificar los artefactos explosivos improvisados, cómo acercarse a los pozos, cómo moverse a través de los callejones sin ser alcanzados por artefactos explosivos improvisados y trampas RPG donde el área está densamente conectada.
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Un equipo de combate de la 7ª Brigada en el corazón de Jabaliya la semana pasada.
(FDI)
Los combates en Jabaliya aún no han terminado. La resistencia del batallón se rompió, pero es razonable suponer que hay otros terroristas en el centro y el oeste del campamento que también necesitan ser encontrados. También es posible que haya otros abducidos vivos o muertos en los túneles, y esto también hay que tenerlo en cuenta.
Sin embargo, ya es posible extraer lecciones sobre la base de las cuales es posible adaptar y cambiar el esquema de la guerra. Una lección clara es que las FDI tienen la capacidad de entrar en operaciones grandes y repetitivas, rápidamente y con composiciones de fuerza flexibles según sea necesario. Es decir, lo que no se hizo en la operación de maniobra anterior se hará en la siguiente incursión divisional o de brigada.
Otra lección es que el principal objetivo militar de las FDI es lograr la destrucción significativa de al menos el 65%-70% de los túneles estratégicos que permiten a Hamás permanecer en ellos y moverse por toda la Franja de Gaza. Otra conclusión es que los túneles de contrabando bajo la ruta de Filadelfia en la zona de Rafah deben ser bloqueados, lo que aislará a Hamas del mundo exterior y le impedirá recaudar dinero de los contrabandistas. Al hacerlo, la organización dependerá cada vez más de los agentes internacionales para suministrar alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad a la población de Gaza.
Según un informe del Wall Street Journal, la inteligencia estadounidense estima que las FDI destruyeron solo el 35% de la fuerza de combate de Hamas e incluso menos que la del sistema de túneles. De acuerdo con información de inteligencia confiable y verificada en posesión de las FDI, estas cifras son inexactas, por decir lo menos. De los 30.000 terroristas que portaban armas que Hamás tenía antes del 7 de octubre de 2023, más de 14.000 murieron y cientos más fueron capturados por las FDI. Hamás recluta nuevos combatientes entre la población a nivel local, pero no se trata de un número significativo, sobre todo porque algunos de ellos no están entrenados y a menudo desmotivados. Por lo tanto, hay más trabajo por hacer, pero es a una escala que se puede abordar.
La inteligencia estadounidense estima que las FDI destruyeron sólo el 35% de la fuerza de combate de Hamás e incluso menos del sistema de túneles. De acuerdo con información de inteligencia confiable y verificada en posesión de las FDI, estas cifras son inexactas.
Según diversas estimaciones, todavía hay unos 50 túneles de contrabando bajo la ruta de Filadelfia, que el avance de las FDI en Rafah ya les permite abordar; el problema es que el tratamiento debe hacerse con cuidado y en coordinación con los egipcios.
Lanzamiento de cohetes antes de la llegada de las FDI
Y en Rafah hay más cohetes, como sintieron los residentes del centro y de la región de Sharon al mediodía. En lo que respecta a Hamás, el lanzamiento de cohetes tenía tres objetivos: el primero era sorprender el sistema de interceptación de misiles, penetrarlo y causar víctimas o daños en las profundidades "seguras" del país. Incluso si no hay víctimas ni daños, Hamás considera que este lanzamiento de cohetes es un "logro" importante en la guerra cognitiva y un golpe a la moral de los ciudadanos israelíes.
El segundo objetivo es que el lanzamiento de una andanada de cohetes de alcance relativamente largo demuestre a los ciudadanos de Israel que Hamás sigue en pie después de ocho meses de lucha y, por lo tanto, ya no tiene sentido seguir intentando derrocarlo militarmente. Otra razón es que las fuerzas de las FDI están atacando Rafah, aparentemente acercándose a los lanzadores y depósitos de cohetes, y Hamás quiere usarlos justo antes de que las FDI los tomen.
En primer lugar, la liberación de los secuestrados
Todo lo anterior debería llevar al Gabinete de Guerra y al primer ministro Benjamín Netanyahu a la conclusión de que está prohibido renunciar a derrocar a Hamás en la Franja de Gaza, ya que su capacidad para rehabilitarse y armarse todavía representa un peligro inmediato para los residentes del Neguev Occidental y para Israel en general. Sin embargo, tampoco debemos renunciar al objetivo de la otra guerra importante, que es la liberación de los rehenes. De hecho, los logros de las FDI hasta ahora en el desmantelamiento de la fuerza militar de Hamás lo hacen posible, y deben hacer que el Estado de Israel haga de la liberación de los secuestrados, de todos ellos, una prioridad absoluta.
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Netanyahu todavía puede derrotar a Hamás, pero antes debe liberar a los rehenes-
(Dana Koppel, Reuters)
La aspiración de alcanzar ambos objetivos simultáneamente es factible, pero para ello el esquema de la guerra debe cambiar. En lugar de lograr todo en un esfuerzo continuo de lucha de diversa intensidad, tenemos que pasar a un esquema gradual. Esto es similar al modus operandi durante la segunda intifada, cuando se lanzó la Operación Escudo Defensivo, un esquema que todavía se está implementando en la actualidad. Cada vez que las FDI identifiquen la necesidad de continuar, o Hamás les dé una razón para hacerlo, las fuerzas se embarcarán en operaciones específicas, de diferentes alcances, de acuerdo con el problema.
Pero en estos días se debe dar prioridad a un acuerdo de rehenes, y si es necesario comprometerse a poner fin a la guerra, incluso por un período relativamente largo, se puede hacer, siempre que el gobierno decida que continuará hasta el colapso de Hamas, cuando surjan las condiciones. El equipo negociador para la liberación de los rehenes debe tener la máxima flexibilidad, y si se llega a un acuerdo y hay un alto el fuego, debe transferirse a un esfuerzo político y de inteligencia concentrado, que también permita la oportunidad de formular un esquema con los estadounidenses para el día después.
El esfuerzo político debe centrarse en ejercer presión internacional sobre Hamás. El objetivo es llegar a una situación en la que todos los países relevantes, desde Estados Unidos hasta Europa Occidental y Catar, informen a la organización de que no darán ni un centavo para la reconstrucción de la Franja de Gaza si no se libera a todos los secuestrados y cuerpos retenidos, incluidos los soldados. Esta presión, si Catar se une a ella y los estadounidenses activan también a la ONU, podría cambiar la realidad.
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Todavía es posible traerlos de vuelta sin renunciar a la derrota de Hamás.
(Deborah Katorza)
El esfuerzo de inteligencia durante este período será necesario no sólo para la liberación de los rehenes, sino también para garantizar que Hamás no vuelva a rehabilitar su poder militar y controlar la Franja de Gaza. Este es también el objetivo de la fuerza policial internacional que Estados Unidos puede establecer con los estados árabes del Golfo para manejar los asuntos de Gaza.
La cesación del fuego también permitirá dirigir un esfuerzo concertado para poner fin a la guerra de desgaste en la frontera septentrional, ya sea como un movimiento militar concertado en el sur del Líbano o como resultado del éxito de un esfuerzo diplomático dirigido por los Estados Unidos, Francia, Arabia Saudita y Egipto. El alto el fuego también se utilizará para completar el nuevo despliegue en la frontera de Gaza.
Es importante recordar que los combates no deben detenerse, y probablemente incluso deben intensificarse en los próximos días, hasta que Hamás anuncie que está de acuerdo con el intercambio de rehenes. La intensificación de la guerra y su expansión a otros lugares de la Franja de Gaza constituirá una influencia significativa sobre ella, siempre que se lleve a cabo sin causar nuevas derrotas al Estado de Israel en el frente de la legitimidad internacional. No es sencillo, pero es posible. Un esquema gradual para la liberación de los secuestrados y el derrocamiento de Hamas en la Franja de Gaza es aparentemente el siguiente paso, siempre que haya un gobierno en Jerusalem que sea capaz de tomar las decisiones correctas y evitar declaraciones incendiarias y dañinas. Si queremos, no es un cuento de hadas.
