En el tumultuoso reino de la alta tecnología israelí, la interacción entre guerra e innovación es una delicada danza que mantiene al sector en vilo.
Como "nación de las start-ups", la agilidad tecnológica de Israel emerge resistente, semejante a un ave fénix que resurge de las cenizas de los desafíos, destacando la adversidad como fuerza motriz de la invención.
Sin embargo, la trayectoria de crecimiento del sector de alta tecnología israelí está estrechamente ligada a la montaña rusa geopolítica por la que navega. Los trágicos acontecimientos del 7 de octubre, unidos a la conmoción nacional y a una guerra en varios frentes, ponen de relieve el precario equilibrio entre innovación y conflicto. Aunque la agilidad y la adaptabilidad son cruciales, la inestabilidad prolongada dificulta la planificación y el crecimiento a largo plazo.
Según algunos analistas, los repetidos conflictos provocaron aversión al riesgo entre los inversores locales y extranjeros, lo que dificulta la obtención de financiación. Muchos emprendedores tecnológicos también destacan las dificultades de gestionar una startup en tiempos de crisis.
Aunque sus negocios pueden pivotar con rapidez, la incertidumbre se cobra un peaje psicológico y financiero.
La planificación estratégica queda relegada a un segundo plano, ya que las empresas dan prioridad a los esfuerzos de venta a corto y medio plazo, prefiriendo la adaptabilidad a las limitaciones de los proyectos a largo plazo. Esta respuesta pragmática al impredecible clima político permite a las empresas pivotar con rapidez cuando se cierne la incertidumbre.
Los conflictos prolongados perturban el engranaje de los planes a largo plazo en un entorno donde la estabilidad es un bien escaso. La escena de la alta tecnología adopta una estrategia rápida para sortear posibles obstáculos y navegar por la incertidumbre.
Los inversores de capital riesgo, administradores de los sueños de las empresas emergentes, no son ajenos a la política. Sin embargo, su atención va más allá del drama geopolítico y se centra en los fundamentos de las ventas y la tenacidad de las empresas.
Los inversores reconocen que las empresas necesitan algo más que una brújula política: necesitan resistencia y un flujo de ingresos constante.
Las incertidumbres políticas desempeñan un papel, pero las grandes fortunas favorecen a las empresas con estadísticas sólidas. Las empresas con sólidas cifras de ventas, una clientela diversa y una capacidad demostrada para capear el temporal atraen inversiones, independientemente de la situación geopolítica.
En un contexto global, los inversores de capital riesgo desempeñan un papel crucial en entornos inciertos. Son expertos en navegar por la ambigüedad y prosperan en situaciones en las que los inversores tradicionales podrían dudar. Entienden que la innovación suele florecer en la adversidad y buscan activamente oportunidades en regiones o sectores que afrontan retos.
En todo el mundo, las sociedades de capital riesgo miran más allá del clima político inmediato, centrándose en la capacidad de una empresa para adaptarse, innovar y mantener la viabilidad financiera en condiciones impredecibles. Este enfoque matizado permite a las sociedades de capital riesgo sacar partido de los mercados emergentes y apoyar a las empresas que demuestran capacidad de recuperación en la incertidumbre.
¿Diríamos que la incertidumbre de Israel está más allá del punto en el que se cumple el riesgo? El tiempo lo dirá, pero los ejemplos demuestran que podríamos ser más resistentes financieramente de lo que pensamos.
Este enfoque refleja el espíritu israelí: se trata de prosperar en el caos, no sólo de sobrevivir. Centrarse en las ventas y la resistencia no es sólo una estrategia, sino una táctica de supervivencia que demuestra la capacidad de adaptación de las empresas israelíes ante las dificultades regionales.
Aunque el espíritu israelí ha demostrado ser capaz de prosperar en la adversidad, el ecosistema no debe restar importancia a los retos estructurales de los conflictos repetidos. Navegar por el precario equilibrio entre innovación y agitación exige una visión clara.
Más allá de la tecnología, se necesita una perspectiva más amplia para evaluar cómo afectan los prolongados disturbios a la economía y la sociedad israelíes en general. Al unirse, Israel puede cultivar las condiciones para que coexistan la tecnología, la seguridad y la paz.
Michael Marx es Vicepresidente de Innovación en Israel y Director de UST Spark, el programa de colaboración global de UST.
