Hace poco más de una semana, parecía que íbamos hacia un acuerdo para la liberación de los rehenes como parte del nuevo plan de Witkoff, quien incluso esperaba un gran avance; pero Hamás no está dispuesto a ser flexible en sus demandas. La mediadora palestino-estadounidense Bishara Bahbah trató de ofrecer un compromiso, pero hasta ahora no se ha concretado. El enviado Witkoff, por su parte, consideró llegar a la región, pero se retractó de su decisión. Aun así, no dice que esté desesperado.
Por el momento, Hamás se ha mantenido firme en sus duras posiciones: la organización terrorista no cree que Israel no vaya a volver a la lucha, y se niega a ir más allá de su demanda de liberación de 20 rehenes como parte de la primera etapa. Aunque da señales de estar dispuesto a discutir el plan Witkoff, en la práctica exige garantías estadounidenses para el fin de la guerra, una retirada de Israel de los territorios que no tiene intención de evacuar, y se niega a liberar a 10 rehenes en el plazo de una semana, como propone el esbozo, prefiriendo extender la liberación a lo largo de 70 días de negociaciones. Su principal demanda sigue siendo la misma: el fin completo de la guerra.
Hamás dijo ayer que "la escalada de la operación militar de Israel está exacerbando sus pérdidas y empujando a sus cautivos hacia lo desconocido, no hay solución excepto a través de un acuerdo integral, algo que Netanyahu rechaza".
Israel, que no está listo para poner fin a la guerra, aún no quiere aceptar ninguna de las demandas de Hamas, y entre estas brechas Estados Unidos, Egipto y Catar están tratando de mediar. Si en semanas normales Catar y Egipto tienden a contagiar optimismo y a publicar informes sobre líneas generales y propuestas en la agenda, esta vez eso tampoco ocurre, pues hay un silencio de radio. En la práctica, no hay negociaciones, sino más bien formulaciones entre bastidores de esbozos y propuestas que aún no se han concretado en una propuesta real. También hay quienes en Israel afirman que los estadounidenses no se están ocupando realmente de este problema, y que el tema no está en la cima de sus prioridades.
Pero Witkoff, que ya ha conseguido sacar a Idan Alexander de su cautiverio en un movimiento que parecía imposible, sigue transmitiendo que cree que se puede llegar a un acuerdo sobre la base de sus líneas generales. Sigue siendo optimista y dice que hará todo lo posible para que esto suceda, y que no se rendirá. La razón, como ha declarado muchas veces y al contrario de lo que se dice en Israel, es que ésta es la misión de su vida, en la que está personalmente invertido, y el fracaso no es una opción para él.
Las familias de los secuestrados, por su parte, hablan de las conversaciones que Witkoff tiene con ellos, pero afirman que el gobierno no les presta atención. "El gobierno israelí no responde, y no le importa", dijeron. De hecho, hay familias que han perdido la fe en que el actual gobierno israelí llegue a un acuerdo que traiga a casa a los 55 secuestrados, no sólo a algunos de ellos.
Según el nuevo plan de Witkoff para la liberación de rehenes, se declarará un alto el fuego de 60 días, durante los cuales 10 rehenes serán liberados vivos y 18 muertos, en dos fases dentro de una semana. Durante el alto el fuego se llevarán a cabo negociaciones para poner fin a la guerra y, si se llega a un acuerdo, el resto de los rehenes serán liberados. De lo contrario, Israel puede volver a los combates o prolongar las negociaciones a cambio de la liberación de más rehenes.
El nuevo plan difiere de la propuesta original de Witkoff, según la cual la mitad de los rehenes serían liberados vivos y asesinados el primer día de un alto el fuego de 40 días. Como parte del acuerdo propuesto, Israel liberaría a 125 prisioneros de cadena perpetua y 1.111 terroristas de Gaza que fueron arrestados después del 7 de octubre, así como 180 cuerpos de terroristas en dos etapas. El día 10, Hamás enviará una lista completa con un informe médico detallado sobre la condición de todos los secuestrados que permanecen en Gaza.
La propuesta también incluye la renovación de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza a través de las Naciones Unidas y las organizaciones internacionales, un paso que se considera un golpe para Israel, que está tratando de entregar la ayuda directamente a los residentes y no a Hamás. Además, las FDI se retirarán a sus posiciones en vísperas de la Operación Oz y Espada, lo que significa que Israel permanecerá en la Ruta de Filadelfia pero se retirará de la Ruta de Morag.
