Durante el último mes Israel intensificó sus ataques contra objetivos iraníes en Siria, y según publicaciones extranjeras los bombardeos están costando caro a la Guardia Revolucionaria iraní. Y, aunque oficialmente lo niegan, parece que israelíes, sirios y rusos comparten el interés en estas acciones militares.
En total, el último mes se registraron al menos siete operaciones aéreas en la zona, lo que indica un aumento en el volumen y la calidad de los objetivos en relación al año pasado. El principal objetivo israelí es bastante claro: expulsar a los iraníes de Siria. Y en segunda instancia Israel busca frustrar la transferencia de armas avanzadas a Hezbollah en Líbano, un desafío más complejo. Si las versiones publicadas ayer en medios libaneses son correctas, el último ataque combinó los dos objetivos.
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Bennett y Putin, y por qué no Assad, tienen intereses comunes en Siria.
(Kobi Gideon)
En Siria anoche se informó sobre un ataque a una fábrica de misiles de precisión al este de la ciudad costera de Tartús. Otros reportes mencionan bombardeos a un aeropuerto ubicado al sureste de Homs. En ambos casos, se trata de objetivos ubicados a menos de 40 kilómetros de la frontera sirio-libanesa.
La hora del ataque, a las 7 de la tarde, indica que los aviones salieron con la última luz del día. Según diversas publicaciones, se trata de una operación compleja y probablemente planificada con anticipación, y no el aprovechamiento de una oportunidad como ocurrió hace 10 días, cuando fue atacado un convoy de armas que se dirigía al Líbano.
En Siria el presidente Bashar Al Assad está rehabilitando a su ejército y cada vez toma mayor control sobre el país. A pesar de que los sirios activan sus sistemas de defensa aérea ante los bombardeos, y que se puede pensar que Assad no tolera que Israel expulse a los iraníes de su territorio, tal vez sea al contrario y esto sirva a sus intereses.
En su batalla con los iraníes por el control de áreas estratégicas en Siria, los rusos también están siendo beneficiados por los ataques israelíes. Por eso el presidente Vladimir Putin sigue dando luz verde a Bennett para estas ofensivas. Contrariamente a lo que indican varios informes, la coordinación de seguridad entre los países se mantiene.
