A menos de cuatro semanas del mes sagrado del Ramadán, los preparativos para la festividad musulmana en Israel están en marcha, y los funcionarios están extremadamente preocupados de que la reciente ola de violencia sólo aumente.
Como parte de estos preparativos, altos funcionarios de Jordania, Egipto, Estados Unidos, Israel y la Autoridad Palestina se reunirán el domingo en un intento por evitar que las tensiones alcancen un punto de inflexión.
La reunión realizada en Jordania, mediada por Estados Unidos, marca la primera vez en años que funcionarios israelíes y palestinos se reúnen cara a cara. Para que la reunión sucediera, los funcionarios en Washington no rehuyeron ejercer presión sobre ambas partes.
Aun así, la velocidad con la que ambos bandos diplomáticos aprobaron la solicitud de Estados Unidos fue realmente sorprendente. En este proceso, también quedó claro que el director del Consejo de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, y el secretario general del Comité Ejecutivo de la Organización de Liberación de Palestina, Hussein A-Sheikh, han estado en contacto directo en las últimas semanas.
La intención de la reunión es clara para todas las partes: no permitir que la violencia llegue al punto de no retorno durante el Ramadán. Esto se produce cuando los palestinos todavía se están recuperando de una incursión de las FDI en Nablus, la semana pasada, en la que murieron 11 palestinos, en su mayoría militantes.
Israel y los palestinos, así como los mediadores, temen que una nueva escalada pueda eventualmente convertirse en una tercera intifada.
Altos funcionarios en Ramallah han admitido que las fuerzas de seguridad palestinas no tienen control en la mayoría de las áreas de Cisjordania. Dicen que la brecha ideológica entre la generación palestina más joven y los ancianos es ahora demasiado amplia para cerrarla.
Según uno de los asesores del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, si los palestinos obtienen el dinero para reclutar a más personas para sus fuerzas de seguridad, será posible reducir las tensiones, siempre que Israel reduzca la frecuencia de sus incursiones en Cisjordania. Según el asesor, Estados Unidos tendrá que dirigir la iniciativa para que tenga éxito.
El mundo árabe realmente no necesita un brote importante de violencia que ocurra durante el Ramadán. Tiene bastantes problemas, la mayoría de ellos económicos, que se harán aún más evidentes durante el mes sagrado de los musulmanes.
Egipto, por ejemplo, ahora está haciendo grandes esfuerzos para recaudar donaciones para "Mawaid el-Rahman", mesas en las que se colocan comidas en los centros de las ciudades para los necesitados, cuyo número ha aumentado en el último año.
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Panorámica de la moderna ciudad de Abu Dhabi, una de las pocas ciudades en el mundo árabe con un gran bienestar económico.
(Ynet)
En Jordania, la situación económica también es bastante mala. De hecho, sólo los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita están en buena forma económica.
Todos los líderes de la región saben que durante el Ramadán la gente tiende a comer más de lo habitual y gastar mucho dinero en ropa y regalos, si pueden pagarlos.
Pero, como se mencionó, el Ramadán de este año será difícil. Si el Fondo Monetario Internacional, Estados Unidos y la Unión Europea no proporcionan un impulso de dinero, será un mes triste, peligroso y explosivo.
Todos los ojos estarán puestos en la reunión del domingo. Algunas buenas noticias antes del Ramadán de israelíes y palestinos ciertamente aliviarán la carga para el abrumado mundo árabe.
Sin embargo, todavía es triste que se haya celebrado una oración masiva el viernes en una mezquita en Jordania, no lejos de la embajada israelí, en la que se hicieron llamamientos una vez más para expulsar al embajador israelí, devolver al embajador jordano de Tel Aviv y desechar el tratado de paz con el estado judío.
