Los tributos llegaron de todo el espectro político estadounidense en reacción al fallecimiento del ex secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, a principios de esta semana. En medio de uno de los momentos de mayor polarización política entre demócratas y republicanos, la muerte del funcionario fue un punto de encuentro entre ambos bandos. Sin embargo, su legado en Medio Oriente tiene diferentes miradas, para decirlo a la ligera.
“Su historia se vio abrumada por la agenda de la administración Bush y la invasión de Irak, un legado que todavía resuena hoy en términos de la estatura estadounidense perdida”, dijo Joel Rubin, ex subsecretario de Estado adjunto de Estados Unidos y discípulo de Powell en el Departamento de Estado.
A pesar de su larga trayectoria política, Powell, quien murió a la edad de 84 años por complicaciones relacionadas al COVID-19, nunca pudo librarse de las consecuencias de su presentación ante el Consejo de Seguridad de la ONU en 2003: en la misma, citó defectuosas afirmaciones sobre el dictador Saddam Hussein y una presunta obtención de armas de destrucción masiva.
Sus declaraciones sirvieron de base para el desembarco estadounidense en Irak, encabezado por el entonces presidente estadounidense George W. Bush. Si bien la operación logró derrocar al jefe de Estado local, tuvo consecuencias desastrosas para la región, incluido el surgimiento del grupo Estado Islámico. Powell, quien luego reconoció que presentó la información ante la ONU a pesar de sus dudas personales sobre su veracidad, calificó ese discurso como una "mancha" en su carrera.
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George W. Bush y Colin Powell permanecen juntos en el escenario durante la campaña presidencial.
(AFP)
El político se ganó el respeto y la confianza de muchos por su éxito como presidente del Estado Mayor Conjunto, cuando supervisó la Operación Escudo del Desierto, también conocida como la Primera Guerra del Golfo. Tras la ocupación de Kuwait por parte de las fuerzas iraquíes en 1990, y temiendo una presunta invasión contra Arabia Saudita, Estados Unidos lanzó una ataque conjunto contra Irak, reclamando una victoria decisiva en 100 horas. De este modo, la popularidad de Powell se disparó, lo que provocó rumores sobre sus ambiciones presidenciales, que nunca se materializaron.
A pesar de la "mancha" por el discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Rubin cree que el período actual de normalización árabe-israelí comenzó a originarse con la construcción de instituciones en el mundo árabe defendida por Powell. “Recuerdo que en una reunión en la Asamblea General de la ONU en 2004 se aferró a esta idea de trabajar con los países árabes y la sociedad civil para ayudar a las personas en el mundo árabe, mejorando su calidad de vida", contó el ex subsecretario de Estado adjunto de Estados Unidos.
“A diferencia de otros funcionarios, se tomó el tiempo para comprender a los jugadores de la región. Los problemas en Medio Oriente, como en otras partes del mundo, surgen cuando intentamos lanzarnos en paracaídas con ideas que no se ajustan al entorno actual. Powell se tomó el tiempo para mirar todo y comprender la realidad”, añadió Rubin.
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El secretario de Estado estadounidense Colin Powell junto al ex primer ministro israelí Ariel Sharon, el 25 de febrero de 2001.
(Flash90)
Múltiples expertos aseguran que Powell tenía un rico conocimiento del Medio Oriente, más allá de los recursos naturales y las sectas religiosas. En ese sentido, fue quien negoció la hoja de ruta hacia la paz entre Israel y los palestinos e instaló la idea de una convivencia.
A pesar de sus llamamientos públicos para crear el Estado palestino y su oposición a la construcción de asentamientos israelíes, fue recordado con cariño en Israel en las horas posteriores a su fallecimiento. “Él era la personificación de lo que significa ser estadounidense y el pueblo de Israel lo valora como concepto y modelo”, continuó Rubin.
Y concluyó: “Tenía la capacidad de entender y sentido común. No provenía de una perspectiva imperialista, sino más bien de una posición realista. Incluso en la administración Bush, asumiendo las tareas más difíciles, mantuvo intacta su reputación debido a su humanidad".
El artículo fue escrito por Mike Wagenheim y reimpreso con permiso de The Media Line.
