La horrible historia de Daguestán, en Rusia, donde los alborotadores asaltaron un avión procedente de Tel Aviv, supuestamente haciendo un llamado a matar judíos, es reflejo de una nueva sensación de temporada de caza contra los judíos. Los antisemitas de todo el mundo ven nuevas oportunidades de atacar a los judíos tras la barbarie del 7 de octubre y la racionalización, si no apoyo, de los acontecimientos de ese día. La racionalización más destacada fue la del Secretario General de las Naciones Unidas, quien argumentó que las acciones de Hamás no se produjeron en un "vacío" —lo que implica que Israel tiene algún grado de responsabilidad por la masacre de sus ciudadanos.
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Gilad Erdan, enviado israelí frente a la ONU pidió la dimisión del secretario general del organismo, Antonio Guterres.
(Ynet)
De hecho, la masacre perpetrada por Hamás del 7 de octubre generó este desarrollo porque mostró a los antisemitas de todo el mundo que es posible asesinar a un gran número de judíos y que esos asesinatos pueden racionalizarse e, incluso, legitimarse. Eso es un brebaje venenoso que acaba invitando a levantar la veda contra los judíos.
Se ha comentado que el 7 de octubre fue el ataque más mortífero contra la comunidad judía desde el Holocausto. Se podría añadir que el antisemitismo abierto y violento que estamos viendo hoy no había sido tan habitual desde el Holocausto. Durante décadas, la vergüenza por la Shoah y por los siglos de antisemitismo que condujeron al asesinato de seis millones de personas actuó como un inhibidor de las actitudes antisemitas.
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Vista interior del Salón de los Nombres en el Museo Conmemorativo del Holocausto Yad Vashem en Jerusalem.
(AFP)
Ahora cualquier cosa puede suceder
Seamos claros, las protestas contra Israel, como la masacre del 7 de octubre, no tienen nada que ver con la complicada situación política que es el conflicto palestino-israelí. En cambio, sí son un signo del resurgimiento de un antisemitismo, descarado en su transparencia, que no veíamos desde hace años.
El hecho de que muchos líderes sociales no hayan denunciado inequívocamente la barbarie de Hamás, la aparición en demasiadas manifestaciones de una variedad de carteles descaradamente antisemitas —incluyendo "por todos los medios necesarios", que justifica el asesinato de inocentes israelíes, "del río hasta el mar", que es un llamado directo a la destrucción de Israel, y "matad a los judíos"— han preparado el terreno para nuevos ataques contra el pueblo judío.
Muchas personas importantes y buenas han dado la cara, en particular el presidente Biden. Pero las ambigüedades de muchos otros, en particular los presidentes de universidades —como si las manifestaciones en sus campus fueran solo un asunto de libertad de expresión—, han transmitido el mensaje —aunque no sea intencionalmente— de que el asesinato de judíos es ahora aceptable, siempre que se plantee como resistencia.
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La masacre del 7 de octubre no tienen nada que ver con la complicada situación política que es el conflicto palestino-israelí.
(Ynet)
El peor momento en este sentido fueron las declaraciones del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres. Hablando de dar credibilidad a quienes se inclinan por la violencia contra los judíos: esta importante figura, la persona más destacada de la ONU, ha dado justificación a quienes odian a los judíos en todas partes.
Sus comentarios recuerdan la ocasión en que la ONU aprobó la infame resolución "El sionismo es racismo" en 1975, y cómo esta dio paso a hostilidades contra Israel en todo el mundo. Por mala que haya sido esa resolución, los comentarios de Guterres son peores por la violencia que ya se ha producido y porque puede inspirar otros actos de violencia contra los judíos.
Para que las palabras "Nunca más" tengan algún significado, es imperativo que los líderes políticos, religiosos y culturales se levanten y se mantengan unidos contra este devastador antisemitismo, manifestado no solo por Hamás sino por otros que aprovechan el momento para atacar a los judíos. Nada de esto pretende sofocar una conversación legítima sobre las relaciones palestino-israelís y lo que puede hacerse para avanzar hacia un futuro mejor.
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La persona más destacada de la ONU, Antonio Guterres, ha dado justificación a quienes odian a los judíos en todas partes.
(Reuters)
Sin embargo, es imperativo dejar claro que lo que Hamás representó durante tanto tiempo, culminando en sus atrocidades del 7 de octubre, no tiene cabida en una sociedad civilizada. Quienes pretenden atacar a los judíos deben ser detenidos y denunciados por la sociedad, sin reservas ni restricciones.
Este es realmente un momento crítico para el futuro de nuestra civilización. Cuando Hitler llegó al poder tras publicar sus planes en Mein Kampf, no lo tomaron en serio hasta que fue demasiado tarde.
Los que odian a los judíos están ahora haciendo su agosto. Actúan como si el futuro fuera suyo. Todos debemos actuar inmediatamente para detenerlos, no solamente para evitar futuros pogromos contra los judíos, sino también por el alma de la propia civilización.
(*) Kenneth Jacobson es Vicedirector Nacional de la Liga Antidifamación (@ADL_es).
