Momento-minuto-momento. ¿Qué es lo que más me gusta de la relación entre Netanyahu y Hamás? El justo toque entre ellos, la compleja relación entre una organización terrorista y el primer ministro. Ayer quedó claro una vez más que la ayuda humanitaria está llegando a Gaza, contrariamente a lo que Netanyahu se ha comprometido públicamente a hacer.
Entonces, ¿por qué está sucediendo esto? Han pasado muchos años desde la escuela secundaria, pero aquí hay una pequeña lección de biología: la simbiosis (griego: Συμβίωσις, juntos + vida) es un tipo de interacción entre organismos de diferentes especies que viven juntos durante un largo período de tiempo.
En pocas palabras: interdependencia. En términos políticos: Netanyahu y Hamás mantienen una relación simbiótica.
La ecuación es simple: así es como sobrevive Hamas. Y cuando Hamas sobrevive, la guerra continúa. Y cuando la guerra continúa, Netanyahu sobrevive. Y así sucesivamente. En biología, esto se llama simbiosis. En política, supervivencia.
Estrategia simple: tiempo de sorteo
Y no se trata de una cuestión de política o de consideraciones complejas. Es una estrategia simple: ganar tiempo.
Los Carros de Gedeón que no tienen a Gedeón en ellos, operaciones sin resultado, rondas interminables de negociaciones, volando a Doha, volando a Egipto, y la vida sigue, la vida de Hamás. ¿A qué tipo de vida crees que te referías?
Aquí vale la pena decirlo claramente: más que Netanyahu necesita a Ben-Gvir y Smotrich, Netanyahu necesita a Hamas. La existencia de un enemigo cruel, permanente y sangriento es lo que mantiene a Netanyahu en el poder. Pero mientras Hamás está vivo, los rehenes siguen muriendo.
No tienen tiempo, no tienen juegos. Las familias de los secuestrados entienden lo que todo el mundo ya está empezando a entender: la guerra no se sigue ganando. La guerra sigue sobreviviendo. Y mientras éste sea el objetivo final, Hamás también sobrevivirá.