Ayer (domingo) la televisión estatal iraní informó que Mahan Air, la segunda aerolínea más grande del país persa, había sufrido un ciberataque. Un portavoz de la empresa dijo que los trabajadores habían logrado "frustrar el hackeo", pero la realidad es un poco diferente, ya que la compañía resultó dañada por el incidente.
Mahan Air opera vuelos desde Teherán a decenas de países de Asia, Europa y Oriente Medio, y lo que nos interesa es que la compañía, que ya ha sido incluida en la lista negra por Estados Unidos por la asistencia económica y tecnológica a la Guardia Revolucionaria, también está ayudando a transferir armas a Hezbollah.
Para el gobierno israelí, la política ofensiva contra los iraníes ha demostrado su valía, y eso es exactamente lo que los estadounidenses deben hacer contra Teherán en el aspecto nuclear y, por supuesto, contra sus ataques a las bases
Para los iraníes, este es el segundo ciberataque que sufren en un mes, y estos episodios avergüenzan al régimen. En octubre, las estaciones de servicio en el país fueron paralizadas debido a un hackeo que impidió a los residentes comprar combustible subsidiado y provocó largas filas fuera de las gasolineras.
Irán afirmó que el ataque afectó a todas sus 4.300 gasolineras y acusó a Israel de intentar influir en la opinión pública contra el régimen, que prefiere ayudar a Hezbollah en lugar de a sus ciudadanos.
Estos ataques contra los iraníes, atribuidos a Israel, se suman al aumento de la actividad ofensiva del Estado judío contra objetivos iraníes en Siria en el último mes, a un ritmo de dos ataques por semana en promedio, contra armas avanzadas. Mientras tanto, el presidente ruso Vladimir Putin, por sus propios motivos, no está tratando de impedir que se lleven a cabo las ofensivas, en tanto el presidente sirio Bashar al-Assad continúa avanzando con la toma de control de partes de su país y ha estado expresando su disgusto por el precio que está pagando debido a la actividad iraní en su nación. Tanto es así que presionó para expulsar al comandante de la Fuerza Quds iraní en Siria debido al exceso de actividades de Teherán en suelo sirio que complicó a su país.
De hecho, también somos testigos de una política israelí agresiva hacia Irán en Siria, en otras dimensiones encubiertas, ante la impotencia de los estadounidenses, que prefieren no responder a la actividad iraní en su contra, como un ataque con drones a su base militar en el norte de Siria el mes pasado.
Estados Unidos afirma que se trató de una venganza iraní por los ataques israelíes en Siria. Supongamos que ese fue el motivo; ¿es esa una razón para evitar una respuesta? Ciertamente que no, especialmente cuando todo el Medio Oriente ve los intentos de Irán de fortalecer su posición en la región.
¿Y qué más estamos aprendiendo? Que los iraníes hasta ahora han tenido dificultades para lograr importantes objetivos contra Israel y prefieren atacar a los estadounidenses como blancos convenientes. Esto indica una fuerte disuasión israelí contra ellos y la pérdida de disuasión de Estados Unidos, el aliado de Israel, frente a los iraníes. Esta realidad genera malestar entre los altos funcionarios de defensa en Jerusalem.
Para el gobierno israelí, la política ofensiva contra los iraníes ha demostrado su valía, y eso es exactamente lo que los estadounidenses deben hacer contra Teherán en el aspecto nuclear y, por supuesto, contra sus ataques a las bases. Ciertamente, Washington no debe apresurarse a eliminar las sanciones y arrojarles miles de millones de dólares a los iraníes.
